Capítulo 4

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Y las mayores tentaciones son las
que son consideradas un
pecado.

Después de todo Eva cometió un pecado al comer el fruto prohibido del Edén.

— AyariQWQ


El pobre Yibo no sabía dónde poner su mirada, por más que  lucho de alejar su mano de aquel cuerpo trabajado y mojado que no dejaba nada a la imaginación, era completamente inútil parecía que su mano estaba fundida con la contraria.



Sus mejillas eran dos enormes faroles por los rojas que estaban, los balbuceos de palabras inentendibles hicieron acto de presencia. Todo era visto por el pelinegro qué alzo una ceja ante lo inocente que era ese joven, no se trataba de un engaño como los otros aun podía oler la leche en el. Con lentitud soltó su mano para ver como de un segundo a otro se telestraporto tras la puerta, para solo asomar un poco su rostro por la esquina de la puerta.




Esa acción hace que casi el famoso Xiao Zhan suelte un gran Ahhh que tierno, que quedó en la punta de su lengua. Nunca imagino que existirá una persona completamente inocente y pura como aquel joven, el cual daba vagas disculpas trabandose al hablar de lo rápido que lo hacía.





— Disculpa ¿Quieres eres? Y ¿Que haces en mi casa?  - esas eran las preguntas que debió hacer desde un principio el pelinegro pero tristemente habia asustado y avergonzado hasta los huesos por así decirlo a Wang Yibo quien no quería salir de su pequeño refugio que es la puerta de madera.






— Y.y.o deberás s.s.oy c..como decirlo y..yo




Yibo se daba golpes mentales su boca no coordinaba nada con las palabras que desea decir, no en cambio dice cosas sin sentido. Sus ojos se llenan de lágrimas producto de la vergüenza y desesperado muerde sus labios, que primera impresión daban ambos.




Antes de que Xiao Zhan dijera algo que no ayudara para nada en esa situación incomoda que segeneró entre ambos, por la puerta entra la salvación del menor quien al ver lo que pasaba le grito a su dolor de cabeza que se cambiara de una jodida vez.




Con algunos insultos departe del pobre mánager y tras unos minutos más los tres están sentados en los sillones de la sala. En completo silencio el pobre rubio tenía su mirada en el vaso de agua entre sus manos como si se tratara de la octava maravilla del mundo, ignorando aquel hombre que casi le hace desfallecer con semejante cuerpo que tenia, Yibo no sabía su podía sobrevivir ahí tan solo unas horas si tenía al era pelinegro como jefe.



Realmente la vida le gustaba ponerle en situaciónes densas toda su vida, Yibo se lamenta y lanza oraciones a cualquier deidad para que le quitaran su mala suerte que lo atormenta.


— Realmente te pido una disculpa Yibo por la situación  que se generó con este tonto - se disculpa bajando la cabeza del pelinegro con su mano- ¡Disculpate Xiao Zhan!


— Lo siento mucho por lo descortés que fui momentos atrás.


Yibo pega un brinco en su lugar por la profunda pero a su vez aterciopelada voz que tenia el pelinegro, sabia que se avergonzaba por todo pero jamás a esa niveles donde tan solo con escuchar su voz sentía las enormes ganas de salir corriendo lejos de ahí... como si algo le dijera que se aleja de aquel peligro fuego porque si no lo hacía se terminaría quemando por completo.


— N..no se preocupe esta bien  - se encoje un poco mientras leda un trago al agua sentia la garganta seca y el calor agromerarse en sus mejillas nuevamente.



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