Capítulo 5:VENDETTA

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Cap 5

Al día siguiente al despertar, miré el calendario y observé algo, sin darme cuenta había llegado ya casi el final de septiembre, andabamos rondando las última semanas.
Al final no va a ser tan malo eso de vivir aquí...-pensé para mi y pensé en la gente que había conocido.
Al final no voy a estar tan sola....
-Tengo a la loca de mi compañera Kumiko, su pelo marrón oscuro tirando a castaño es muy mono y sus bromas son despreciables....-al pensarlo se me dibujó una sonrisa divertida y luego alcé una ceja- también esta Castiel, maldito pelirojo teñido, sus ojos grises son magnéticos y su aroma....tan....profundo y misterioso....,- se me subió la sangre a las mejillas al recordar- pero su carácter sarcástico ¡Me ponen de los nervios!-dibujé una mueca gruñendo y seguí pensando, puse mala cara y prosegui-Ah si y el Rubíto, Nathaniel,demasiado remilgado y regañón-suspiré mientras me ponía la ropa.
Esta vez me pondría una camiseta gótica negra y roja doble, con una parte negra delante con letras blancas atada a los lados.. Y las mangas, botonada hasta más de la mitad del pecho dejando ver la roja a rayas negras debajo desabrochada hasta dónde la de encima y gracias a eso tapaba el escote.larga hasta la cadera la negra y la roja más arriba sobre saliente por la mitad, junto a unos pantalones cortos con cadenas y unas medias de rejilla, junto a mis botas negras de cordones con tacón bajo.

Al final llegué a clase, tarde como siempre, al llegar vi a Castiel hablando con el rubio y luego vi a Kumiko.

-Ey -saludó ella sonriente
-Ey, oye ¿que hacen hablando esos dos?-señalé con un dedo y nos acercamos.
-¡Vosotros!-exclamó ella
-¿Que hacéis?-pregunté alzando una ceja.
-Oh ¿nosotros...? Nada....-sonrió sarcástico el pelirrojo, mirando de reojo su móvil, que andaba en manos de Nathaniel.
-Trae acá-exclamé furiosa, y se lo quité, lo miré y me quedé boquiabierta mientras le pasaba el móvil a Kumiko.
Salíamos las dos trabajando.
Vi la cara de los dos sonrojada y mirarnos de arriba a bajo.
-¿De donde lo has sacado....?-le espeté al teñido entre dientes y con una mirada furiosa.
-De Internet no te jiba-exclamó él riendo
Cogí un gran cabreo, murmuré algo en español mi idioma materno y agarrando a Kumiko, nos alejé a la clase.

-Debemos hacer algo-la escribí en el libro de clase.
-¿Como que?-me respondió, escribiendo con su letra refinada y muy ordenada a comparación de la mía más desordenada y mala.

-Tengo una idea....al final de las clases.entretenle yo hare el.resto-escribi junto a una carita feliz que dibuje con el boli.

La clase tras decir eso la pase durmiendo,en la siguiente estuve despierta, si lo que leéis, pero no por propia voluntad.

-Maldito examen de los....-farfullé para mis adentros escribiendo a todo correr las respuestas.

Al fin terminé el examen, y tras dejar a Kumiko allí, me dirigí a la taquilla de Castiel.
-¿cual era su clave para abrirla....?

Entonces me acordé del día que le conocí, que le vi abrirla, entonces empecé a girar la rueda del cierre, al fin oí un click,señal de que se podía abrir, y tiré de la puerta, que se apartó tranquilamente, metí la mano y agarré el móvil, y tecleé con rapidez, justo cuando fui a borrar las fotos, oí una voz a mi espalda.

-¿Quieres borrar las fotos de mi móvil enana?-preguntó un tono sarcástico, conocido muy bien, por detrás mía.

Me giré y observé dos ojos grises, que me atravesaban, a centímetros de mi cara con los brazos a cada lado de mi cabeza.
¿Cómo había podido librarse de Kumiko?
Eso no importaba, sólo importaba que sin saber como me había logrado sonrojar.

-No, estoy llamando una ambulancia porque como no te quites acabarás en la uci-dije con una expresión sería, pero que nadie se tomaría a cierta si se fijara en mi sonrojado.

-No mientas enana, eso déjalo para los más mayores-me replicó acercándose a mi cara más a punto de rozar mis labios con los suyos.

Mi corazón iba a mil, no miento, ya no sabía si lo que latía era mi corazón o todo mi cuerpo.

Creo que debió de leerme la mente, pues me dedicó una sonrisa y luego habló.

-¿Estas temblando?-preguntó entre risas

Yo negué enérgicamente intentando decir algo ingenioso pero por desgracia no podía articular palabra.

Entonces se acercó aún más estaba a punto de besarme , ya notaba su respiración agitada en mi cara, el calor de sus labios casi pegados a los míos, a contraste del frío proveniente de la taquilla en mi espalda....
Justo en ese inquietante y deseado momento, una voz interrumpió aquella preciosa escena.

-¿Pero que estáis haciendo?-preguntó una voz conocida.

Castiel se separó con aire indiferente con un leve sonrojado y apoyándose a mi lado en la taquilla.

-Pelando cerdos,-respondió picajoso dedicando una mirada molesta al joven que hablaba.
 
Cuando logré discernir y asimilar lo que había sucedido, logré ver a trasluz de mis pestañas a Nathaniel con gesto de preocupación, o algo parecido.

-Como sepa la directora que...-hablo él justo cuando la directora le cortó apareciendo tras ellos y echandonos una mirada furibunda.

-¿Comportamiento obsceno en mitad del pasillo? ¡Eso merece un castigo!-exclamó ella con aire cansado y muy enfadado.-tu les vigilarás que se queden castigados-y diciendo eso la señora, bajita y rellenita que era la directora se marchó a paso ligero dejando al pelirojo bufando al rubio suspirando, y a mi estupefacta.

-nos....¿nos acaba de castigar?-logré decir al final mirando a los dos jóvenes.

Recuerdos de la infancia (Castiel x Sucrette(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora