Capítulo 23

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- ¿Quién más? - contestó ella con una sonora carcajada.

Levante las cejas sin poder evitarlo. ¿Quién era esa rubia? ¿Y porqué carajos interrumpía mis magníficas vacaciones con su perfecta cara? No podía negar lo evidente, la muy desgraciada estaba muy bien físicamente. Aveces tenemos que aceptar cuando otra chica está guapa y ella definitivamente lo estaba.

- No me lo puedo creer. Elizabeth Jones, ¿qué haces acá? No es un lugar para ti. - contesto Omar muy animado. Parado justo frente a ella, ignorandome por completo. ¡Uy! Golpe bajo.

¿No es un lugar para ella? ¿Qué?

- Sabes que me gusta lo nuevo. - hablo ella y posó su mirada en mi. Me recorrió de pies a cabeza y volvió a mirarlo a él. - ¿No me vas a presentar a la chica?

- Si - se giró él mirándome.
Tenía una sonrisa más de lo que la tenía antes. Era más que obvio que estaba bastante contento por la recién llegada. Me ofreció la mano para que me levantara y la tome. Sentía que mi cuello ardía a mares y como sentía una punzada de celos, más bien una punzadita... ¡No! Estaba muy celosa. Mi mente comenzó a crear imagines y situaciones que no deberían. ¿Debería?  ¿Tenía motivos?

- Elisabeth, ella es Alina... mi prometida. Nena ella es Elisabeth una amiga.

¿Amiga? Amiga mi trasero. ¿Desde cuándo? Omar era un hombre que claramente no solía tener muchos amigos y ahora me sale una rubia despampanante que es una amiga.

- ¿Prometida? No me lo puedo creer. Por fin decidiste terminar con el Ángel caído llamado Julia. - comentó la chica entre risas.

¿Qué? ¿Angel caído?

- No cambias para nada. - dijo Omar en una pequeña carcajada. Mis cejas se elevaron aún más.

¡Esta riendo! No me lo puedo creer. Cálmate, no seas tan obvia.

Ella me volvió a mirarme y sonrió con ternura. ¿Eso fue ternura? Me ofreció su mano en modo de saludo. La tome un tanto indecisa. ¿Debía preocuparme por ella? ¿Si? ¿No?

- Bueno, este mal educado me presenta como una amiga. - sonríe. - Soy más que eso. - lo miró. - Soy como su hermana, este imbecil siempre me cataloga como una amiga. Es un descarado, nos criamos juntos... - vuelve a sonreír. - No soy tan vieja como él, me lleva cinco años.

Parpadeo unos segundos. ¿Qué?

- La chica se me quedo mirando con cara de "¿Qué mierdas?" - dice ella riéndose. Omar se gira a mirarme.

- ¿Nena? - se coloca frente de mi tapando completamente a la chica.

Lo miro.

- ¿Cómo es eso? - murmuró intentando de que la recién llegada no me escuche pero saca a Omar de frente de mi. Y sin esperarlo me toma de la mano me acerca a ella y me da un abrazo.

- Tienes cara de ser una gran persona. Espero que este imbecil te trate como te mereces.

Le ha dicho imbecil dos veces, descarado y viejo. Y a Omar parece importarle poco. Esto si que es completamente raro. Me suelta, me toma de las mejillas y me observa.

- Muy guapa y muy jovencita - lo acusa con la mirada y vuelve a mirarme. - ¿Qué edad tienes?

- Ya déjala Elisabeth.

Omar la despega de mi sonriendo. Ella se cruza de brazos frente a él. Yo solo los observo. ¿Qué carajos? Entonces establecen un conversacion, no una extraña. Si no una bastante normal. Omar le pregunta dónde ha estado y ella contesta de forma serena pero he notado algo de ella. Es como si cambiara de humor o de actitud bastante rápido. Y de la nada ambos vuelven a mirarme, Omar me sujeta de la cintura incluyéndome en la conversación. Al menos noto que seguía aquí. Ella volvió a mirarme con ternura.

- Bueno, me despido. Espero volver a verlos por aquí. Yo encantada de animarme con la prometida de mi hermanito.

Le dio dos besos en ambas mejillas a Omar y hizo lo mismo conmigo. Se alejó como si nada de nosotros y de adentro a la playa.
Omar me miró.

- Estoy un poco confundida.

- Vamos al hotel. Te explicare.

Ya en la habitación, duchados y cambiados de ropa. Pedimos un rico almuerzo/cena a la habitación. Y Omar comenzó con la platica o más bien parecía contándome algo bastante doloroso por la forma que me miraba.

Elisabeth Jones era hija de la mujer que administraba el lugar dónde el padre de Omar lo llevó cuando era un niño. Si, aquel horrible lugar. Omar y ella se conocieron en una situación terrible para ella... o bueno para ambos. Supongo que compartían recuerdos bastante dolorosos de lo que fue su niñez. Elisabeth desde temprana edad fue obligada a tener relaciones sexuales con varios clientes del lugar. Y cuando les digo a temprana edad, me refiero que era una niña literalmente cuando comenzó todo. La primera vez que se conocieron ella corría por un pasillo, despavorida, envuelta apenas en una sábana mientras lloraba. Al perecer dos hombres la habían obligado a hacer un tipo de cosas que él no me quiso mencionar.Omar la ayudo y desde ese momento habían establecido una unión bastante fuerte. Dónde él la protegía de esos hombres y ella se refugiaba en él.

- Ella vio en mi un hermano mayor. Yo intenté de cuidarla lo más que pude. - parecía pensativo mientras sus dedos hacen círculos por mi muñeca. No me estaba mirando, solo miraba como sus dedos daban vueltas y vueltas. - Después se escapó del lugar, no volví a hacer de ella. Volvió a desaparecer varios años después, tiene muchos problemas. Fue adicta y intentó de suicidarse en muchas ocasiones.

- Parece estar mejor ahora - sujete la mano que tenía sobre la mía. Me miró.

- No estoy muy seguro, siempre parece estar bien. Pero los recuerdos la consumen. Busca distracción en las drogas y en el alcohol.

- ¿Porqué no la buscaste?

- Ella me dejó claro que no deseaba verme. Así que le di su espacio.

Entiendo eso. Nadie estaría bien si en la adolescencia te obligarán a vender tu cuerpo. No me puedo imaginar la vida de muchas personas que comienzan así de duras. Tuve suerte de tener a mi padre y a Victor conmigo. Aveces intento de imaginar que hubiera sido de mi si mi padre siguiera con mi madre. ¿Sería yo la misma chica?

Al día siguiente estábamos nuevamente en la playa a diferencia  que Omar estaba muy felizmente dormido en la silla. Recostado con su esculturar torso desnudo tomando todo el sol posible. Lo observe maravillada, es difícil aceptar que realmente estamos en una relación y en una relación seria después de todo lo que ha pasado. Si no hubiera dicho aquello en el avión tal vez para este entonces solo fuera el padre de mi mejor amiga o bueno, no sé si mi amistad con Ciara llego a ser verdadera. Una amiga de verdad no se va por nada del mundo. No importa la situación que sea. Aunque debo aceptar que metí un poco la pata. Sonrió. No me arrepiento de nada. En este momento soy la mujer más feliz del mundo. Y no pienso cambiarlo por nada. Amo a Omar Dickson y eso nunca cambiará.

Junto a Tí (+18) #3 {Tercera parte} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora