sunny afternoon

Conversations I Have Had With My Father

Aquila,

Me has enviado siete carta...

Draco,
Por supuesto que te envío dos cartas, una por cada neurona que me queda en este momento, idiota.

Aquila,
Okey.

Draco,
Por qué tardaste tanto en responder?!

Aquila,
No te incumbe. ¿La exageración viene de familia o que?

Draco,
No lo sé, ¿ser mortifago se hereda o solo es una fase extraña?

Draco,
Supongo que ofendí, supongo de igual manera que debo disculparme... ¿Estas ahi? Supongo que gane... Lo siento.

Aquila,
¿Por qué fueron siete cartas, que tanto ocurrió?

Draco,
Toma asiento.

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🌓

ME: What time is?

POE: Why, my dear friend, 'tis the twilight of your soul! The withering of the spirit! Hark! Now is the time to- -

ME: I mean the actual hour and the mi the of the day.

POE: You' re not fun.

HABÍA DECIDIDO ir por el camino de la tranquilidad al ver Desayuno en Tiffany's. Una especie de ritual acompañado de oír Pale Blue Eyes. Aquila apenas pudo contener la felicidad y algo de malestar, cuando tuvo que cumplir con su misión de acompañar a su padre a la tienda de vinilos. Fue un milagro a mano propia que no tardará en cambiarse por fijarse demasiado en cómo se vería su cuerpo al utilizar ropa primaveral. Por un lado, quiso no esperar un halago, o sonreír en respuesta, solo quería interconectarse con la naturaleza y la presencia de un ser querido. O al menos, a lo que su mente quiere denominar de esta forma.

Dejó de sostener meticulosa su bolso de mano marrón corderoy. En su cumpleaños número catorce había ido exclusivamente al mundo muggle para conseguir a toda costa un pequeño peluche del mítico Totoro, a quien llevaba orgullosa en uno de sus dos bolsillos delanteros, junto con un par de brillo labiales y cosas sin sentido que a menudo guardaba.

Ver la portada de Breakfast In America, le traía buenos y lejanos recuerdos. The Logical Song cruza uno de esos diálogos que lograron ser de gran interés: La solución consiste en saber que sólo nos ocurren cosas buenas si somos buenos. Resaltaría aquellos numerosas veces después de descubrirla.

Por supuesto que Aquila ya no sabía como considerarse. Es extraño. Cuando era pequeña y su padre volvía de trabajar, esperaba impaciente las muñecas de tela, al igual que insistirle en jugar al té con ella, solo que él se negaba. Al día siguiente regresaba aún más tarde por una breve discusión que mantuvo con Lorelai. Aquila también se encontraba muy angustiante después de notar que Harriet tiene las mismas muñecas. Por supuesto no podía competir con una niña pequeña, al igual que lo bajo y poca culpa que tenía. Pero incluso era una tarea difícil no sentir ningún sentimiento de abandono. Fue una buena niña, nunca hizo berrinches, quizá algunos cuando su madre hacía la Ley del Hielo; pero debes saber que no era tolerable, ¡y la razón mayormente era por no haberse comportado bien! ¡Si insistes que te hablen, no está mal! Reconoce (y quiere retractarse) que fue el problema el año pasado, ¿pero debía ser tan malo el karma?