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Al día siguiente no se sabe cómo es que todo terminó de esta forma.

Tras despertar con un dolor de cabeza y caderas horrible, Tomura se levantó y vistió para después dirigirse a la cocina dónde se encontraban los demás inquilinos de la casa, y en esa habitación se dió una conversación que lo inició todo.

–Ustedes siempre se dejan.– Recriminó el villano de quemaduras y grapas al muchacho de alas rojas.

–Tú nos violas.– Contraatacó el rubio.

–No se quejan, Shiga lo disfrutó.– Al decir esto último logró que el mencionado se sonrojara de sobremanera y casi se ahogara con su desayuno.

–N-no me metan en sus asuntos...– Dijo con dificultad, tosiendo de a ratos para recuperar estabilidad y aire.

Dabi no pudo evitar excitarse al ver a su jefe sonrojado, se le hacía tierno verlo de esa forma y también muy lascivo. Por lo que empezó a molestarlo.

–Muy tarde, te enrollarse conmigo primero y te callas, además... Te ves muy bien sonrojado y con ropa femenina.– Comentó el villano pelinegro, notándose en su voz un tono más grave y rasposo del normal.

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La mañana y tarde se fue con tranquilidad.

Hawks y Shigaraki se ignoraban la mayor parte del tiempo mientras que Rosse y Dabi se hacían cada vez más cercanos. Tanto que hasta tuvieron relaciones sexuales de la forma más tierna y consensuada posible.

Increíble viniendo de alguien como Rosse.

–¿Me quieres?– Preguntó la chica, quien estaba acostada en el pecho del pelinegro mientras detallaba su pecho calcinado.

–Más de lo que quisiera admitir.– Respondió.

–¿Qué hay del patas de pollo y el manitas crujientes?–

–Quiero seguir molestándolos.– Empezaba a detallar el ojiturquesa. –Me humillaron bastante la noche anterior, y no soy alguien que perdone fácil.–

Ambos se sonrieron con malicia y empezaron con su plan. Uno que irían detallando punto por punto hasta culminar con la posible destrucción mental de ambos implicados.

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Por más que quisiera, Tomura Shigaraki no lograba olvidar lo de la noche anterior.

Sí, fue humillante y asqueroso, pero... ¿Quién iba a pensar que el héroe número dos podía ser así de sexy y sumiso?

¡Nadie puede culparlo! Simplemente era medio fetichista y quería repetirlo o...

Negó repetidas veces con su cabeza al pensar en tales cosas. ¡Claro que no le gustaba ese pajarraco!¡¿A quién le gustaba?!

No iba a permitirse darle un espacio en su corazón. No lo merecía. No permitiría que él le hiciera daño.

Un toque en la puerta de su habitación lo distrajo.

–¿Estás ahí, Shigaraki?– Esa voz suave y firme, claro que sabía quién era.

–¿Qué quieres, Hawks?– Preguntó de forma defensiva.

–Hablar contigo. Sobre ayer.– Fue lo único que pronunció, para luego ser el peliceleste quien le abría la puerta, solo para verle la cara.

–No tengo nada qué hablar contigo.– Espetó.

–Si eso fuera, no me habrías abierto la puerta.– Le sonrío con sorna.

–Cállate.–

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¡Holi, holi!

Ha pasado bastante desde que subí el primer capítulo de este fanfic.

¿Les digo la verdad? Pasé por muchos momentos difíciles e incluso deseché esta idea como varias historias más de mi perfil porque nunca me tuve fé como escritor.

Aún no me tengo fé, jajaja.

Igualmente, les agradezco mucho que les haya gustado bastante el primer capítulo, hayan tenido un buen año nuevo y espero que realmente disfruten de este segundo capítulo por más cortito que fuera.

Haré mi mayor esfuerzo por traerles más capítulos y desarrollar les esta tonta historia.

Me despido, Gookies.

¡Se me cuidan!

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⏰ Última actualización: Jan 01 ⏰

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Extraño amoríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora