Me Verás Volver » Lumity Adaptación [EN EDICIÓN]

𝐭𝐫𝐚𝐜𝐤 𝟏𝟎: 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐏𝐀𝐒𝐄 𝐄𝐋 𝐓𝐄𝐌𝐁𝐋𝐎𝐑

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Luz y Amity van en la parte delantera del auto del señor Blight (el cual sus bastante persuasivos hermanos pudieron tomar prestado para el traslado del grupo), y atrás, de alguna forma, se han acomodado Gus, King, Edric, Viney y Emira, esta última va en el regazo de la joven de flequillo.

— Aún no sé por qué tú eres la que está al volante si el coche es mío. —Se queja el peliverde con una mueca incómoda al ir apretujado como queso en sándwich en medio de sus amigos.

— Porque reprobaste tu examen de conducir, idiota. Ya deja de lloriquear. —Contesta Amity con cierto cansancio en su tono de voz.

La señorita desvía su mirada al retrovisor, en el que encuentra plasmada a la pareja y sus lindas acciones, cómo se dicen cosas al oído y se dedican tiernas miradas.

No puede evitar sentir envidia, es obvio que el único novio que ha tenido nunca la ha tratado de manera tan dulce, incluso ha olvidado si alguna vez el capitán ha hecho siquiera un acto desinteresado de amor o algo por el estilo; nunca pensó que se sentiría mal por algo así, pero aunque se pavonee por ahí como la reina sin corazón, es romántica en lo muy profundo de su ser: quiere flores, canciones, cosas inesperadas, bobos collares con las iniciales de los nombres; está cansada de pretender que todo eso no le gusta y que no es para nada cursi, sólo para justificar el hecho de que no los recibe.

Suspira algo desanimada y apoya su frente en la ventana del pasajero, hasta que Luz le acaricia su mano disimuladamente. Se vuelve para encontrarse con que ella le dedica una sonrisa tranquila y Amity nota cómo le gusta cuando hace eso, entre muchas otras cosas que le gustan de Noceda, pero son pocas las que se atreve a admitir en voz alta. Tiene miedo, por alguna extraña razón, tal vez tiene que ver con que su relación más reciente fue dolorosa.

— ¿Es esa casa? —Pregunta al momento que la enorme mansión de Selene aparece en el camino, a lo que la capitana asiente para que aparque cerca.

— Es gigantesca. Qué locura. —Murmura Gus con voz apretada antes de que todos salgan del auto.— ¿Qué hace una persona con tantas habitaciones? —Inevitablemente la menor de los Blight ríe, tratando de acomodarse el vestido que ha elegido para ir a la fiesta.

— Llenarlas de polvo, nunca las usa. —Responde la de melena aguamarina mientras se coloca de frente al grupo con las manos en la cintura y un semblante serio.— Bien, escuchen: no beban nada que no salga de una botella sellada. —Exclama levantando el dedo índice.

— Vaya, nuestra hermanita hablándonos de borracheras. —Dice Emira sarcástica, lo que hace a las mejillas de la aludida tomar un ligero tono carmesí.

— ¡Hablo en serio! Traten de no embriagarse. Sé que es difícil, pero no quieren hacer el ridículo frente a todas estas personas. —Alza el dedo del medio simulando su "punto número dos".— Intenten mezclarse, pasar desapercibidos: no quiero incidentes esta noche, demuestren que son un grupo de adolescentes normales como todos los demás; no deseo salirme en media fiesta porque alguien les hizo una broma pesada o algo así. Se supone debemos divertirnos así que no llamen mucho la atención y quédense lejos de esa gente apestosa que ustedes saben: los va a joder. —Los mira a cada uno severa para señalar su dedo anular.— Traten de no quedarse solos, en especial tú, enano: eres material de bullying inmediato. —Le advierte a King y luego muestra su meñique.— No duden en buscarme en caso de emergencia y pásenla bien. —Finaliza con una pequeña sonrisa.— Son unos buenos padawans —Asegura.