Vestido Para Chicos.

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Sprinnie.



Sus manos estaban llenas de sangre, totalmente manchadas, se deslizaba por sus dedos cayendo al suelo en gotas, los nudillos morados de tanto golpear al hombre que estaba quejándose del dolor delante suya. El rubio jadeaba, observaba a esa persona que acababa de golpear hasta dejarle el rostro lleno de hematomas, hinchazón y sangre, esta persona escupió algunos dientes y con las pocas fuerzas que le quedaban suplico.

—P-por favor...—musitaba.—Te lo ruego...

Springtrap no le hizo caso. Suspiro y se acercó al lavamanos para limpiarse un poco, mientras lo hacía taradeaba una canción, siempre hace lo mismo cada vez que esta haciendo su trabajo, se pone a tardear la misma canción que suena en su cabeza, aquella que se lo hace recordar bonitos momentos de la infancia.

Una vez con sus manos limpias, se acercó a un bulto que estaba encima de una silla en medio del lugar, lo abrió y sacó una soga, junto a esta un largo bastón negro, de aquellos que usan los oficiales de policía, se lo robo a uno que mató hace un tiempo atrás, jamás creyó que lo usaría solo lo tenía como un lujo, pero hoy a llegado el día de que cumpla su función: lastimar.

La víctima dejó de suplicar, se podía oír su respiración irregular y como se arrastraba por el suelo tratando de escapar, algo estúpido ya que es imposible que lo logre, Springtrap le propinó una apuñalada en la rodilla y talón de aquiles, se lo hizo pedazos.

Sonrió, le causaba algo de gracia que la persona a la cual debe matar intente escapar de una forma tan miserable y patética. Lo comparó con un gusano y no pudo evitar estallar en una carcajada por la imagen que cruzo por su mente. Springtrap quería acabar con esto rápido así que se acercó lo más rápido posible, lo tomo del cuello de su camisa y lo arrastró con fuerza por todo el suelo. Entraron al baño del almacén, ahí Springtrap colgó en la alarma de insendios la soga para amarrarla en el cuello del golpeado hombre; se opuso, poniendo resistencia ante el rubio, cosa que fue en vano, un cabezaso a su rota nariz fue suficiente para detenerlo.

Comenzó a llorar, su nariz nuevamente empezó a sangrar. Su cuerpo estaba colgando en el aire, se podía ver como la soga se enterraba en su cuello, sin ningún tipo de compasión, su rostro, que de por sí estaba enrojecido, cambiaba de color a un morado con el pasar de los segundos.

—¡Dios mio, por favor, ayúdame!—tartamudeo. Esto fue lo único que pudo decir.

—Dios no te va a ayudar.—pronunció Springtrap.—No después de lo que hiciste.

Seguido de esto con el bastón empezó a golpearlo; el bastón impacto con todas sus fuerzas en su rodilla herida, esto hizo que se retorciera, intento gritar pero este fue ahogado. Springtrap continuó golpeandolo, una masacre de golpes dirigidos a todas las zonas dañadas de su cuerpo por la paliza que le propinó con anterioridad. La carne, piel y huesos estaban siendo machacados, el sonido de como son maltratados hizo eco en el baño. En un rápido movimiento, le dio una estocada a su ojo izquierdo, casi sacándolo al retirar la punta del bastón.

Los minutos pasaron y ese individuo perdió la vida a manos de un sicario llamado Springtrap.





Después de asesinar a golpes a un hombre, se encontraba en un restaurante para comer algo, enrealidad solo era para no irse con lo estomago vacío, estaba esperando a alguien. Tenía audífonos puestos y escuchaba la misma canción que taradeaba en su momento. La persona apareció y se sentó enfrente suya, tenía un traje y sombrero, se quito este junto al saco y los dejó a un lado. Springtrap lo miró a los ojos, hicieron contacto visual, la mirada fría del mayor le dio escalofríos al contrario.

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