Capitulo 3

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𝓵𝓸𝓼 𝓸𝓳𝓸𝓼 𝓼𝓸𝓷 𝓵𝓪𝓼 𝓿𝓮𝓷𝓽𝓪𝓷𝓪𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓪𝓵𝓶𝓪~𝓪𝓷𝓲𝓶𝓸

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𝓵𝓸𝓼 𝓸𝓳𝓸𝓼 𝓼𝓸𝓷 𝓵𝓪𝓼 𝓿𝓮𝓷𝓽𝓪𝓷𝓪𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓪𝓵𝓶𝓪
~𝓪𝓷𝓲𝓶𝓸

El joven yaksha permanecía sentado en lo más alto de la posada, disfrutando de la aparente calma que había ese mismo día, hasta que los gritos de euforia de una persona lo despertaron, se dirigió a bajo de la posada sin ser visto por los demás huéspedes que estaban en lugar, lo único que podías llegar a notar de él eran sus ojos que parecían que se iluminaban en la oscuridad, se dio cuenta de que se trataba de una joven que iba a quedarse aquí y se veia de los peor, sus ojos tenían ojeras colgando, su cuerpo pedía a gritos una cama, y sobre todo, se veía delgada, pero no de buena manera. No le tomo mucha importancia, ya que era algo de todos los días ver a aventureros en ese estado.

Al momento de irse sentido escofrios por todo su cuerpo, una sensación desagradable para él, y sin darse cuenta una pequeña cantidad de su energía negativa se liberó de manera involuntaria, escucho un fuerte estruendo y los gritos de un señor pidiendo perdón por su vida. Se dirijo rápido al sitio pero solo observo a la misma joven apuntando con un arma al un tipo que pasaba casualmente por ahí. Curioso se quedó observando, pero al predecir las intenciones de ella decidió irse, no quería convivir con una desconocida y darle explicaciones de lo que era.

- maldición... -ver la cara decepcionada de la chica por no encontrarlo solo lo alivió

- Que inoportuno... -Cerro sus ojos, dejando que el lindo canto de los pájaros llenarán sus oídos

Tenia una mal presentimiento.

Antes de que cayera la noche salió rumbo a Liyue, quería ver que todo estaba en orden.

"Tienes una sola obligación".

Saltaba de techo en techo, una sombra sigilosa que aseguraba todas las vidas de una gran ciudad, aún que ellos no fueran conscientes de que dependen mucho de él. De brazos cruzados y vista seria se paso horas observando cada rincón de Liyue, incluso paso un gato negro por donde estaba parado, este se pegó a sus pantalones mientras ronroneaba, Xio se acercó y lo acarició sutilmente. Al final no pasó nada malo, ya era muy tarde, la gente del puerto no salía de sus casas, solo los soldados de la armada que tenía que cumplir su deber cuidando la ciudad, así que regresó a la posada wangshu.
El cielo tenía un tinte azul pálido: hacia el oriente y sobre las crestas altísimas de las montañas, medio enlutadas aún, como las gasas del turbante de una bailarina esparcidas por un aliento amoroso. Hacia el sur flotaban las nieblas que durante la noche habían embozado los montes lejanos. Cruzaba planicies de verdes gramales, regadas por riachuelos cuyos pasos obstruían hermosas vacadas.

- Hola pequeño -escucho la voz de una mujer al llegar a la terraza, no quería molestarla, así que se quedo quieto unos segundos, lo que no esperaba es casi ser atravesado por una espada que le paso rozando su ropa, ese ataque lo tomo desprevenido, abrió sus ojos aún mas cuando miro a la chica con una expresión seria - ¿Quien eres? -el tono dulce que tenía cambio de repente, el no le respondió por el simple hecho de que no tenía la necesidad de hacerlo, terrible error

Rame [Xiao x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora