Acostada en mi cama
en plena oscuridad,
apenas la luz de mi celular frente a mis ojos me brinda un panorama escaso de lo qué hay a mi alrededor.
Insomnio, o tal vez testarudez
me niego a cerrar los ojos,
me niego a rodar intentando callar las voces de mi cabeza
o al menos rogar por que no sean tan autodestructivas por una noche.
Admito que soy demasiado egoísta,
mi mente ronda demasiado cruzando caminos oscuros y llenos de arbustos con espinas,
le gusta el dolor y sufrimiento.
Al menos ya no recurro al filo de la navaja para calmar las voces,
trato de persuadirlas a tomar otro camino.
Estoy mejorando, lentamente, el tiempo no está muy de mi lado.
Pero sería una excusa culpar a mi alrededor, así que trataré de atravesar más rápidamente el camino oscuro y con espinas, ya añoro la calidez de la Luz del Sol.
F I N.
