Capítulo 3: Destellos de felicidad

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*1 Semana después*

Mis hermanos me han dado la buena noticia de que mañana empiezo a ir a clases en una nueva escuela aquí en Italia, me emociona mucho porque es una nueva oportunidad que me da la vida de empezar de cero en un lugar donde nadie me conoce, así podré ser yo misma.

Quien diría que entrar a esa escuela sería el comienzo de mi desgracia

—Princesa ya nos tenemos que ir a trabajar, no olvides que tienes que salir a tiempo a tomar el autobús escolar para que no llegues tarde el primer día.—Me grita James desde las escaleras.

Trato de controlar los nervios que me invaden al cruzar la puerta del instituto, ¿Dónde será qué queda el aula 201?, vuelvo a la realidad cuando choco con alguien y mis cuadernos terminan esparcidos por el suelo. 

—Disculpa iba distraída y no te miré—Comienzo a disculparme, pero cuando levanto la vista me doy cuenta que choque con una chica demasiado linda, como me gustaría ser igual de guapa que ella.

—No te preocupes, a todos nos pasa. ¿Eres nueva?, no te había visto por el instituto.

—Sí, es mi primer día. —Digo con una sonrisa—Por cierto, ¿Sabes donde queda el aula 201?

—Por supuesto yo también voy para allá.-Dice con voz aguda dando pequeños aplausos—Corre que llegamos tarde.—No me da tiempo de decir nada cuando me toma me la muñeca y me jala en dirección al aula.

2 horas después por fin tengo tiempo de pasar a la cafetería por algo de comer, no es por ser dramática pero estoy a nada de desmayarme del hambre. Con solo poner un pie dentro hago una mueca al ver que esto esta atestado de adolescentes yendo y viniendo como si sus vida dependiera de ello, 15 minutos después consigo salir de la fila con una charola con comida medianamente decente pero lo prefiero mil veces a quedarme sin comer, lo peor ahora es que no hay una sola mesa desocupada, comienzo a avanzar esquivando gente y buscando donde poder comer.

—Verónica!!!—Dirijo mi vista al fondo de la cafetería al escuchar mi nombre.

Me acerco cuando veo que se trata de Jenna la chica con la que choqué esta mañana, conforme me voy acercando voy observando que no se encuentra sola y comienza a ponerme nerviosa, no estoy acostumbrada a estar rodeada de gente que no conozco.

—Siéntate aquí a mi lado-Dice deslizándose a un lado y dando palmaditas en la banca—Chicos les presento a Verónica es mi nueva compañera de clase de matemáticas—voltea a mirarme y me comienza a presentar con sus amigos mientras los señala—Él es Jack, Matthew, Lorena, Cami, y por último tenemos a Damon.

—Jenna, ¿De dónde sacaste este esperpento?—Dice demasiado serio el tal Damon ese, Jenna intenta decir algo pero él la interrumpe antes de que hable—Será mejor que la regreses al laboratorio de donde la sacaste, es obvio que esto no encaja con nosotros.—Dice a la vez que me señala y me dedica una mirada de asco.

Pero a este que le pasa, me acaba de conocer y ya se cree con el derecho de llevarse así, es una lastima que su idiotez y superioridad opaquen su bello rostro  porque si no...  ¿QUÉ? no acabo de pensar eso, de acuerdo volvamos al punto inicial, tan solo con recordarlo se me sube el coraje, y las palabras salen de mi boca antes de que me de cuenta.

—En primer lugar soy una persona y no tienes ningún derecho a juzgarme de esta manera, y para que lo sepas yo puedo encajar donde yo quiera, ¿Cómo la vez muñequito?—Todos en la mesa me observan con la boca abierta, y no entiendo por qué.

—¿Qué acabas de decir?—Pregunta con voz demasiado seria.

—Lo que escuchaste—Jenna me murmura que me detenga, pero no pienso dejar que este piense que me voy a dejar humillar sin siquiera defenderme.

Damon se levanta y se inclina hacia mi con mirada penetrante, y mí valentía comienza a evaporarse, esta muy cerca de mi, me señala con su dedo...

—Mira esperpento, acabas de firmar contrato con el diablo, prepárate para arder en el infierno.—Todos se quedaron callados observando la escena, mientras Damon daba media vuelta, pero como siempre no pienso antes de actuar y en lugar de asustarme comencé a reírme a carcajadas, lo que provoco que Damon frenará en seco y comenzará a caminar en mi dirección, haciendo algo que nunca paso por mi mente. Y fui consiente de ello en el momento que sentí sus labios fríos sobre los míos moviéndose con desespero y coraje.

—Si antes tenías posibilidades de salvarte ahora las acabas de perder, con esto se sello tu pase de abordaje al infierno en primera clase. Pero no te asustes, si pasas la prueba pertenecerás a nuestro grupo, claro si vives para eso serás bienvenida.

Observo como se aleja perdiéndose entre la multitud.

Lo que dijo es una forma de hablar no lo decía enserio ¿Verdad?, las esperanzas de que esto sea una broma se ven cada vez más lejos al ver la mirada de terror que me dedican todos en la mesa, todos parecen sorprendidos y como si tuvieran un nudo en la garganta que no les permite deja salir las palabras, sin embargo es Jenna la que habla, rematando mis esperanzas.

—Verónica no sabes lo que acabas de hacer.—Todos se levantan dirigiéndose a la salida.

Me quedo meditando lo que acaba de pasar, pero no pienso desaprovechar esta oportunidad de pertenecer al grupo, Damon dijo que si pasaba la prueba estaba dentro, no creo que sea tan difícil, total que me puede hacer un adolescente.



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