Capítulo 4: Soledad Devastadora

383 33 13
                                    

Me miro entrar en la habitación. La chica que entra es muy parecida a mí, pero al mismo tiempo diferente. Esa chica tiene el cabello negro largo y ordenado, ojos azules de un color muy oscuro y maquillados. Ropa hermosa que sólo podría tener en mis más profundos sueños. Ahora estoy segura de que estoy alucinando. Aún así todo se ve tan real... Me pregunto cómo es posible.

La otra yo me sonríe dulcemente, pero frunce el ceño al mirarme atentamente. Podría jurar que parece no reconocerme, que sólo me mira como los demás. Si puede hacer todo eso, no hay nada que indique que no le pueda hablar, pero ¿Qué le puedo decir? Creo que lo mejor será tratarla como cualquier otra persona.

-- ¿Quién eres? -- Pregunto temblando, esperando que no responda como los dos niños pequeños que hablaban en acertijos y generaban más preguntas de las que respondían.

-- Vaya, debes estar demasiado perdida ¿No crees? Deberías recordarme, ¡Tienes que recordarme!-- La chica suspira y sonríe otra vez, pero ésta vez emite un aura de falsedad e hipocresía. Me confunde su respuesta. ¿Qué se supone que debo pensar de ella?

-- ¿Acaso eres yo?-- Intentar adivinar la respuesta me parece más adecuado que no decir nada.

Ella sólo soltó una risotada sarcástica y volvió a escudriñarme con su mirada, pero no contestó. Parece que me desprecia, que no soy lo suficientemente digna- Esa chica definitivamente está llena de sí misma. No pude haber sido así en el pasado ¿O sí? Seré cuidadosa con ella, al cabo sólo es un producto de mi imaginación.

Abro la puerta de la habitación que por los últimos quince minutos se había convertido en mi refugio. No quiero soportar a la chica, aunque sí quiero saber más sobre mi pasado, pero ésa chica no es una fuente confiable.

-- No puedes huir! Siempre regresaré por ti... Te lo prometí. -- Su voz es ya sólo un susurro quedo, y sus palabras me asustan, pero no lo suficiente para voltear a verla.

-- Hazlo entonces, no te tengo miedo. -- Sonrío orgullosamente, sintiendo que una parte de mí se encontraba ahora en paz. Qué extraño, pienso.

Salgo de la habitación y empiezo a recorrer de nuevo el interminable pasillo, en dónde están las habitaciones que albergan a todo tipo de criaturas, por lo que he visto. Escojo una puerta al azar y sólo abro una parte y puedo escuchar a una chica llorando.

Entro en ese instante y me quedo embelesada. Hay una niña realmente hermosa allí, parece tener unos ocho años (¿Qué hay con la temática de niños aquí?) Tiene un bello cabello azabache suelto hasta la espalda, pero sus ojos están llorosos y tiene lágrimas derramándose por su cara, su piel es bastante pálida y sus labios son de un débil rosado. Lleva un hermoso vestido blanco y largo, pero ahogo un grito al ver que hay manchas rojas en él.Su pecho aún tiene una daga atravesada, y se ve bastante macabro.

Me arrodillo junto a ella y encuentro cerca una venda que uso para apretar su pecho y detener el sangrado, antes de que se desangre completamente.La chica me mira agradecida. Se levanta lentamente y abre la boca para hablar.

-- ¿Por qué estás aquí? Creí que éste lugar estaba vacío... Había más cuartos, más gente, pero todos se fueron y nunca volvieron. Antes creía que estaban muertos, pero ahora creo que les hicieron cosas terribles... peores que esto. --

La chica parece estar aún en dolor, así que la ayudo a sentarse en la cama blanca y limpia que se encuentra cerca. Respondo lentamente, procesando mientras la información. ¿Podría ser que ésta chica es como yo, atrapada en éste manicomio sin saber por qué, sin recuerdos? Me pregunto quiénes eran las demás personas a las que mencionó.

-- En realidad, no sé por qué estoy aquí. Yo también creí que éste lugar estaba vacío, pero hace poco me encontré con unos niños bastante raros... Ellos parecían delirar, pero no sonaba como si tuvieran mucho tiempo aquí. --

Los ojos de la chica se ensanchan considerablemente, y palidece al oír la parte de los niños. "¿Podría ser?" Murmura en voz baja antes de dirigirme la palabra de nuevo.

-- Ellos son mis amigos... -- La niña pequeña volteó con sus ojos aún llorosos. -- Ella vendrá por mí de nuevo tarde o temprano, tengo que escapar, tengo que salvarlos... Me tienes que ayudar, ¡Tienes que salvarnos a todos!

La sorpresa me invade. Me está diciendo algo así como que soy la elegida, cuando yo tampoco sé lo que está sucediendo. No puedo salvar a nadie, no soy capaz de ello...

-- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí? -- La niña me mira con lástima, parece que después de todo lo que he visto, soy la única que aún no sabe que sucede.

-- ¿Esta fue la segunda puerta que encontraste?

-- La tercera... 

 -- Eso significa que ya deberías de saber más, o al menos tienes que pensar para hacerlo. Sé que ellos te dijeron que tienes que descubrir la verdad, pero si quieres saber mi opinión, deberías dejarte ir, deberías resignarte y olvidar todo... Es la manera correcta de hacer las cosas. Olvídate de nosotros,  deja de pensar en salir.--

Después de haberme rogado que salvara a sus amigos, me parece un cambio bastante drástico, pero no lo cuestiono, ya dudo que todo esto sea real porque todos parecen conocerme, querer que haga algo, saben lo que avecina pero no se molestan en decirme...

Volteo a otro lado, y cuando vuelvo a mirar, parece haber envejecido unos cuantos años. Se ve débil y cansada, pero se levanta y me dice:

-- Debes irte o te alcanzarán... No puedes dejar que te atrapen, no puedes morir. --

Al decir esto se desmaya. La obedezco y me salgo de la habitación, volviendo a correr. Pienso en cómo cambió de un momento a otro, y cómo supo mi nombre, si jamás se lo dije. Todo está ocurriendo demasiado rápido. ¿Sería el mismo peligro, sería la "Ella" de la que hablaba hacía tan solo unos minutos?

Me siento en la esquina del pasillo y cierro los ojos. Pienso en mi habitación y en lo mucho que me gustaría estar allí. Cuando intento abrirlos, tengo los párpados pesados, pero logro abrirlos. Al hacerlo descubro que estoy de nuevo en mi habitación, conectada a un suero que se conectaba con mi brazo.

Hay personas a mi alrededor, un poco aliviados de que esté viva pero un poco decepcionados a la vez. El doctor más cerca de mí es el que habla primero. Es joven y con una apariencia extraña.

-- Nos ha dado un gran susto 17. Creímos que jamás despertaría. Ha estado una semana inconsciente.-- 

Cierro un poco los ojos, exhaustada.

The Asylum [RE-EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora