Tres

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No podían dejar de mirarse, estaban sentados bajo la sombra de un árbol inmenso. Habían pasado casi 20 años sin verse, sin saber nada del otro.

No podían creer que se estaban viendo.

—Me pondrás nervioso si no dejas de observarme —dijo Chanyeol.

—Tú tampoco dejas de hacerlo —dejó salir un suspiro—. No puedo creer que aquél chico que siempre se metía en peleas ahora sea médico.

Baekhyun deseaba no haberse puesto tan pronto la ropa de paciente, hubiera podido creer que su reencuentro se dio en otras circunstancias.

—Increíble, ¿no es cierto? Creo que las palabras de tu padre hicieron efecto en la persona equivocada —Chanyeol le parecía una persona totalmente diferente a la que conoció tiempo atrás—. Cuéntame Baekhyun, ¿qué hiciste durante todos estos años?

Se tomó su tiempo para responder, normalmente era difícil explicar lo que había hecho, por eso no le gustaban los reencuentros, pero en ese momento era Chanyeol con quien hablaba, las palabras estaban listas para salir.

Siempre había sido así.

—¿Tienes tiempo? Podría tardar demasiado.

—Adelante, te escucho. ¿Podrías comenzar desde después de la última vez que nos vimos?

Ohh, ese día, su despedida. Ese momento había sido el más triste de su existencia por años, hasta que se enteró de su enfermedad terminal y ese se volvió el número uno en su clasificación.

—Nos fuimos de la ciudad porque se supone que asistiría a la universidad de Seúl, pero hubo un pequeño cambio de planes y asistí a otra, fue un caos, mi papá no quería que fuera arquitecto, ya sabes cuanto deseaba que siguiera sus pasos.

—Y al final yo sí estudié en Seúl, pudimos habernos encontrado ahí. Lo siento, continúa después tendré mi turno.

—Después de la universidad me independice por completo, conseguí rápido un trabajo en una empresa. Un par de años trabajé como loco, era un adicto, después decidí relajarme y disfrutar mi vida, hice algunos viajes.

—¿Cómo están tus padres?

—Mi papá murió hace varios años por un infarto, mi mamá está bien, bastante saludable. No sabe que estoy aquí, así que está muy bien.

—Siento mucho lo de tu papá.

—Si, dejando de lado eso, me fue bien, hasta que me enteré que moriría pronto.

—Revisé tu expediente, no esperaba que nuestro reencuentro fuera aquí.

—Ni yo.

—Realmente esperaba que no fueras tu, que fuera una coincidencia muy grande. Pero cuéntame, ¿cuántos divorcios has tenido?

—Tres —respondió aguantando la risa—. Es broma. Tuve dos relaciones, pero no llegaron a más. Ahora cuénteme usted, señor doctor, estoy seguro que su historia es aún más sorprendente que la mía.

Chanyeol estaba listo para responder, sin embargo, no pudo hacerlo porque una enfermera llegó a buscarlo. Uno de los pacientes se mostraba renuente con su medicación, necesitaban ayuda con él.

Prometieron continuar con su conversación después, de todos modos se verían frecuentemente en ese lugar, si o si hablarían.

Baekhyun lo vio irse, no podía dejar de sonreír, estaba feliz de saber lo bien que había resultado la vida de Chanyeol. Tampoco podía creer lo mucho que había cambiado, durante su juventud parecía ser alguien temible y como siempre se involucraba en peleas, eran raras las veces que podían verlo sin heridas ni moretones.

Años después, algunas marcas de todos esos momentos aún lo acompañaban, sin embargo, su expresión relajada y su sonrisa contagiosa lo hacía parecer alguien amable, generoso. Nada que ver con el bravucón que solía ser.

Baekhyun se quedó en ese lugar unos minutos más, luego su pequeña amiga apareció y terminó con su recorrido. Juntos regresaron al edificio principal, él estaba decidido a jugar la partida de ajedrez que prometió. Tenía ánimos suficientes para convivir con más personas.

Al final perdió, pero pidió la revancha. No pudieron jugar en ese momento porque el señor debía tomar su medicamento y los efectos secundarios lo obligaban a descansar un rato en su habitación.

Antes de elegir que hacer, el querido doctor Park lo encontró por segunda ocasión en el día.

Chanyeol lo acompañó a su habitación, observó las fotografías antes de sentarse en el sofá y continuar con su conversación. Baekhyun subió a su cama, se sentó con las piernas cruzadas.

—Fue muy duro para mí dejarte ir, la pasé bastante mal, hasta que me di cuenta que lo mejor que podía hacer era continuar, aún tenía mucha vida para vivir. Un día desperté con la idea de entrar a la facultad de medicina y como no le temía a la sangre, decidí hacerlo. Comencé dos años después, tenía mucho que estudiar.

—Y como te gustaba tanto estudiar —intentaba imaginarlo, pero era difícil.

—Ya sé, no fue sencillo pero lo logré. Después de mucho esfuerzo y dedicación, lo logré.

—Estoy muy orgulloso de ti, sabía que lograrías mucho. Siempre supe que ser un matón no era lo tuyo.

—Gracias Baekhyun.

—Y la madurez te ha sentado bien, luces genial —levantó su pulgar como señal de aprobación.

—Tenemos la misma edad, pero te ves mucho más joven.

—He adelgazado bastante, mi cara se hizo más pequeña. Si no estuviera enfermo parecería mayor que tú, te lo aseguro.

Dejaron de hablar para simplemente mirarse, los inolvidables recuerdos de su adolescencia se acumulaban en su mente. Los dos tenían enfrente a la primera persona que habían amado, con la que habían experimentado demasiadas emociones por primera vez.

—Lo siento, pero verte me hace recordar tantas cosas y mi corazón se está agitando —confesó algo nervioso el paciente.

—El mío también —respondió sonriendo el doctor, el gesto no duró demasiado, volvió a hablar siendo un poco más serio—. Baekhyun, ¿puedo darte un abrazo?

—¿Cómo podría un reencuentro no tener un abrazo? —bajó de la cama mientras Chanyeol se ponía de pie. Esperó a que el doctor avanzara hasta él con los brazos abiertos.

Por un momento regresaron varios años atrás, cuando eran estudiantes de preparatoria y aprendían sobre lo grande que podía llegar a ser el amor.

Baekhyun comenzó a llorar, en silencio las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y aterrizaron en la bata de Chanyeol. La razón era que después de mucho tiempo preguntándose qué pudo haber pasado con su primer amor, por fin conocía la respuesta; pero también lloraba por lo triste que era el motivo de su reencuentro.

—Me voy a morir —era la primera vez que lo decía en voz alta, que lo decía en busca de consuelo.

Cuando creyó que los brazos que alguna vez fueron su lugar seguro lo soltarían las lágrimas se triplicaron, para su sorpresa, ocurrió todo lo contrario. Chanyeol no lo soltó, en cambio, lo abrazó más fuerte. No le dijo nada porque no sabía qué decir, para él, no era un simple paciente que había llegado al hospital, era Byun Baekhyun, alguien que conoció, alguien a quien amó y alguna vez le prometió proteger de cualquier cosa.

Por eso sentía también una gran impotencia por no poder hacer nada para salvarlo. Como si todos sus años de estudio hubieran sido en balde, porque no podía hacer nada cuando realmente quería, necesitaba hacerlo, además de que el problema de Baekhyun no correspondía a su especialidad.

—Te acompañaré hasta el final —dijo, esperó a que las lágrimas cesaran para poder soltarlo.

Sus últimos días. [ChanBaek] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora