⊱┈─╌ 𝙏𝙖𝙧𝙤𝙩; 𝘚𝘭𝘢𝘹𝘭.

1.

El atardecer comenzaba a caer.
Aún había niños y muchachos jugando en la calle, se escuchan sus risas y el hueco sonido que se generaba cuándo pateaban con fuerza el balón de fútbol.

En la banqueta habían algunas niñas pequeñas jugando con sus muñecas o simplemente platicando un poco.

Sin embargo Axel se encontraba en casa, cómo siempre.
Mirando desde la ventana a los demás.

Estando en su cuarto se entretenía leyendo libros, dibujando, incluso componía canciones que luego no se atrevía ni a ver nuevamente.
Y por obvias razones, seguía preparándose para convertirse y dominar perfectamente la magia.

Aunque ser gitano no era lo que más deseaba, no planeaba que esa fuera su dedicación.
De por sí nadie le hablaba, no pensaba pasar así el resto de su vida.

Fuera de esas actividades, le encantaba asomarse discretamente a la ventana cuándo el reloj marcaba las 6 de la tarde; a esa hora llegaba Saúl de su trabajo y pasaba por enfrente de su casa.

- Oh, ahí estás...-Susurró emocionado al ver a lo lejos al joven de rizos, quién de apoco se iba acercando más.

No tardó en que los demás jóvenes se aproximaran a él para saludarlo y pedirle que se quedara a jugar.
Slash es un muchacho bastante popular en la zona.

Axel se recargó en su mano y seguía mirando con ternura al joven, imaginado lo que sería poder abrazarlo, así fuera un poco.

- Nene...-Intervino Brooke, sobresaltando a su hijo.

- ¡Ay, mamá! Me asustas. -Se quejó riendo y llevando una mano a su pecho.

- Perdón, pequeño. ¿Que estabas haciendo?

- N-nada...ya me iba a mi cuarto. -Cerró las cortinas rápidamente y se levantó del sillón.
No obstante, la mujer abrió nuevamente la suave y delgada tela, mirando breve el exterior.

- Ah, estabas espiando al vecino otra vez, no? -Dijo en un tono sugerente.

- No es espiar, mamá. S-sólo lo miro y ya.

- Eres tierno cuándo estás enamorado. Slash te gusta, no es así?

Eso hizo regresar al pelirrojo, se dejó caer en el sillón a un lado de su mamá y suspiró profundamente.

- Si...claro que me gusta. Es bastante lindo. Me encanta su cabello, sería tan lindo tocarlo. -Explicó anonadado.

- ¿Y por qué no sales y le hablas? Sabes que él no te aparta cuándo lo haces. ¿Qué te asusta?

- En primera: me asusta porque únicamente hemos charlado dos veces y de menos de tres minutos, y me pongo nervioso, mi único amigo es Izzy y con quién tengo más confianza. Y en segunda... le arruino el momento con sus amigos. -Susurró triste al decir lo último.

- ¿A qué te refieres?

- Cuándo me acerco a Slash, sus amigos se apartan de él hasta que me voy. Y no merece eso...

- Ay, pequeñito...-Acarició suave el cabello de su hijo, sintiéndose apenada por lo que contó.

- ¿De verdad sería un gran problema si no quiero ser gitano? Mamá, no quiero pasar toda mi vida así, sin amigos ni pareja y que nadie me hable.

- Pues...no mi amor, no es ningún problema. Sólo quiero que aprendas de la magia y sepas cómo defenderte ante los males que hay. Eso no significa que te dediques a eso siempre. Pero debes prometerme que a tus descendencias les mostrarás de este arte, si?

- Está bien, está bien...-Cedió con un puchero, provocando que Brooke apretara sus mejillas y moviera a los lados su rostro. Una escena bastante tierna.