Capítulo 3

509 39 21
                                    

Abro los ojos una vez más. Lo último que recuerdo es haberme encontrado con un hombre que decía ser el abogado de mis padres, pero incluso ese recuerdo está borroso. Noto que mis manos no están atadas y me intento sentar lentamente.

Todavía tengo conectada la aguja que siempre me ponen en las noches. A lo lejos oigo una risa macabra y un aullido feroz, es la primera vez que oigo algo tan cercano en este lugar, pero no suenan precisamente consoladores, más como... macabros. Puedo sentir mis pies y noto que tampoco están atados. Mi vista regresa lentamente y me sorprendo al ver que estoy en un cuarto literalmente blanco y vacío.

Empiezo a dudar que siga en el manicomio. Mientras me levanto completamente, me sobresalto al oír el tintineo de un objeto metálico al caer. Es una pequeña llave plateada, y junto con ella cae una foto, levanto ambas lentamente y empiezo a observar los dos objetos hasta que empiezo a sentir un déja vu. Sé que ya he visto antes.

Oigo las risas de nuevo, y de un chirrido la puerta se abre sola. Antes de salir, volteo a los dos lados del pasillo para comprobar que no haya nadie, y efectivamente, es así. El manicomio parece estar vacío totalmente y los pasillos están más sucios y viejos de lo que los recordaba. Parece un lugar abandonado desde hace tiempo, lo que por un segundo, hace que me pregunte cuánto tiempo me han dejado inconsciente, si algo más ha pasado.

Las risas aumentan su volumen y empiezo a correr a lo largo del pasillo sucio, que antes solía ser blanco. Me detengo cuando dejo de oír las voces y las risas. Al mismo tiempo, todas las puertas que se encontraban a lo largo del pasillo se abren. Para mi sorpresa, la mayoría de las habitaciones no están vacías.

Entro vacilante a la habitación que tengo enfrente, y puedo divisar un cuerpo tendido en el suelo en la esquina de la habitación. Empiezo a acercarme al cuerpo, y me sorprendo al ver a dos niños jóvenes, quizás de 8 a 10 años. ¿Qué hacen ellos aquí? ¿Acaso no sobrepasa eso lo ilegal?

Los dos pequeños me miran con atención, pero no dicen nada. No tengo ningún deseo de volver a mi habitación, así que me quedo con ellos, absorta en mis propios pensamientos y me empiezo a sentar cuando uno de los dos empieza a hablar en un quedo murmullo. Son tan familiares, tan conocidos, los añoro...

-- ¿Quién eres? -- El menor habla primero, con una voz suave y tranquila, que calma mis nervios en sólo unos instantes.

- Soy una prisionera aquí -- Le respondo.

Mi nombre es... Me doy cuenta que no recuerdo mi nombre, así que decido inventar uno para darle placer.

-- Lucy, mi nombre es Lucy.

No sé por qué decido ese nombre, pero suena auténtico para mí.

--Tú no eres ella... Pero nosotros no somos nosotros, así que tiene sentido que no puedas verlo. Ahora eres sólo otra Alice**  perdida y miedosa. ¿Recuerdas por qué estás aquí? ¿Recuerdas algo del todo? --

Los miro cuidadosamente. Quizá los he visto antes, pero no puedo recordarlos, es la explicación más sencilla que puedo formular ahora. El mayor resopla y el menor me mira con decepción, y yo sólo puedo regresar la mirada con un poco de pena. Tal vez me acuerde después, dudo que pueda olvidar a este pequeño...

-- Mucho tiempo antes, solíamos vivir en un lugar hermoso, lleno de alegría y personas por doquier, pero ahora... estamos confinados en este rincón, luchando por sobrevivir, ser recordados, somos la primera puerta que encontraste, ¿No es así? Dime una cosa, Alice... ¿Te atreverías a mirar más allá de nosotros? ¿Te atreverías a descubrir la verdad de todo, incluso si fuera demasiado peligroso? --

Me quedé en silencio unos segundos meditando lo que había dicho, no lo había pensado así... De alguna manera el niño sabe qué hay allí, a pesar de que no parecía que salieran jamás. ¿Por qué ellos? ¿Por qué me seguía llamando Alice? Por lo que había dicho también, no es coincidencia que ellos fueran lo primero que encontrara. Debe ser una pista para escapar, tiene que serlo. Pensé en una pequeña estrategia para hacerlo hablar, y no hay mejor momento ahora, no sé cuánto tiempo me quede.

-- Yo no recuerdo quién era antes de venir aquí, siento que he vivido aquí toda mi vida. Curioso, siempre creí que en éste lugar no había más personas que los doctores y los guardias, que estaba vacío y abandonado. 

-- ¿Y quién dice que no lo está? Me pregunta el mayor con una expresión divertida en su cara y con una sonrisa que está al borde de lo macabro.

-- Si están ustedes, es obvio que no está vacío -- pienso usando mi sentido común.  --Además, continúo, he visto varias puertas que no están vacías. --

El menor sólo me sonríe y todo empieza a distorsionarse de nuevo. Me levanto y empiezo a correr, escuchando de nuevo las risas, pero ya no son desconocidas, provienen de aquellos dos extraños niños que ya no creía que fueran normales del todo.

Antes de esfumarme por completo de su vista, escucho que ambos dicen en sincronía:  ¿Y quién dice que todo esto es real? Esa frase se queda atascada en mis pensamientos por un tiempo, pero decido no perder tiempo y continuar corriendo.

Corro hasta que no me queda más energía, pero puedo ver que no he llegado a ningún lado. Este lugar se mucho más grande de lo que pensaba, y sólo pensar en el tamaño del manicomio hace que me dé un escalofrío. Las puertas de las habitaciones continúan abiertas, pero ya no tengo ganas de explorar.

Sólo quiero regresar a mi habitación. Me doy cuenta de que no he comido en todo el día y que tampoco sé cómo conseguir comida en este lugar. Casi empiezo a desesperarme cuando oigo una voz llamándome, pero suena lejana.

Ésta vez no planeo arriesgarme a que sea otro fenómeno siniestro, así que entro a la primera habitación vacía que encuentro. Todavía puedo oír las frías palabras de los niños retumbando en mi cabeza.

¿Cómo sé que todo esto no es más que mi mente, divagando porque estoy sola en realidad, en una habitación oscura y fría, atada de manos y pies?

Pero sin embargo, sé que aunque quiera, no sé cómo salir, si es que sí son, de mis alucinaciones. Debo intentar salir lo más rápido que pueda, por que no sé lo que pueda pasar si me quedo en mi mente tanto tiempo.

Oigo unas fuertes pisadas acercándose a la habitación, abriéndola poco a poco, y grito al ver la identidad de la persona de las pisadas, retrocediendo hasta la esquina.

_________________________

**Alice: Nombre original del personaje protagonista del libro "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll


The Asylum [RE-EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora