𝗉𝖺𝗋𝗍𝖾 7

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Después de quedarme un rato quieto debido a aquel imprevisto beso, continué mi camino hacia mis casa, justo por donde había ido ouma ya que aún vivimos cerca.

Una vez llegué dejé la mochila a un lado y acosté en mi sofá mirando al techo. No tenía idea de lo que me estaba sucediendo estos días. Parecía alguien que está mal de la cabeza o tiene problemas, pero creo que hasta esas personas pueden ser más razonables que yo. No podía pensar en Ouma y todo lo que le había hecho sufrir hasta ahora y menos que hace muy poco tiempo le había amenazado con no decirle a nadie sobre el asesinato de Rantaro ni el intento fallido de haberle secuestrado.

En la ventana se podía ver que seguía nublado, incluso más que nunca. Debía plantearme bien como arreglar las cosas con Ouma, ¿arreglar? Él ya me lo dejó claro, no pensaba perdonarme. Me golpeé en la frente y me levanté del sofá para distraerme con cualquier cosa que se me ocurriese en ese momento. Me la pasé limpiando los minutos de tarde que me quedaban y parte de la noche, para caer exhausto en la cama. El sueño me invadió en ese momento, lo cual provocó que me quedara dormido.

Me desperté bastante tarde. Ese día llegaría tarde a clases así que decidí quedarme en casa, bueno, no es como si alguien viniera a buscarme o se preocuparía. Quizás el que Ouma se lo diga a alguien no sería tan malo, el seguiría viviendo una vida tranquila y sin preocupaciones. Yo era quien estaba poniendo obstáculos en aquella vida que Ouma tenía.

Decidí dejar esos pensamientos aparte y me volví a recostar en mi cama para quedarme dormido. Me desperté cerca de las 13:28, bastante tarde para lo que estoy acostumbrado, pero no me molesta. Estuve todo el día en mi casa, solo saliendo por si era necesario, y así continuó la semana, miércoles, jueves, viernes... hasta que llegó el Domingo. Ese día tenía planeado quedarme en mi casa, como toda aquella semana. Era así hasta que alguien tocó la puerta echándome de mis pensamientos y obligándome a abrir. Ese día sin duda no podía empeorar. Cuando abrí la puerta estaban kaede, miu y... Ouma... al parecer este último vino algo obligado debido a la expresión de poca gana que tenía, aunque realmente no me es de extrañar y no me importó en ese momento ya que me quedé pensando en varias cosas.

¿Qué hacían aquí? ¿Ouma aprovechó que no iba a clases para contárselo al resto? Bueno... supongo que no le pudo culpar realmente. Sonreí bastante incómodo sobre la situación, y los que estaban en la puerta entraron sin decir palabra, bueno, Ouma entró siendo arrastrado por Miu.

𝙃𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙚́ 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙮𝙤 ꧁𝚂𝚊𝚒𝚘𝚞𝚖𝚊/𝚙𝚛𝚎𝚐𝚊𝚖𝚎꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora