003 || Titian

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6 de la Primavera del 5021 D.C.D

Ascian

Cómo la reina Primavera dictó, al ver el primer rayo de sol, ya habíamos comenzado nuestro nuevo viaje a Titian.

No hemos descansado ni un minuto. En todo el camino fuimos cantando, hablando y riendo, animando el momento.

La Diosa de las Estaciones a pesar de que en su reino se muestra fuerte y determinante, en otros lugar realmente se muestra como ella es. Es tímida y reservada pero al agarrar confiesa comienza a hablar un poco más, a sonreírle a todos y a ser amables con todos nosotros.

Siempre fuimos escoltados por los hombres de árbol, nunca perdiéndonos de vista. El capitán Gonzálo se encargó de cuidar el Reino de Florentis hasta que su reina regresara con su pueblo.

Alastair con sus intentos fallidos de conquistar a la reina siempre me hacían reír y parece que a Primavera también. Cada vez que se le acercaba, ella siempre echaba su cabeza hacia atrás, riéndose con todas sus ganas al igual que Alastair.

Merece ser feliz. No me gustaría que pasara toda su vida mortal detrás de mi, sin hacer una vida para el solo. Quiero que experimente el amor, que forme una familia con la mujer de la que se enamore; no quiero que se quede atascado en esta vida tan miserable.

Respecto a mi. Todavía siento ese llamado en mi pecho. Se volvió más fuerte, pero como dije anteriormente, no es doloroso. Tengo una gran, gran ansiedad por saber que es lo que siento pero no se de donde pueda obtener esa información.

Aunque pensándolo bien, tal vez pueda obtenerla de la reina que se encuentra entre nosotros. Clavo mi mirada en ella, y veo que se acaba de reír de algo que dijo Alastair. Se crea un silencio y es ahí donde actúo.

—Reina Primavera—llamo y voltea—¿Podría regalarme algunas palabras con usted?—pregunto y asiente. Alastair siempre con su mirada clavada en mi, le devuelvo una sonrisa tranquilizadora.

Primavera se detiene a un lado con su caballo para esperarme y retomar el camino juntos.

—Dígame, joven Ascian—dice con una sonrisa y se la devuelvo.

Suspiro—No sé por donde empezar.

—Comience por el principio primero.

Rio por lo que dijo—Yo... Yo empecé a sentir algo desde el primer día que salimos de Oblitus, que fue hace tres días. Es como un llamado, algo que me atrae a encontrarlo. No me deja dormir, me pone ansioso de algo pero no sé de que. Cuando logro dormirme solo lo hago por algunas horas, ya que me produce pesadillas, o mejor dicho, recuerdos del pasado que desde hace mucho no tenía.

—¿Y qué exactamente me pides que te diga?—inquiere.

—Me preguntaba, ya que tenemos diferentes edades, es una reina y debe tener más experiencia, si podría decirme que es lo que me ocurre.

Esta vez la que suspira es ella—¿Tienes alguna teoría de lo que podría ser?—me pregunta y niego—Esta bien, no hay problema.—me mira—Si te soy sincera, nunca me ha sucedido algo así—confiesa y siento decepción—Pero si he escuchado de eso alguna vez.—la miro esperanzado—Tengo 750 años, es verdad, pero nunca he experimentado algo de lo que me dices. Sin embargo, conozco a alguien que sí.

—¿Quién?

—Cuando la veamos te avisaré, y resolverás todas tus dudas—me sonríe con una mirada compasiva.

—¿La?—inquiero y me guiña un ojo. Rio levemente.

No sé porque pero creo que esta revelación, como dijo la mujer a mi lado, realmente va a resolver todas mis preguntas y dudas.

Entre la Luz y la Oscuridad © (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora