Dear prudence

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˚ ‧ . ˏ ' * ۰ ‧ ₊ ' ° 。゚ ۰ ⋆ ˚ ☾⋆ ❅゚

🌓

Dear Prudence let me see you smile
Dear Prudence like a little child
The clouds will be a daisy chain

So let me see you smile again
Dear Prudence won't you let me see you smile?






AQUILA QUIERE PENSAR QUE ES COMO UN DÍA CUALQUIERA, está con su padre. Confiesa muchísimas cosas cuando esta en un estado vulnerable, tal como si se lo dijera a un cura. Una por ejemplo sería que idealizo demasiado los días que le seguirían luego de llegar a la casa de Gabriel. En realidad, ha llorado casi toda la noche del día anterior, porque esto era lo más similar a sucesos ocurridos cuando era niña.

Reemplazo, pensó molesta, Me reemplazó como si nada.

—Aquila —se dirigió Marla—. ¿Te encuentras bien?

Aquila abrió sus ojos soñolientos, no podía darse el lujo de mirarla con el ceño fruncido (a veces simplemente así era su cara, era muy sensible cuando oía que decían ¿por qué no cambias la cara?) en respuesta acabó encogiéndose de hombros con timidez. No podía enojarse con ella, todo le terminaba siendo dulce; era como con todas las mujeres que se le acercaban.

Aún sentía un pequeño nudo formando en su garganta. No fue hasta que la señora le señaló sutilmente el párpado de su ojo desde el otro extremo de la mesa. Y eso había sido la señal más clara para que Aquila, finalmente, uniera los hilos y pidiera permiso para dirigirse al baño. Diálogo internamente sobre la idea de permanecer allí, de pronto escuchó la melodía de una canción, según dijo el presentador era Crazy de Aerosmith. Aquila los había escuchado, se sentó en la bañera cruzando sus brazos alrededor de sus piernas, mientras movía su cabeza en movimientos lentos. Ni era fácil mantenerse. La primera vez que la oyó fue en su segundo año, nadie en casa hablaba de eso, solo ella lo sabía hasta que más tarde fue un boom en Hogwarts; y te encontrabas con cada pareja entregándole un casete o rateando algo. Y con otra compañera (cuando esos grupos no estaban tan desarrollados) y Lúa planeaban escaparse como las protagonistas del video musical cuando cumplieran quince. Ahora, ya con esa edad fantasiosa e idealizada, se veía así misma decepcionada.

Ocultó su cabeza en los brazos, forzándose a recordar cualquier mínimo acontecimiento catalogado como genial.

Nada se comparaba a la vez que escucho Love Grows, ¿conoces la sensación cuando escuchas una canción y ya sabes que siempre será tu favorita? ¡Por supuesto! ¿Quien no? Era una maravilla oírla cuando hacía galletas o regaba su huerta de tomates.


Le desagradó ver como su padre no preguntó si estaba bien cuando regresó, fue como si nada, nadie se daba cuenta. Quería plasmar el sentimiento en papel. Aquila podía golpearse la rodilla, sangrar, pero si no decía algo nadie se daba cuenta, lo cual era lógico; pero aún así lo veía triste y le molestaba. Por un momento pensó que él se dio cuenta, aunque supo que estuvo llorando y como ella no luce agradable decidió no hacerle caso y preocuparse. ¿Y si él lo notó y ahora la considera débil y por esto mismo no le dio atención? De una forma u otra acaba pensando en algo de hace años, «Llorar es de niñas y si te veo otra vez la vas a pasar mal» a lo mejor era eso, lo estaba decepcionando. Cuestiona el pensamiento, acaba yéndose a uno disfrazado de optimismo. Al menos él dijo algo y fue consciente que estaba triste. Sin embargo, quiere quitar de su mente las veces que dijo que no podía hacer algo (ejemplo: ser un astronauta, estudiar economía, o alguna cosa de chicos) porque es una niña. «Cariño, eso es para hombres!». Sí, bueno, tal vez eso haya afectado su confianza al igual que las comparaciones de su madre.

Fue aquel movimiento paternal que tuvo con Harriet, su hija de ocho años, que tomó toda su atención. Aquila al terminar su desayuno, se retiró y fue a su habitación en busca de una canción similar a My Generation. O una versión acústica de George Harrison.



     
Investigando el baúl de su abuelo, había encontrado un vinilo y como era una niña tan curiosa decidió investigar la función del tocadiscos y la forma de uso. Luego de haberlo escuchado, puede decir que su canción favorita del artista es Burning Love.

Resignada decidió quitar ese nunca haré algo muggle que le dijo incontables veces a Edward, era del tipo de persona que dice que no hará algo, lo insulta y más tarde lo hace. Lo detesta porque sabe lo mal que la hace lucir. Decidió encender el televisor. No había nada interesante a su parecer. Su atención se fue a Ren y Stimpy que no iba tan mal, incluso ahogó una risilla, siguió preguntándose qué tipo de animal serían esos dos. Le recodaba a Tommy's Holiday camp.

—Aquila, ¿estás viendo una serie que contiene chistes sexuales? —y ahí se nos va todo para un lugar a cual titulamos mierda. Aquila dudó en apagar el televisor, a su mala suerte no comprendía del todo como funcionaba el control y temía en romperla. Su madre y Valeria, en el momento que hacía algo mal, la retaban, pero de una manera que hacía sentir a Aquila como la peor persona. Debe ser infalible.

Aquila solo asintió en respuesta con el ceño fruncido, Rigel aún estaba allí, con los brazos apoyados en el borde del sillón. Siendo de lo más incomoda para ella porque les hacía daño.

—¿Acaso viste a Reginald volviendo de la muerte? —le preguntó cuando Aquila dejo de mirarlo de reojo.

—Claro que te voy a vigilar, me tiraste de las escaleras —afirmó ladeando la cabeza.

—No fue de ese modo, te caíste sola por tu estupidez.

—Jodete.

Él negó con la cabeza. Si alguien llegaba a preguntar, Aquila en absoluto no extrañaba el humor inquieto de Edward, estaba en un al parecer Ley del Hielo con todos y eso era lo suficientemente genial para ella.

—Oh, ahí está tu falso cantante favorito —Edward tenía una sonrisa plasmada, marcando sus pómulos—. Aquila...

—No te hagas el misterioso —soltó, impaciente—, dime todo de una buena vez.

—No, ya no quiero. Te jodes tu sola. Desgraciada.

—Yo no soy desgraciada, tú lo eres.

—¿Te fue tan mal en lenguaje? Soy chico, por lo tanto desgraciada, no va conmigo.

—Dicen que Elvis Presley nunca escribió sus canciones, salía con mujeres menores a él... demasiado menores —Aquila entrecerró los ojos, sintió la voz de Edward cerca de su oreja—. Y no le gustaban los gatos...

Abrió los ojos de golpe. Tenia en su habitación pegada una fotografía del cantante que venía acompañado con un pequeño perro en sus manos. Su plan era conseguir una fotografía de un gato y ponérsela.

—Huh, mi trabajo está cumplido.

—Rigel —se volteó, alzando la voz—. Michael Jackson es un pedofilo. Y Elvis ya está muerto.

—¿Oíste lo que te dije sobre Elvis? —remarcó chasqueando la lengua—. Priscilla tenía catorce años cuando lo conoció.

Siempre pensó que Edward era un iman de mala suerte, además de ser un tirador de personas para las escaleras. Sorpresivamente, al terminar Ren y Stimpy, se dio comienzo a MTV, después de que Edward se marchará, apareció en unas diminutas letras:

Jailhouse Rock (1957)
Elvis Presley
Elvis #1 Singles

Bien, aún tiene a Chuck Berry y las falsas cenizas de Sir Reginald.












author note 🌠 — (13/4/21)

Paso a decir que en el próximo capítulo (de ambas historias) pro fin aparecerán draco, effie y algún otro de relleno

sunny afternoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora