Me Verás Volver » Lumity Adaptación [EN EDICIÓN]

𝐭𝐫𝐚𝐜𝐤 𝟏𝟕½: 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎́𝐍...

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— ¿Qué hacen ustedes dos aquí? —Pregunta Luz al ver a las dos secuaces de Amity paradas en la puerta del club de audiovisuales, vestidas de traje, con maletines y una caja enorme.

La primera en entrar es Selene, que se sienta en la mesa que está en el centro justo frente a la dominicana, seguida por Ella, que se coloca detrás de su amiga. Todos los presentes las observan curiosos.

— Venimos en representación de la señorita Amity Blight. —Comunica Kim con suma seriedad.— Le ha enviado su acuerdo de separación.

— ¿Qué putas? —Suelta la morena sin entender una mierda de la situación.

La rubia dispone una hoja sobre la mesa.— Como estarán todos ya al tanto, la señorita Noceda aquí presente ha atentado en contra de la relación que mantenía con nuestra poderdante y esta ha finiquitado, así que ha tomado la decisión de crear una serie de límites y reglas que usted deberá seguir debido a que ha sido el causante del rompimiento. —Sentencia Craig sin mostrar ningún tipo de broma en su tono de voz.

A su alrededor sus amigos sueltan una que otra carcajada, pero a Luz no le hace gracia.

— ¿Es real? —Escupe, furiosa.— ¿Y por qué no viene ella a decírmelas?

— Porque está indispuesta a verla. —Responde Ella con una mirada asesina, cosa que hace sentir mal a la bocazas, por lo que decide callar y dejar que la muchacha enfrente prosiga a explicar lo que dice el estúpido papel.

— Bien. —Se acomoda recta y prosigue.— Usted no podrá: Acercarse a la señorita Blight a menos de cinco metros. —Las mamadas comienzan a salir así de rápido de la boca de Selene.— Ni en los pasillos, ni fuera de la escuela, ni en ningún lugar; durante el almuerzo se sentará a mínimo cuatro mesas y en las clases que comparten, Amity se sentará en un extremo del salón al frente y su deber será hacerlo atrás para no incomodarla.

Señalando el próximo punto, Kim se dispone a sacar un mapa y mostrárselo: es de la escuela, más como un plano.

— El área roja marcada aquí, serán los lugares que le quedan terminantemente prohibidos, ya que es el territorio de nuestra poderdante: la cancha de fútbol, el gimnasio cuando las porristas practican y lugares favoritos; a cambio nuestra otorgante de poder promete no volver a poner un pie aquí adentro y sus alrededores, de esta manera, evadirla lo más que pueda.

La castaña las mira sin ganas.

— ¿El siguiente?

— Usted no podrá observarla, escucharla, tocarla, hablarle, dirigírsele, mencionarla, mensajearla, llamarla o tener cualquier tipo de contacto con Amity, además de que debe evitar a toda costa el contacto visual.

¿Es posible que Malingale haya recibido el mismo estúpido contrato? ¿O sólo a ella le tocan este tipo de pendejadas?

Craig pone una caja sobre la mesa.— Nuestra poderdante le devuelve: Su sudadera roja de Deadpool, varios discos suyos, un extraño peluche de ese perro-