Fork It Over

9.-Capitulo:El club babyprongs

Si hubiera hecho alguna diferencia, Rosalie se habría estrellado la cabeza contra el suelo con la esperanza de dejarse inconsciente. Debe ser karma castigándola por reírse de todas las veces que Harry y Demetri habían cabreado seriamente a Edward y Bella. ¿Debería ser culpada por reírse cuando arrestaron a su hermano adoptivo por espiar? No. ¿Debería ser castigada cruelmente por reírse cuando Edward llegó a casa despotricando sobre que Charlie la llamaba menos que hombre? No. ¿Debería estar atormentada porque tuvo que salir de la casa y calmarse cuando no pudo dejar de reírse de la cara arrugada de Edwards ayer cuando regresó del centro comercial? En su opinión -no. Jasper y Emmett soltaron una carcajada cuando escucharon la historia del exitoso escape de Harry.

Pero aquí estaba, atrapada dentro de la casa con Bella, mientras su esposo estaba afuera jugando con el niño vampiro, y Jasper estaba 'supervisando'. Estaba atrapada junto a la chica humana cuyas únicas palabras habladas en todo el día habían sido "¿Edward realmente no está aquí?" y luego procedió a andar deprimido por la sala de estar. Rosalie simplemente no podía entenderla, ni quería intentarlo. Rosalie amaba a Emmett, de verdad lo amaba, pero si estaba en la posición de Bella no pensaba que sería tan… devota… a un vampiro. Rosalie habría tenido la oportunidad de explorar el mundo, viajar, tener un bebé, pero no Bella. La niña estaba lista para desperdiciar su vida a los 17 años y convertirse en vampiro, sin importarle en el mundo cómo su familia tomaría su repentina desaparición. Rosalie quería retorcerse el cuello por esa misma razón. Tal vez fueron pensamientos como ese

Anoche, cuando el Jefe Swan llamó y preguntó si podían cuidar al pequeño Harry, Emmett no había podido dejar de sonreír. Estaba tan emocionado de finalmente tener tiempo con el pequeño. Alice había estado molesta porque no podía ver cómo terminaría el día, Edward todavía tenía la cara contraída, Jasper parecía curioso y Esme estaba algo feliz de tener un hijo en la casa. Carlisle había dudado en aceptar, todavía no estaba en los mejores términos con el Jefe Swan, quería redimirse a los ojos de los oficiales de policía, pero por otro lado, dejarían entrar a un miembro de los Volturi en su casa.

Al final estuvo de acuerdo, pero Charlie insistió en algunas condiciones. Bella también vendría y observaría lo bien que manejaban al niño, para aprender mejores habilidades para cuidar de los niños, y Edward tuvo que irse. Carlisle había aceptado a regañadientes y había dicho que Edward y Alice podrían pasar el día comprando en otra parte. Una vez que estuvo de acuerdo y colgó, Emmett se apresuró a buscar actividades apropiadas para jugar con los niños. Quería que el pequeño vampiro se divirtiera con él, y como probablemente no tendría otra oportunidad de jugar con un niño, quería aprovechar al máximo esta oportunidad.

Rosalie había sentido tanto amor y afecto por su esposo en ese momento, y sabía que si tuvieran un hijo, él habría sido un padre maravilloso. Pero eso desapareció rápidamente cuando Emmett regresó con una copia impresa de la computadora e hizo un sinfín de preguntas.

"Rose, ¿crees que querrá jugar al escondite?" Preguntó Emmett.

"¡Somos vampiros! Podemos olernos unos a otros." Ella chasqueó. Emmett ya había cubierto numerosas ideas de arte y manualidades y se trasladó a los juegos.

"Rose, ¿crees que querrá jugar a patear la lata?" Preguntó a continuación, leyendo la lista que imprimió.

El vampiro rubio se burló. "Lo aplastarás de una patada y probablemente lo enviarás volando a Canadá".

"¿Qué pasa con el policía de tráfico? Vive con un oficial de policía, podría gustarle". Emmett empujó.

"¿No necesitas más de dos personas para jugar eso?" Preguntó Rosalie. Ella no lo había jugado personalmente, pero estaba bastante segura de que necesitabas más de dos.