3

1.2K 129 11
                                    

Él se acercó al cuerpo desfalleciente de Sakura, quien sentía que no había quedado ni una gota de sangre en sus venas, con lo que ella quedaba completamente vulnerable, a merced de los mortales.
Él la levanto del pelo con brusquedad y sus ojos se clavaron en los de ella, como 2 carbones encendidos en medio de la oscuridad; en su rostro pálido se dibujaba la desesperanza y una especie de dolor interior. Ella sabía que Naruto y él tenían una relación muy estrecha, y de pronto comprendió por qué.
La voz fría de él parecía incongruente con la melancolía que reflejaba su rostro:

–¿ Tu ya eras masoquista antes de morir o eso te ocurrió con la transformación?
Sin esperar respuesta la volvió a dejar sobre la mesa. Un momento después se escuchó el sonido del interruptor y una luz cayó sobre Sakura, lastimando sus ojos como un rayo de sol. Ella se cubrió los ojos mientras él hablaba.

–¿ Y que esperabas?...... ¿Que yo recibiera a una de las presas de Naruto Con los brazos abiertos?.....¡Bienvenida a mi pesadilla, dulce virgen de las tinieblas!

–Naruto también me dijo que tú eras cruel.
El río estrepitosamente y el sonido de su risa punzaba en los tímpanos de Sakura como una andanada de alfileres.

–¡El me conocía bien! –dijo con fiereza – pero no te enseño mucho de etiquetas vampirezca, ¿Verdad?

El tomo a Sakura de la barbilla, obligándola a mirarlo; de su fisionomía emanaba un horrendo poder, pero también una gran belleza.

— Mira, pequeña vampirita, uno nunca debe aventurarse a invadir el territorio de otro Nosferatu, pues eso se considera una agresión y los instintos se despiertan. Tu ya tuviste una prueba de mi, y lo mismo yo te he probado a ti. ¿Entiendes eso?

Ella asintió con la cabeza.
.....En segundo lugar, tu ya sabes que nosotros somos una especie solitaria; aunque Naruto no lo comprendía muy bien; pero la verdad es que nadie debe de entrar en área de comida de otro, y si se mete por accidente tiene que salir inmediato.
¿ Me explico con claridad?
Ella asintió nuevamente.
Él la miro con una mezcla de piedad y desprecio, mientras la apartaba de si.

—¿ Desde cuándo? – dijo él con brusquedad.

Sakura se irguió un poco sobre la mesa, tratando de evitar el mareo y expresando con los ojos el desconcierto de la pregunta.

— ¿ Que crees tú qué te estoy preguntando?.....niñita ¿Desde cuándo acostumbras a visitar estás clases de lugares?

– Hace poco – respondió Sakura–; una semana, unos diez días.
¡ Maldita sea! — dijo él, tocándose los cabellos — Naruto siempre fue un gran chupador de rubias, aunque también de morenas, pelirojas o lo que fuera. Bueno, finalmente ¿Por qué diablo estás aquí?

Sakura trato de sentarse sobre la mesa de billar pero no encontró energía para lograrlo. Analizando la extrema pobreza de su vitalidad en sus adentros se preguntaba cuál sería la reacción de él si le pidiera una pequeña ración de sangre que le sirviera al menos para moverse.

— ¡ Ni se te ocurra algo así! – dijo él.
– ¿Dedujiste lo que necesito?.....¿ O acaso lees mi mente? – dijo sakura, sintiendo que su cerebro se encontraba reseco y que por eso el cuarto se movía y la luz parpadeaba. Ella bajo un poco la cabeza, como para atraer la pica sangre que corría por su cuerpo y aliviar aquel horrendo desequilibrio; pero una mano poderosa como una grúa la levanto y la sostuvo sentada en la mesa.

—Ojala que en este momento que Naruto se esté quemando en el infierno.
Cuando la soltó, ella vivió a caer sobre la mesa como un trapo sin vida. Cerro los ojos y lo único que persibia era el aire por su nariz y corría dolorosamente por sus pulmones. Cuando volvió abrir los ojos no era la escena del cuarto la que veía, sino algo parecido a un río que en ves de agua llevaba un torrente de rubíes.

Él la tomo de sus cabellos y levanto su cabeza justo hasta su propia mejilla; los labios de ella se deslizaron automáticamente hasta el cuello de él, encontrando el camino tal como un bebé recién nacido localiza el pezón de su madre. Ella se pego a esa fuente de vida, succionando con deleitacion mientras un cálido torrente iba descongelando poco a poco su cuerpo dormido. Se sintió bendecida por pétalos de rosas rojas, y algo haci como un rocio de agua tibia que humedecía su cuerpo.

De pronto fue arrancada de aquel ceno de placer alimenticio y ella sintió ese desprendimiento como si un largo cuchillo de plata la hubiera partido en dos.

Él la arrojó a la mesa sin la menor delicadeza.

—¡ Basta ya, pequeña sanguijuela!.... No pienses que te volveré a invitar a una de mis fiestas.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

JUEGOS DE PASIÓN.  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora