POV DARIAN
Mis ojos se comenzaron a abrir levemente, un olor en particular llamó mi atención, me di cuenta de que estaba abrazando algo, mejor dicho, a alguien. El abdomen marcado de Jean fue lo primero que vi cuando pude abrir mis ojos totalmente, también miré mi entorno y un fuerte dolor se instaló en mi cabeza casi al instante, la resaca que tenía se estaba comenzando a notar y entonces dejé de rodear a Jean con mi brazo, pero al hacerlo él abrió los ojos de golpe, pasó su mano por toda su cara para despertarse y bajé la vista a la ropa que yo traía puesta, que solo costaba de la misma camisa que Jean tenia puesta la noche anterior, mientras él solo tenía puesto su pantalón. Miles de pensamientos se vinieron a mi cabeza, ¿Nos habíamos acostado? ¿Le habría dicho que lo perdonaba?
—Me tengo que ir— Le dije y quité las sabanas de mi cuerpo, él se apresuró a detenerme.
—No, no puedes irte— Dijo mientras aun me sostenía. —Si crees que nos acostamos no fue así. Estabas ebria y no me atrevería a aprovecharme de eso-
—No— Reí levemente al verlo con sus ojos abiertos de par en par, como si estuviese asustado. —Sé que puedo confiar en ti en ese sentido. Pero mi madre debe de estar preocupada y no quiero que...— Me interrumpió.
—Llamé a Brianda, le dije que estaba contigo y que irías a su casa en la tarde, sonaba algo rara ¿Están enojadas? No se escuchaba muy contenta cuando llamé-
—No— Dije descartando su idea. —Bri y yo nunca estamos enojadas, tal vez, ella te odia. — Dije y él soltó unas carcajadas.
Se recostó levemente en el respaldo de la cama y tomó mi mano, hizo leves círculos en ella mientras yo lo observaba atentamente. Besó mi mano y me atrajo con ternura hacia su cuerpo, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo por su toque, igual a la vez que nos habíamos conocido, cuando me entregó su dirección y nuestros dedos se rozaron. Sonreí ante el recuerdo, sentí sus labios posarse esta vez en mi cuello, luego me besó en los labios y mientras yo le correspondía, él estaba desapuntando los primeros botones de la camisa que llevaba puesta.
¿Estaba haciendo lo correcto? Detuve su mano, pero él seguía besándome, no sabía de qué manera hacer que se detuviese.
—Jean por favor para...— Me alejé, mientras él me observaba descolocado.
—¿Qué pasa?— Preguntó aturdido.
—Tomaré una ducha, tú sigue durmiendo— Dije y me levanté.
Ni siquiera recordaba cómo había llegado a este lugar, la cabeza me daba vueltas y me sentía completamente aturdida. Me adentré al baño y me miré al espejo, mi labial estaba algo corrido y la coleta que me había hecho anoche ya estaba completamente destruida, me sentía tan pérdida. Mis ojos se empañaron de lágrimas, a lo largo de estos largos meses había creído que Jean y yo habíamos cortado para siempre, sinceramente jamás creí que lo volvería a tener al frente, y mucho menos que volvería a dormir con él.
Me desvestí y me adentré a la ducha, el agua caliente hizo que toda la tensión que había en mi desapareciera, ¿Qué se supone que debería hacer ahora? De alguna manera estaba sintiendo que todo su arrepentimiento era verdad, que todo lo que sentía por mí en realidad lo sentía, simplemente tenía miedo, tenía miedo de que Jean jugase conmigo y que me engañase otra vez, no quería ser una tonta, no lo había hecho con Boggi y mucho menos con Jean, sin embargo Boggi y Jean eran personas completamente distintas, a Boggi jamás temí perderlo, a Jean sí.
De pronto, alguien abrió la puerta del baño y al voltearme, lo único que vi, fue a un Jean completamente sonrojado, no me dejó procesar las cosas, porque de pronto, ya lo tenía parada justo frente a mí, no podía descifrar lo que decían sus ojos, pero si sabía que se habían puesto de un azul oscuro e intenso, mientras repasaba con suma lujuria mi cuerpo desnudo.