Capítulo 5: Déja Vu

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Consigo levantarme poco a poco, pero sólo después de que se van los doctores y sólo queda uno, el mismo que habló. Decido hacerle varias preguntas, que espero que me responda. Siento un dolor inexplicable en el costado, pero decido ignorarlo. También siento una paz que hacía tiempo que no sentía, pero también siento intranquilidad respecto a lo que sucedió cuando salí.

El médico me mira dulcemente, algo que no esperaba. Abro mi boca, pero la cierro rápidamente al ver que trae otra aguja. Le suplico que me deje saber qué fue lo que me pasó, y sólo suspira y accede.

Me dice que caí en un trance y empecé a sacudirme. Que mi corazón se paró por unos segundos y que después inexplicablemente retomó su curso normal, algo que se considera imposible. Que murmuraba cosas sin sentido y que mi corazón empezó a latir cada vez más rápido. Después desperté. Eso es lo que él dice.

Después de que acaba su relato me inserta la aguja. Ésta vez siento dolor. No es lo mismo que me ponían antes. Me pregunto que será... En ese mismo momento vuelvo a caer en un sueño.

Al principio sólo son colores y música. Eso no me desagrada. Sigo navegando a través de un río de colores, que resulta emocionante y pacífico a la vez. Llego al final del río y todo empieza a cambiar de nuevo. Los colores se difuminan y se concretan, creando una casa, que me parece terriblemente familiar.

Hay dos niñas, una parece de doce y la otra de quince. Ambas parecen hermanas, y están discutiendo.

- ¿Qué quieres ahora Alice? - Pregunta la menor, aparentemente madura para su edad.

- ¡Te dije que me llamaras Aline! - La chica suena furiosa, y una parte de mí tiembla, como si supiera que la chica es peligrosa.

- Una vez que acabe con esto, Alice morirá. Ya nadie la recordará, ni siquiera tú. Tú me ayudarás. Oh, la venganza será dulce, hermanita. - Alice ríe después, haciendo temblar simultáneamente a la niña pequeña y a mí.

Alice se acerca a la niña y de la nada, le da una bofetada. La niña no hace nada al principio, pero recuerda lo que pasará si no finge algún tipo de emoción, así que estalla en gritos falsos y en llanto, al parecer satisfaciendo a Alice.

- ¿No es mejor así, Lucy?

Lucy sólo asiente débilmente, hace una pequeña reverencia y se marcha a su cuarto, cerrando la puerta con seguro, asegurando así que su hermana no entre. Lanza un grito en ese momento y de la nada saca un cuchillo de su bolsillo, lanzándolo directamente a un punto negro pintado en la pared, acertando precisamente.

No puedo evitar sorprenderme de la audacia de la chica. Alice me parece una psicópata, y me pregunto cómo llegó a ser así todo. Una casa de locos. Lucy vuelve a levantar la cabeza y me observa. Me sonríe macabramente y sale del cuarto, yendo sigilosamente a la cocina buscando más cuchillos que tirar.

Intento advertirle que Alice está detrás de ella, pero voltea medio segundo, sigue bajando las escaleras normalmente y al llegar al piso de abajo echa a correr. Agarra la bicicleta que está en la casa del vecino y pedalea. Alice no hace ningún intento de perseguirla, para mi alivio, pero veo que tiene un cuchillo ella también en la mano, y lo lanza a Lucy.

Ella lo esquiva por poco y desaparece. No sé si volverá.

Todo empieza a cambiar de nuevo. La escena ahora es en un lago. Lucy es mayor, ahora tendrá ¿15 años? Está con un chico. Se toman de las manos. Me alivia que Lucy haya podido conseguir su final feliz.

Los dos están teniendo una conversación. No están gritando, pero de alguna manera sé que Lucy está deprimida. Me acerco un poco más para oír.

- ¿Qué vas a hacer Lucy? Sabes que tu hermana es peligrosa y que no es cuestión de tiempo hasta que haga lo que temes desde hace tiempo.

Lucy parece pensarlo, pero responde con confianza y seguridad.

- Haré lo que tenga que hacer Ian. No importa el precio, debo detenerla. - Ian hace una mueca y baja la mirada, poniendo un poco triste a Lucy, pero está aliviada porque sabe que entiende.

-Tienes un futuro. Tienes una vida. Me tienes a mí. ¿De verdad desperdiciarás todo eso? Sabes que tendrás que matarla.

Lucy suelta lágrimas, pero yo sé que son falsas. Me pregunto hace cuánto no llora de verdad. Me pregunto si todavía es capaz de sentir algo.

- Lo haré Ian. Por ti, por mí y por todos a los que lastimó. Incluso si eso significa perderte.

La voz dentro de mi cabeza continuaba diciéndome que Lucy mentía. Me siento junto a ella y veo cortes escondidos que sobresalen un poco de la manga de la sudadera que lleva. Está escondiendo algo más, porque nadie se cubre tanto en un día soleado.

- Entonces éste es el final Lucy. No planeo ver cómo te destruyes a ti misma. Si alguna vez te arrepientes, llámame.

Lucy sonríe macabramente, voltea, comprueba que el lugar esté vacío y saca una pistola.

-No te irás a ningún lado.

Veo la cara de terror de Ian y la de felicidad de Lucy al disparar. No se oye un disparo, pero veo que es porque trae un silenciador. Me pregunto qué sucedió con ella en esos cuatro años, desde que la vi peleando con Alice. Ella agarra las llaves del auto del bolsillo de Ian. Lucy también tiene un encendedor y le prende fuego al cuerpo después de moverlo a una esquina. Los arbustos se mueven suavemente, a pesar de que no hay viento.

Camina tranquilamente y se va del lugar. Arranca el auto y conduce a un motel, donde me imagino que se ha estado quedando últimamente. O tal vez desde hace tiempo. No sé.

Se quita la ropa y se pone un ligero vestido. Creo que ya no tiene la intención de salir. Veo que los cortes no sólo están en su brazo. Están por su cuello, las piernas, los pies. No parece que se los haya hecho por sí sola. Alguien más lo hizo, y resulta bastante fácil adivinar quién fue.

Tal vez Alice fue el terror, la pesadilla de la niña pequeña, Lucy. Pero ahora ¿Quién es el monstruo?

Tal vez el verdadero monstruo había estado escondido todo ese tiempo.

Mientras todo se vuelve borroso de nuevo, recuerdo una cosa.

Mi nombre es Lucy.

The Asylum [RE-EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora