Hijo De La Luna || YoonMin

IX

-¿Entonces, estoy hecho de Luna?

-Hum... Yo diría que es polvo de estrellas.-dijo suave la mujer, moviendo sus dedos de forma mística para el niño, sacándole una gran sonrisa.
YoonGi amaba cuando su madre le contaba aquellas historias del inicio del universo y cómo la magia transformaba la materia de una cosa a otra.

-Mamá, ¿podemos ir a ver las estrellas?

-Ya es tarde, niño de Luna, y está nublado. Si llueve, mañana podremos salir a jugar durante el día, ¿qué opinas?

-¡Sí!

-Muy bien, entonces duerme.

La mujer rió al ver que el infante cerró sus ojos de inmediato y dejó un beso cargado de sueño y relajación sobre su frente antes de apagar la tenue flama de la vela en un suave soplido. Y en el instante que el niño cayó dormido, se movió con rapidez, con cuidado abrió la puerta y una vez fuera, suspiró con pesadez.
Emprendió su solitario camino al bosque, donde nadie podría ver su fugaz brillo, aquel que emitía cuando a la velocidad de la luz viajaba a su plateado castillo, allí donde se dedicaba a cuidar fielmente del mundo entero.

Luego de unos años, había aprendido a dividir su tiempo entre su hijo y sus deberes celestiales, más la carga era pesada y el miedo seguía presente en su corazón, pues aún le rondaban las enemistades.

Pero confiaba, ella siempre confiaba en que sus guardianes la mantenían segura, que en la inmensidad del universo y la grandeza del mundo, jamás nadie encontraría su tesoro más preciado.

🌙

Suaves truenos y breves refucilos arrullaban a la noche como canción de cuna en medio de la llovizna, los animales en el bosque buscaban refugio y otros ya descansaban en sus madrigueras.

Noche tranquila a principios de otoño donde todo transcurría con parsimonia, un ruido estridente se escuchó cerca de la cabaña y el pálido niño despertó de golpe, asustado miró a su alrededor encontrándose con la inmensa nada, pues la Luna no lograba iluminar debido a las espesas nubes y la oscuridad reinaba.

Un quejido se escuchó cerca de su ventana y su corazón atropelló su pecho con la velocidad de sus latidos, descalzo bajó de la cama y a tientas buscó unos cerillos.

-¿M-mamá?-Susurró a la nada, mientras sobre la mesita de noche lograba hallar los cortos palillos.

Él no le temía a la oscuridad, le gustaba salir al bosque de paseo con su
madre por las noches y observar las estrellas, pero los animales salvajes abundaban en la zona, el miedo se apoderó de él cuando logró ver a la luz del cerillo que su ventana se encontraba abierta.

Sus pequeñas manos temblaban y no encontraba la vela, el cerillo se quemaba cada vez más cerca de sus deditos y el desespero comenzó a invadirlo. El punto máximo fue cuando sintió el toque de algo golpear su mano y hacerlo soltar el pequeño foco de fuego, fue allí cuando preso del pánico soltó el primer grito, acompañado del llanto y miedo inaudito.

-¡¡¡Mamá!!!

-¡Espere!-pero los gritos y chillidos solo aumentaron cuando escuchó esa voz, una voz pequeña y escandalizada.

-¡Un intruso!

-¡Deténgase por favor!-sollozó de nuevo la vocecita. -No me haga daño.

YoonGi detuvo sus propios halaridos al escuchar otro indefenso llanto junto a él en la oscuridad. Rápidamente tanteó de nuevo sobre la mesita en la oscuridad, tomó otro cerillo y logró encender la vela.

Frente suyo se hallaba un niño, probablemente más pequeño que él, lo deducía por su aspecto, llevaba pantalones cortos y el rostro junto a su camisa blanca manchados de lodo y húmedos por la lluvia.

-¿Tú quién eres?-trastabilló en sus palabras. -Aún más importante... ¿Qué haces en mi casa?

-Es que, está tronando y el viento es muy fuerte...-La voz del pequeño comenzó a temblar otra vez. -¡Y una rama me golpeó en la cabeza! ¡E-entonces un relámpago hizo brillar todo! Y vi la casa con la ventana abierta.-gruesas lágrimas continuaron a conjunto con los hipidos del llanto.

-¿La ventana ya estaba abierta?-Aquello le extrañó, pues recordaba perfectamente a su madre cerrándola antes de acostarse.

-Sí.- Hipó.

-Debió haber sido el viento...-Respondió no queriendo hacer suposiciones. -Bien, ¿cuál es tu nombre? ¿vives cerca?

-No lo sé, creo que estoy perdido.-El pequeño siguió de cerca a YoonGi, quien se llevaba la vela a la sala para buscar una lámpara de aceite.-Me llamo JiMin ¿y usted?

-Soy YoonGi. Dime, ¿qué hacías tú solo ahí afuera?-JiMin solo miraba cómo el mayor encendia con calma la lámpara y se movía por la pequeña casa buscando cosas en cajones.-¿No vas a responder?

-Yo...-El pequeño quedó congelado, embelesado al ver la palidez del rostro de YoonGi, ¿sería real?¿era un fantasma?

-¿Tú...?

-¿Es usted un fantasma?

-¿Disculpa?

-¡Su piel es muy clara!

YoonGi se miró a sí mismo por un segundo, casi había olvidado ese pequeño gran detalle en su persona, no frecuentaba el contacto con otra persona que no fuera su madre, además de los forasteros que se encontraban esporádicamente durante sus paseos por el bosque. Jamás pensó en tener que explicarle a alguien el porqué de sus rasgos, pero ahí estaba, sentado en la alfombra de su sala junto a un niño desconocido, a la luz de una lámpara de aceite mientras la lluvia ambientaba el fondo de su infantil conversación.

-¿Polvo de estrellas?-Los ojos de JiMin brillaban en grande de emoción, jamás había escuchado algo así.

-¡Exacto! ¿no es genial?

-¡Lo es! mi Noona dice que todos somos seres fugaces. ¿Será qué...?

-¡SOMOS ESTRELLAS FUGACES!- Coincidieron con gran sorpresa, la hipótesis ciertamente coincidía con todos los datos que habían recolectado. Y así, entusiasmados, pasaron la noche en vela, hasta que a tempranas horas de la mañana, madre Luna abrió la puerta.

Ambos niños descansaban en la alfombra con la extinta luz de la lámpara, y a pesar de su cara extrañada, los arropó a ambos con una manta.

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Hola a quien sea que todavía lea esto!👩‍🦲

En realidad solo traigo esto y me voy, no tengo mucho para decir, solamente que mi imaginación está perdida, tal vez cuando la encuentre sea mi regreso definitivo(?🧍‍♀️jsjsj

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Les amo😫💖

Tati💋