Capítulo 3: Una tarde loca, se descubre el secreto

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Capitulo 3

Las ultimas clases las pasé mandando notitas con insultos entre Castiel y yo, y con kumiko tambien,que en una de estas nos liamos y acabamos mandando las notitas entre los tres sin saber de quien era cada una.
Nathanielle nos reprendió un poco por ello, pero al final acabó riéndose al leer alguna cosa graciosa que me llamó kumiko.
Una vez salimos del despacho del delegado cada uno se fue por su lado.
Yo acababa de coger mis cosas y llevaba un bollo entre los labios, salí hacia el patio y pegando un mordisco al bollo, me encontré con Castiel.
-chucho-le saludé
-Como me vuelvas a llamar así te arrepentirás de haber nacido-me soltó de contestación
-Esta bien -alcé una ceja y le miré acercándome a el y levantando la cabeza ya que el mediria cerca del 1,80 y algo y yo cerca del 1,70
-Así me gusta -me alavó cual perrito
-Vuelveme a tratar como un perro y te descuartizo poco a poco-le miré con furia y una sonrisa sádica
En ese momento kumiko apareció agitando dos papeles al viento.
-¿Qué es eso?-pregunté girando un poco
-vales para una tienda gótica-afirmó ella dándome uno-¿vamos juntas?-
-¿por qué no?-me encogi de hombros mirándola
-Yo tambien voy-se nos unió Castiel con una sonrisa como diciendo "solo voy por molestar".
Me guió a la tienda mientras Castiel nos siguió con una sonrisa maliciosa.
-A ti te mola el rubio-exclamé
-Eh....esto...miau-Kumiko se puso roja,como un tomate y Castiel al escucharlo empezó a reir a carcajadas.
-¿como te puede gustar ese?-pregunté
-Si es Don perfecto-rió Castiel
-Habló el que trae loca a Amber, la hermana maligna de Nathaniel-le espetó kumiko, aclarandome quien era.
El simplemente gruñó
Al final llegamos  a la tienda, y dejamos a Castiel fuera esperandonos, como un perro.
Al rato despues salimos con mas de cinco bolsas cada una.
-Mujeres-exclamó Castiel al vernos salir
-Castiel -le respondí.
Nos tomamos un granizado kumiko y yo mientras el pelirojo se ponia a coquetear con la camarera.
Tras ello volvimos a casa, pero por desgracia a mi me seguia el chucho.
-¿Se puede saber por qué me sigues?-le pregunté observandole caminar a mi lado
-Quiero saber donde vives para poder soltarte el perro en casa-sonrió
-¿Tienes perro?-pregunté me había sorprendido de que algun animal le aguantara
-Si, se llama Demonio-puso voz de ultratumba
-Anda como tu-respondí picajosa
.-si, si, un demonio, me encanta seducir a chicas jovenes, castas y virgenes-habló con voz seductora
-Oh menos mal yo no soy casta-le guiñé un ojo
Llegamos a casa y le volví a mirar.
-Me autoinvito a cenar-dijo entrando a la casa cuya puerta había terminado de abrir.
-y un cuerno-dije señalando la casa sin desenvalar las cajas.
-me da igual-comentó entrando con las manos en los bolsillos a la casa-ordena un poco esto ¿no?-
Enarqué una ceja crispada y suspiré
-pediremos pizza y pagamos a medias ¿estamos?-le miré fríamente
-Yo soy el invitado-
-Mas bien el acoplado-solté picajosa
-Esta bien-gruñó y se cruzó de brazos
-Sientate por ahí voy a pedir las Pizzas a la cocina, no toques nada-y marché a ella
El pelirojo hizo caso omiso a lo que dije y abrió una de las cajas.
-¿Que es esto....?-sacó entonces un sujetador de ahí- ahá!-y comenzó a observarlo -  oh 100c sin relleno....- gruñó perversamente y siguió rebuscando.-¿pero que...?-murmuró al ver una hoja de tema legal, una foto rota, y una hoja, de al parecer, un diario
Empezó a leer, era un papel que indicaba el que había sido repudiada, la foto donde salía con mis padres rota, y una hoja del diario donde lo escribí.
-Bueno ya pedí la pizza, tardará en...-al verle así leyendo casi me da un pasmo
-¿Que haces con eso? - pregunté casi de un susurro.
-Así que eres una repudiada de tus padres ¿eh?-me preguntó riendo
Le miré casi llorando con dolor escrito en el rostro y le quité las cosas de la mano y señalé la puerta
-Lárgate de aquí....
-¿Por qué?-alzó una ceja pensaba era una broma.
Abri la puerta y chillé-¡LÁRGATE DE AQUÍ AHORA MISMO!-Estaba ya con varías lágrimas por el rostro
El joven simplemente suspiró y con un poco de confusión se fue y yo cerré de un portazo.
Me dejé caer apoyada en la puerta resbalando hasta tocar en el suelo, y me eché a llorar, hasta quedarme dormida.
Al día siguiente decidí no ir a clase, por saltarme un día no iba a destacar mucho.
El día lo pasé a oscuras en la cama,sin comer ni nada.
Hasta la tarde que sonó mi móvil
Lo descolgé y contesté-¿que narices quieres?
--dame inmediatamente tu dirección.-me espetó una voz que reconocí al instante kumiko
-No-susurré
-dímela o me llevo a Castiel-me amenazó
-traetele le quiero partir la cara-gruñi
-Tengo chocolate....-me ofreció
Se la dije, no por el chocolate si no por al menos hablar con alguien.

Al poco rato llamaron a la puerta imperiosamente y repetidas veces,supe que era ella por el escandalo que había montado en un momento
Me levanté despeinada, con el camison arrugado y mal puesto, caido de hombro y alto de cadera, bostecé y de mala gana, bajé las escaleras de la casa y caminé hasta llegar a la puerta
-...-abri y ni hablé
-¿por qué no viniste?-me interrogó
-No habia ganas
-Dudo que haya sido eso-señaló mis mejillas rosadas y los ojos brillantes, se notó a la legua que fue por haber llorado.
-¿Y mi chocolate?-pregunté
-Te lo daré si me lo cuentas.-me extorsionó, enseñando la tableta-
-No me dejaras hasta que te lo diga ¿verdad?-
La hice pasar y le entregué los mismos papeles que a Castiel y no le dije mas
-Eso es lo que pasó-mientras leia le habia robado el chocolate y me lo estaba comiendo-
-¿Por qué pasó esto?-me preguntó con tristeza
-No es asunto tuyo-cerré el tema asi.
Ella comprendió que no queria hablar, asi que me dejó los apuntes y se fue.

Al día siguiente decidí pasarlo tirada en el jardín dibujando, dando de comer a los peces de mi lago....
Así llegó la tarde,me encontraba volviendo de comprar el pan para la cena, cuando un chucho hizo aparición.
-Tu-me saludó el pelirojo
Yo no dije nada simplemente le miré como diciendo "discúlpate" y el me devolvió la mirada con una de "jamás"
-Discúlpate-le dije al fin-
-¿Por qué? A mi no me parece tanto, además no me das órdenes.-
Una vena furiosa brotó en mi frente y empezó a temblarme una ceja
-¿¡QUE NO!?--le chillé
-Que no me grites histérica
Al decime esto me enfadé tanto que le termine contando todo lo que me sucedió

-- Ya esta ¿y eso te parece poco?-Le dije al final.
Al dejar de hablar me miró amargamente y me contó que  estaba emancipado por que sus padres, trabajadores del sector aéreo, prefieren viajar y viajar a estar con él
Me miraba con amargura y con comprensión, yo le miré algo triste.
Me sonrió y comprendí que no me iba a volver a insultar por ello.
-Bueno me voy que tengo cosas que hacer, nos vemos-se despidió de mi con una sonrisa y se fue
Yo le despedí con la mano y volví a entrar a casa.

Recuerdos de la infancia (Castiel x Sucrette(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora