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Me despierto con dolor de cabeza.

Todo me da vueltas y no puedo recordar en qué momento llegué a casa.

Me levanto despacio y veo que está Olivia aún desmayada a mi lado.

Poco a poco empiezan a llegar a mí imágenes de la noche anterior. Descontrol, mucho alcohol y música lo suficientemente fuerte como para romperte los oídos.

Salimos con mis amigos de toda la vida a festejar que había quedado becada para estudiar en el exterior; además de que ya que hace unos días había alcanzado la mayoría de edad, festejamos a lo grande.

Cuando recibí el correo de confirmación casi quedo afónica junto con mamá del grito de alegría que dimos. Es algo que he esperado por mucho tiempo, ampliar mis horizontes, conocer gente nueva y por sobretodo, estudiar lo que más me apasiona.

Me miro en el espejo y puedo ver la sombra de mis ojos corrida, mi pintalabios por toda mi cara cual 'Guasón' y mi cabello... Mejor lo dejamos ahí; viendo ese panorama, decido darme un baño y bajar a desayunar. Encuentro a mamá tomando, como siempre, un café bien cargado y leyendo las noticias, lista para salir a trabajar en la radio; levanta su vista del papel y me observa.

-¿Quién hubiese pensado que la borracha de anoche sería una niña tan hermosa y educada?- dice con una media sonrisa en su rostro.

-Ja ja, muy graciosa mamá, fue una noche de celebración aunque debo admitir que se nos pasó un poco la mano- ruedo los ojos y agarro un vaso y le coloco jugo.

-En mis tiempos no festejabamos así, pero debo reconocer que me hubiera divertido mucho- suena su celular y después de leer lo que dice, se levanta y agarra su mochila- El deber llama, nos vemos esta noche para festejar nosotras. ¿Alguna preferencia?

-Me gustaría ir al lugar de papá- digo algo temerosa, aún es un tema algo delicado.

-Ahí será entonces.- veo como su mirada se vuelve algo melancólica pero igual intenta darme una sonrisa. Luego, se levanta, besa la coronilla de mi cabeza y se va.

Veo a mi alrededor y decido subir a despertar a Oli, mi mejor amiga o la bestia durmiente que está muy entretenida jugando en su celular aún acostada en mi cama. Le tiro una almohada y se queja.

-Ey, ¿por qué esa agresión?- siempre con su voz chillona.

-Tal vez por el hecho de que son las doce del mediodía y estás muy tranquila en cama ajena- me rió al ver la escena, tiene puesto un pijama mio que definitivamente le queda chico y tiene sus pies apoyados en la cabecera de mi cama.

-¿Acaso es mi culpa? Tu cama es increíblemente cómoda. Ahora que te vas a Inglaterra y pensas abandonarme, ¿puedo quedármela?- pone sus mejores ojos de perrito mojado, lo cual genera una carcajada automática en mí.

-Sabes que no me estoy yendo para siempre y aunque lo hiciera, no te la dejaría- me limpio una lágrima imaginaria.

-Sé que no te vas para siempre, pero la próxima vez que nos veamos seguramente ya vas a estar saliendo con un hermoso y sexy chico inglés y teniendo muchas amigas hermosas y a la moda, por lo que no vas a querer estar con simples mortales como yo- hace un gesto exagerado de tristeza y finge llorar. Tan exagerada como solo ella puede ser, por eso la adoro.

Olivia y yo hemos sido amigas desde que puedo recordar, jamás nos hemos separado y solemos pasar mucho tiempo juntas, por lo que este viaje, a pesar de que es lo más increíble que me ha pasado, me entristece mucho porque sólo podré verla por videollamada. Pero ambas sabemos que nuestra amistad va más allá de cualquier distancia y que esto es algo bueno para mí; solo que nos encanta el drama y siempre hacemos bromas sobre eso.

A shot of GinevraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora