Arrepentimiento

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Los siguientes días transcurrieron con normalidad y poco a poco Chloe volvía a estar más confiada junto a Lucifer. Pero Chloe tenía otra preocupación. No paraba de recibir mensajes del padre Kinley para saber cuándo se llevaría a cabo el plan. Ella le daba evasivas, pero el cura no se daba por vencido. Así que viajó a los Angeles para hablar con ella cara a cara. Le comentó con tono amenazante, que si no se reunía con él iría a buscarla personalmente a la comisaría. Chloe no tuvo más remedio que aceptar, por lo que quedó con él en un pequeño parque cerca del puerto.

-Pensé que no vendrías – dijo Kinley al ver aparecer a Chloe.

-Dije que lo haría y aquí estoy – contestó ella algo cortante.

-¿Por qué las evasivas hija? ¿Has cambiado de idea?

-He estado ocupada con el trabajo, nada más.

-¿Entonces sigue en pie el plan? Acuérdate que esto es muy importante. Hay que devolverlo al infierno cuanto antes.

-No creo que eso sea lo mejor – respondió Chloe dubitativa – él no es la persona que usted cree que es.

-Es el diablo, tiene mil formas de engañar. Él solo ha mostrado la cara que quería que tú vieras, todo es parte de su plan.

-Pero llevo muchos años con él ¿para qué querría él engañarme tanto tiempo?

-Para que pienses que es bueno y pueda seguir haciendo el mal en las sombras. ¿No te das cuenta hija? – respondió mientras le agarraba las manos.

-No. No lo voy a hacer y no quiero que me llame más – sentenció Chloe quitando sus manos de encima y marchándose del lugar.

Mientras daba un paseo hasta casa, Chloe pensó que debía contarle a Lucifer el tema del padre Kinley. Ya que no había secretos entre ellos, no quería que esto se interpusiera y merecía saber que alguien iba a por él. Lo llamó por teléfono para asegurarse que estaba en casa y tras comprobar que así era, se dirigió hacía allí. Lucifer la esperaba en la puerta del ascensor cual animal que espera la llegada de su dueño. Nada más verla esbozó una sonrisa.

-Hola detective. ¿Quieres tomar algo? – preguntó Lucifer mientras se acercaba a la barra.

-No gracias. ¿Podemos sentarnos? Tengo que decirte algo.

-Sí, claro – contestó él algo preocupado - ¿Va todo bien?

-Sí, solo que no sé cómo decirte esto. Es difícil para mí.

Lucifer se limitó a mirarla mientras intentaba descifrar que pasaba. Chloe estaba nerviosa y no entendía por qué.

-Detective, antes de que digas nada hay algo que quiero decirte yo también – agregó Lucifer ante el silencio de la detective.

-Te escucho.

-He estado pensado y no sé si es demasiado pronto para ti, pero me gustaría tener una cita contigo. Si tú quieres, claro. No quiero obligarte a hacer nada que no quieras.

Chloe se quedó en silencio y dibujó una pequeña sonrisa en sus labios. Su cabeza perdió el hilo del por qué había ido a verlo por unos momentos, para decirle que si quería tener una cita con él.

-Sí que quiero.

-Perfecto – dijo Lucifer con una inmensa felicidad - ¿te parece bien mañana por la noche?

-Por supuesto – concluyó ella.

Chloe se marchó del ático sin decirle a Lucifer lo del padre Kinley. Pensó que no era el momento y menos después de haberle pedido él una cita. Así que decidió dejarlo para más adelante, aunque eso implicara seguir mintiéndole. 

El regreso DeckerstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora