𝗞𝗜𝗦𝗦 𝗠𝗘 ➤ jakehoon

𓏲 𝙤𝙣𝙚

Era lunes y Jake tenía que hacer la misma rutina de siempre, alistarse e ir a la escuela. Fue caminando, pues en realidad no quedaba tan lejos de su casa.

Se sentía culpable ya que él siempre iba a la casa de su mejor amigo para que fueran juntos. Pero después de lo ocurrido el fin de semana en la casa del mayor, no logró tener el valor para dirigirse allá, por lo que fue directo a la escuela.

Sin darse cuenta, al fin había llegado a esta y al poco rato logró divisar con la mirada a sus amigos, quienes le sonreían emocionados agitando las manos para que el castaño se acercase a ellos. Jake sonrió y caminó hacia allá.

— ¿funcionó? - dijo Jungwon, desesperado por saber.

— no te apresures, ¿sí? - contestó  el menor de los tres, que estaba igual de ansioso que su amigo con apariencia gatuna.

Jake se mordía el labio, no quería sonreír pero estaba feliz de lo ocurrido.

— ¿y?- preguntaron ambos chicos al unísono.

Algunos minutos después, el castaño sonrió y asintió. Los dos jóvenes chillaron de alegría emocionados. El mayor de ellos juraba que incluso estos estaban más feliz que él mismo.

— nos tienes que contar todo, ahora - dijo Yang, haciendo énfasis en la última palabra.

Shim rió y asintió. De camino a su aula comenzó a contarles todo y los menores sólo lo miraban atentos, escuchando cada palabra que el mayor decía.

En seguida el timbre sonó, anunciando que la primera clase había empezado. Los tres se sentaban juntos pero tenían que guardar silencio si no querían que la profesora los sacara del aula. Para Jake la clase se pasó lenta y este no podía esperar para poder irse.

Algunas horas después, la hora del almuerzo al fin llegó y se dirigió hacia sus amigos quienes platicaban animadamente. El castaño en realidad no les estaba prestando atención pues seguía pensando en el pelinegro a quien de hecho logró ver sentado en algún lugar con sus amigos.

— mierda - dijo para sí mismo y agachó la cabeza mientras aceleraba el paso. Los dos jóvenes que le acompañaban se miraron frunciendo el ceño y se encogieron de hombros sin entender qué pasaba para después alcanzar al mayor.

— Jake, ¿qué pasa? - le dijo Jungwon al llegar frente a él.

— siempre voy a la casa de Sunghoon cuando venimos a la escuela y hoy no fui. Seguro me odia - dijo, dramatizando.

— no creo que te odie - soltó Ni-Ki - pero tal vez le debes una explicación. Y si no le vas a decir la verdad, piensa en una mentira de una vez porque viene hacia acá.

— ¿de verdad viene? - dijo Jake alarmado y ambos chicos asintieron mirando al más alto acercarse a ellos. - ¿y? ¿parece enojado?

— nop, - habló Yang- no parece enojado ¡pero buena suerte! - dijo y los que creyó Jake que eran sus amigos, se fueron a sentar a una mesa vacía para así observar a ambos chicos.

— Jakey- dijo el pelinegro cuando llegó, colocando su mano en el hombro del mencionado.

— Hoon - saludó y sonrió nervioso cuando su mejor amigo se puso frente a él. - sobre lo de esta mañana, yo..

—no te preocupes, no estoy enojado - le interrumpió y sonrió tranquilizándolo - al menos no contigo, sino conmigo. No quise hacerlo porque sabía que íbamos a estar incómodos entre nosotros y era lo que menos quería. Jake eres mi mejor amigo y no quiero perderte ¿podemos volver a como era antes? - Sunghoon le suplicó, mirándole.

Jake sintió como su pecho se oprimía un poco.

— de acuerdo - dijo el mayor sonriendo - pero con una condición, - el más alto frunció el ceño - sólo si me das un beso.

Park aún lo miraba sin entender y suspiró, lo tomó de la mano y lo arrastró fuera de la cafetería.
Jake no sabía hasta dónde lo llevaría, creía que se quedarían en los pasillos pero no fue así, pues Sunghoon siguió caminando.

Hasta que llegaron fuera de la escuela, luego dieron la vuelta y el menor estampó al mayor en la pared, tomando su mandíbula, para después besarlo desesperadamente. Shim intentó seguirle el beso, ya que el otro estaba siendo brusco. Antes de separarse, debido a la falta de aire, Park delineó los labios del mayor.

Sunghoon no quería decírselo a nadie pero desde que besó al castaño había querido tanto probar esos labios de nuevo y mentalmente agradeció a este por pedírselo una vez más.