Capitulo 2: Pasado jamás vuelvas

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El alma se me cae a los pies y siento perder el equilibrio, fue hasta ese momento que reconocí a esa maldita —Recé por no tener que volverte a ver la cara nunca más en mi vida Jenna, pero juro que un día me las pagaras todas— rápidamente me recupero del shock y me obligó a fingir una sonrisa y decir lo más tranquila que puedo.
—Buenas tardes señorita, me está confundiendo mi nombre es Maya. ¿Qué van a querer?
Ellos vuelven a mirarse con cara de confusión y se dan una mirada que no logro identificar.
—Lo siento, te confundí con una amiga que no veo desde hace mucho tiempo. —amiga si claro.—Vamos a querer 4 cafés medianos y 4 rebanadas de pastel, por favor.
—Perfecto en seguida se los traigo.
—Es idéntica a  Verónica. —es lo último que escucho al alejarme con dirección a la cocina.

A penas entrando a mi casa las lagrimas comienzan a correr por mis mejillas, no cabe duda que por  más que uno intente enterrar en lo más profundo sus miedos y dolores estos siempre encuentran la manera de regresar y no conformes con eso regresan doliendo más.

Para que entiendan un poco mejor que fue lo que me paso, retrocederé unos años en mi vida.

CUATRO AÑOS ANTES

Me encuentro muy emocionada porque hoy es mi cumpleaños número 16 y por fin después de tantos años volveré a ver a mis hermanos mayores. Lo único que opaca mi felicidad es el hecho de que mi mamá sigue sin querer aceptar la partida de papá y se negó rotundamente a querer celebrar conmigo.

Sé que muchos de ustedes pensaran que debería guardarle rencor a mis hermanos por haber abandonado a mamá en los momentos más difíciles, pero después de como me ha tratado en estos últimos años la verdad lo único que me importa es que ellos no me abandonaron a mi jamás. Con el paso de los años he comprendido que no solo perdí a mi papá sino que ese día quede huérfana, pues junto a él enterré el alma de mamá, y ella a su vez enterró el cariño que tenía por sus hijos junto a papá.

—Princesa— la voz de mi hermano Sam me devuelve a la realidad—¿Ya estás lista?

—Por supuesto, vámonos.

—¿Qué se siente ser más vieja?—comienza a decir mi hermano James apenas cierro la puerta del coche.

—No lo sé, dímelo tú que eres un anciano.

James me dedica una mirada asesina y yo se la sostengo para segundos después soltar a reír los 4. Extrañaba tanto estos momentos donde el único dolor es aquel que sientes en el estómago de tanto reír.

la comida se pasa entre risas y bromas, cuando terminamos mis hermanos se voltean a ver entre ellos comunicándose con la mirada, me da la impresión de que quieren decirme algo pero no saben como hacerlo. Esta teoría es comprobada cuando los 3 se ponen en modo serio.

—Princesa, tenemos algo muy importante que decirte, pero queremos que lo tomes con calma y que sepas que esto lo estamos haciendo por ti, porque te queremos y no nos gusta verte sumergida en la tristeza. Queremos que te vengas a vivir con nosotros a Italia.—abro los ojos como platos de verdad que eso no me lo esperaba—¿Qué dices princesa?—yo sigo en estado de shock no se que contestar mi cerebro no conecta con mi boca y las palabras no salen.

—Si no quieres lo entendemos, no te sientas presionada, sabemos que no quieres dejar a mamá sola, pero... Carajo les dije que era una mala idea, ella jamás aceptará porque no abandonará a mamá cómo lo hi mis nosotros en su momento, princesa no te preocupes todo seguirá igual y...

—De que hablas, POR SUPUESTO QUE ME QUIERO IR CON USTEDES!!—digo interrumpiendo el vómito verbal de Sam.
Los cuatro nos levantamos y nos abrazamos como hacía años no lo hacíamos.

—El problema será decirle a mamá, aunque la verdad no creo que le importe queme vaya.—digo con voz melancolía al recordar que mamá me odia.

[Horas después]
Termino de hacer mis maletas con ayuda de mis hermanos y me dirijo al cuarto de mi mamá.
—Mamá necesito hablar contigo—digo a la vez que toco la puerta, pero como siempre no me responde.—Mamá sólo te tengo a decir que me voy a ir a vivir con mis hermanos, así ya no tendrás que soportarme.

Doy media vuelta para ir por mis maletas pero me detengo a mitad del pasillo cuando escucho que abre la puerta de su habitación.

—Hija—la forma tan suave en que lo dice y el hecho de no haberla escuchado llamarme así por años hace que mis ojos se llenen de lágrimas que me niego a dejar salir.—No me dejes por favor, tú no eres la única persona que me queda y no quiero perderte.

La tristeza en sus ojos es evidente, me duele verla de esta forma pero sé que por una vez en la vida debo pensar en mí primero, me doy cuenta que estoy llorando cuando siento el sabor salado en mi boca.
—Lo siento mamá pero ya tomé una decisión, ¿Sabes? tuve que esperar 8 años para escucharte decir esto, si tú no te hubieras encerrado en tu dolor todo sería diferente,pero yo ya no pienso seguir cargando con tu desprecio, por eso me voy espero que mejores y logres salir adelante, te quiero pero me quiero más a mí,  voy a buscar mi felicidad y escribiré mi propia historia, si en algún momento quieres platicar o si necesitas algo llámame y estaré para ti.

—Te necesito a ti!!— para este punto las dos estamos llorando por igual.

—No mamá, no me necesitas a mi, por primera vez en 8 años me vuelves a hablar y no creas que no sé que es porque le temes a la soledad, necesitas sentir que alguien está a tu lado aunque a esa persona la dales con tu firma de ser.

—Sabes que, LÁRGATE NO TE NECESITO NI A TI Y A LOS TRAICIONEROS DE TUS HERMANOS—me toma del brazo y me me saca a jalones de la casa para después aventarme las maletas a la calle— Ahora toma tus cosas y lárgate, pero una cosa si te digo niña, a esta casa no regresas, olvídate de que existo porque para mí estás muerta, lo oyes MUERTA!!.

Me limpio con coraje las lágrimas y maldigo el día en que decidí quedarme con ella, después de unos minutos de reflexionar sobre lo que acaba de pasar, recojo mis maletas y emprendo camino al hotel donde se encuentran instalados mis hermanos. ¿Por qué les dije que no me acompañaran por mis cosas? La respuesta es sencilla, porque jamás me pasó por la mente que fuera a reaccionar así después que me ignoró por 8 años.



Oscura AdolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora