Rose Weasley ''El torneo de magos''

Mañana de niebla

Una fría mano en mi mejilla y un leve susurro me despertaron, los rayos de sol me dieron directo en la cara y vi todo blanco por unos momento hasta que recupere la vista mientras me refregaba los ojos, y una vez más tuve que recordarme que no me encontraba en la amplia habitación de gryffindor, sino en la cómoda y muy amueblada extraña habitación que mi padre me había asignado, donde estaba cerca de el y de mi tío.

-Rose te traje el desayuno cariño- era mi madre… hace tanto tiempo que no hablaba a solas con ella, en ese momento me di cuenta de lo tanto que la extrañaba, de lo tanto que extrañaba sus dulces abrazos antes de irme acostar o cuando hacía mucho frio y estábamos fuera de la madriguera viendo las estrellas, o esperando a que Harry y mi padre llegaran del trabajo.

-Se me está haciendo tarde para ir a clases?-pregunto un tanto preocupada, aunque no tanto ya que clase de pociones a primera hora de la mañana no me gustaba nada.

-Qué? No claro que no, hoy no hay clases nena.-la mire extrañada mientras me acomodaba en la cama sentándome, para tomar mi desayuno y dejarle lugar a mi madre para que se siente al lado mío, saco la varita y dando un toquecito en el aire apareció una mesa de tamaño perfecto para nuestro desayuno, coloco la bandeja allí, y se acomodó a mi lado.

-Por…por qué no hay clases?-me estaba comenzando a preocupar, ¿ y si había pasado algo malo?, mi madre sonrió aún más extrañada que yo y luego poco a poco la sonrisa se le fue borrando y los ojos se le iluminaron con fuerza-paso algo malo, verdad?

-No no pasó nada… no me digas que te olvidaste?-la mire con interrogación mientras comía una tostada, no sabía de que se trataba de lo que me hablaba pero el corazón comenzaba a latirme con fuerza- hoy es el torneo, rose.

Podía sentir el sonido que hacia mi corazón al latir, como si lo tuviera a mi lado en vez de tenerlo dentro de mí. Me aterre. Me había olvidado completamente del torneo, que bonito es cuando te olvidas de las cosas malas o de las cosas que te preocupas, y luego cuando vuelves a recordar es como si cayeras en un pozo completamente negro e infinito. Mi madre me apretó suavemente la mano y me relajo su contacto, su contacto… el que siempre me relajaba hasta en mis días de pesadillas mas profundas. La mire, sonrió con algo de pena y unas pequeñas arrugas en la comisura de la boca y al costado de los ojos me recordó que ya era mayor, y a pesar de toda la fuerza que tenía y a a pesar de que aún era joven no era la joven que iba a Hogwarts para estudiar, ahora estaba en Hogwarts para protegerme.

-Por Merlin… me había olvidado completamente.- dije y bebí un poco de té para calmarme.

-No tienes que ir…

-si, tengo.

-Bien, podrias quedarte aquí descansando, hasta que llegue la hora

-No, no… iré a dar una vuelta, eso me relajara.-respire hondo y solté el aire.

- se que vas a poder, eres fuerte.-‘’No se si resistiré tanto’’ quería gritar pero no salió nada de mi boca.- Haleck te estaba esperando…. Me dijo que te espera en el pasillo.

-Que bien… me hará bien estar un tiempo con el. Sabes algo de Ted?-mi madre hizo una mueca.

-probablemente este con Gabriel o también es muy probable que este durmiendo, ayer fue un día duro para todos.

-Por las barbas de Merlin! Hoy viene ese hombre horrible.

-Llega antes del mediodía, asi que no te alejes mucho cuando te vayas con Haleck-dijo tomando un sorbo de café

-Mamá…Estabas de acuerdo en que me escondieran que Haleck era mi protector?-pregunte después de una larga pausa

-No claro que no… el dia en el que te metiste al lago yo sabía que estabas con el y no me preocupe por eso, es decir, sabía que no te haría ningún daño… Los protectores sienten con intensidad un cariño el uno por el otro, tienen esa necesidad de proteger a la persona indicada, hay veces que los protectores no conocen a las personas que deben proteger, pero sin embargo las acciones que toman en la vida, por una cosa o por otra protegen a esas personas… Ese dia tu padre se puso como loco, no quería que te acercaras a el.