• Capítulo 33

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[ Loco por ti ]


Al día siguiente:

Hoy me desperté un poco más tranquila que ayer... Me vestí, me maquillé y me peiné para bajar a desayunar al comedor de la mansión.

Aquel comedor era enorme y había una gran mesa rectangular en la que cabían la mayoría de sus mortífagos, entonces me adjudicaron un sitio fijo en donde los hermanos Riddle se sentaban en frente de mí y mis padres se sentaban a mi lado.

Desde que me enteré de que la verdadera tradición fueron mis padres ya no les pude ver de la misma manera, sentía odio hacia ellos.

Hoy noté a Mattheo más deprimido y apagado de lo normal, en cambio a Tom le noté extraño conmigo, a penas quería mirarme durante el desayuno.

Finalmente desayuné y Voldemort me avisó de que hoy sería un día de descanso, entonces decidí volver a mi habitación y encerrarme todo el día, nada más que saldría para comer.

Hoy por la tarde:

Estaba en mi habitación leyendo mi libro favorito para olvidarme mis problemas y de repente escuché como alguien llamó a mi puerta.

Entonces dejé mi libro en la mesilla de noche y caminé para abrir la puerta, al abrirla me encontré con Tom.

—Hola pequeña.- me dijo.

—Hola Tom.- dije.
—¿Qué pasa ahora?.- pregunté poniendo mis ojos en blanco.
—¿Vienes a hablarme por lo que pasó con Mattheo no?.- añadí con un tono de burla.

Tom puso sus ojos en blanco.

—Hay varios asuntos que tengo que aclarar, ya que el otro día no me dejaste acabar...- me dijo.

De repente me reí a carcajadas.

—¿Perdona?.- dije riendo.
—Eras tú el que no quiso acabar de explicarme las cosas, quisiste follarme para evitarlo... como siempre.- añadí con un tono de burla.

—Por eso mismo.- dijo seriamente.
—Pero tuviste los santos ovarios de dejarme con las ganas y no me dejaste acabar lo que realmente quería explicarte...- añadió.

Me quedé mirándole extrañada unos segundos y le dejé entrar en mi habitación, entonces me apoyé sobre la pared de mi habitación cruzando los brazos mientras que tenía a Tom en frente de mí.

—Qué... ¿a caso piensas castigarme por haberte dejado con las ganas?.- le pregunté con un tono de burla.

—No, cállate.- me dijo seriamente.
—Más te vale sentirte agradecida porque ayer te ayudé a superar tu primer entrenamiento.
—Si no hubiera sido por mí, tú no hubieras salido viva de allí... mi padre te hubiera matado antes.- añadió.

—Vaya... así que ahora preocupas por mí.- dije riendo como si no me importase.

Tom se me quedó mirando unos segundos sin responderme, entonces caminé lentamente hasta ponerme cerca de su rostro porque me apetecía provocarle.

—Venga Tom... que te conozco bien.- dije.
—Tu hermano me ha contado algunas cosas sobre ti.
—Me dijo que siempre has sido muy reservado y que no te gusta mostrar tus verdaderos sentimientos.- añadí.

𝐓𝐨𝐱𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 [+18 Tom Riddle & Mattheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora