•MI ENTRADA AL INFIERNO•

CAP 3 «DESTINO O CASUALIDAD»

                                                                                                                 (Hora, 2:00 pm)

Jimin se encontraba en la oficina del director, para darle las gracias y saber las reprimendas de los chicos, esperando que la secretaria le permitiera el acceso, pero estaba un poco aburrido decidió ir a comer con Jin y después regresar, de igual forma también el director saldría a comer. Ubico el campo de béisbol, donde al fondo se encontraba Jin. Al llegar noto que estaba con 3 Omegas y 2 Alfas, saludo a todos, Jin se los presentó pero no prestó mucha atención. Jin le pregunto que como estuvieron sus clases, Jimin realmente quería dormir un poco antes de entrar a las siguientes clases así que Jin le comento que podía usar una tibia y cómoda sudadera como almohada a lo que aceptó, Jimin en un punto lo comparó con su madre por ser tan amoroso y comprensible.

Pasaron alrededor de 20 minutos desde que se durmió un poco, alguien se dirigía aquella palapa donde se encontraba Jimin, se paró tras de Jimin preguntando quien tenía su suéter como cama, Jin miro la hora y noto que faltaban 10 minutos, para entrar a las clases le dio pequeños golpecitos a Jimin, logró despertarlo y le aviso que ya era tarde, Jimin entre sueños logró ver la silueta atrás y volteo de pulso, abriendo los ojos sorprendido.

—Hola, veo que le encuentra nuevos usos a las cosas —Dijo burlón a la cara de Jimin.

—Hola, mmm eso creo. "este payaso que"—Pensó Jimin

—Oh, basta, ¿Quién no lo hace de vez en cuando?, por cierto, ¿ya terminó tu entrenamiento? —Dijo Jin al desconocido.

—Sí, ya casi entramos a clases, pero no asistiré, mi padre me avisó que tengo que ir a la Presidencia, dará un discurso de bienvenida a los estudiantes, así que ya me iré, ¿me podrías pasar los apuntes después? —preguntó haciéndole ojitos a Jin.

—Claro, no hay problema, ve con cuidado y te molesta si te doy después tu sudadera —dijo Jin mirando al extraño.

—Ohh, es tuya!?... —Jimin está comprendiendo todo.

—No te preocupes. Ya se hizo tarde y no llega el chofer —Miró su teléfono para confirmar que le había enviado el mensaje.

*no lo envió*

—¿Estás bien? —dijo Jin ante la cara blanca.

—No se envió, por la falta de señal en la parte del campo de extracurricular, ¿Trajiste tus llaves Jin? —dijo preocupado.

—No, me trajo el chofer.

—Mi chofer puede llevarte, se encuentra en el estacionamiento, vino a dejarme unas cosas para las clases —Jimin mencionó, mirando con una sonrisa al mayor.

—Si, por favor, ¿puedes llevarme a donde esté? —Dijo tomando sus cosas—. Ahora regresamos Jin no tardó, nos vemos más tarde.

—Sí, apresúrate que ya falta poco para las clases.

—Bien —Dijo entre risas.

Bajando juntos en el elevador Jimin se disculpó por la sudadera. El extraño lo miró con media sonrisa de lado.

— ¡Qué te pasa!, me estas salvando la vida y encima te disculpas, puedes conservarla, deberías considerarla una apertura a la buena amistad que tendremos, porque esto no puede ser una casualidad — dijo Tae Hyung a Jimin, mientras lo abrazaba con una mano sobre sus hombros.

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Kim Tae Hyung (25 años)

Un Alfa que su simple presencia daba un brote de superioridad, aunque no fuera engreído, pero también podía ver a través de él.

Tenía un gran miedo a algo o alguien que no lo soltaba. Tae siempre fue amable y considerado, pero también tenía un poco de arrogancia dentro, muy en el fondo de su ser.

La respuesta, su padre. No vivía con él, pero al ser el presidente de Corea cada que hacía algo que pudiese perjudicar su imagen iba contra él. Pero aun con todos los problemas que se le pudieran presentar, hacía lo que quería, en dado caso la mitad de la fortuna de su madre era de él, su madre era una reconocida empresaria y él era su socio. Cuando él se declaró Alfa su padre lo quería de sucesor en la presidencia de Corea del sur, no le molestaba la idea, pero ahora él estaba enfocado en su carrera de Administración, y sus pasatiempos.

Su olor era Tierra mojada de bosque, un toque a menta y hierbabuena, era fresco y liviano, pero muy fuerte. Siempre fue muy cariñoso con todos, era imposible para cualquier persona enojarse con él, tenía todo lo que cualquiera juraría necesitar, era muy fiestero, lo seguían muchas Omegas, pero siempre marcaba su distancia, no quería dejarse llevar y arrepentirse más tarde.

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Llegando al estacionamiento Jimin se dirigió con su chofer, Tae se quedó tieso al ver aquella persona, su lobo se apoderó de él, al percibir el olor de aquel Omega no dijo nada, pero no se quedaría de brazos cruzados al respecto.

—JK, ¿Podrías llevar a Tae a donde él te indique? —preguntó, mientras miraba a Tae.

—Claro, por favor suba —Le abrió la puerta a Tae y cerró ya que se encontraba adentro.

—Gracias, nos vemos más tarde —dijo Jimin mientras se retiraba de la camioneta, para dejarla pasar.

Jimin checo su reloj, al mirar la hora casi se le bajó la presión, tomó fuerte sus cosas y comenzó a correr hasta llegar a su aula.

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