Capitulo 5

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Mi cuerpo se tenso por completo. Ella estaba detrás de mí. Lo sabía, lo sentía en cada centímetro de mi piel. Aquella extraña sensación de impotencia y de frustración. Aquel resentimiento que sentía por aquella mujer... mi madre.

— Ma' estaba aquí. Ella es Aly está interesada en el ganado o algo así. – dijo Alisson que no dejaba de sonreírme. Mientras miraba detrás de mí, dónde supuse que estaba Rosalie.

— Tú papá me lo comentó. Por eso estoy acá.

Su voz era muy diferente de como recordaba. Bueno, la verdad es que no recordaba casi nada de ella. Pensé que sería diferente, es suave y un poco chillona. Aunque no molesta, no le molestaría a nadie. ¿A mí? Clara mente si. Suspire. Estaba segura que ella no podría reconocerme. No era para nada parecida a aquella niña que había dejado abandonada. Me gire. Mi vista la recorrió lentamente, desde sus piernas hasta su cara. Era delgada y con obvios atributos. ¿Cómo no?
Su cabello estaba recogido en una trenza descuidada, con un perfecto maquillaje un poco natural pero hacía que sus ojos color oscuro resaltarán atrevidos. Definitivamente la edad le había sentado bien. Se veía atrevida y muy contenta. Pero no me miraba a mí, miraba cariñosa a Alisson. Sentí una leve sensación de envidia. La cuál aparte rápidamente. Ya era solo Rosalie, la que había donado sus óvulos para que yo naciera. Nada más.

Entonces me miró, directamente a la cara. Cambiando completamente su expresión. Me recorrió con la mirada y como era de esperarse no me reconoció. Sentí una leve desilucion. ¿Porqué me sentía así? Yo sabía muy bien lo que pasaba con ella.  Me sonrió de manera amigable.

— Señora Gil. Un placer conocerla. – las palabras le resparon por la garganta.

Y la miré, sin ninguna expresión. Tenía unas fuertes ganas de estampar mi mano en su cara y restregarle mil veces lo que me había hecho. Decirle que la despreciaba con toda mi alma. ¿Era eso lo que realmente sentía?

— ¿Aly?
Parpadee mirándola. Alisson estaba frente de mí. Con una cara divertida, me sonreía.

— Lo lamento. Estaba pensando en algo. – le devolví la sonrisa. Me caía muy bien a pesar de que claramente no la conocía en lo más mínimo.

— Buscaré a mí hermano. Le encantará conocer a una chica nueva. – bromeó corriendo y riendo.

— Disculpala, no solemos tener gente por acá.

— No se preocupe. – contesté de forma cortante. Ella volvió a mirarme y frunció el ceño. Entonces sentí un leve pensamiento. ¿Me reconocería?

— Te me pareces a alguien. – me volvió a inspeccionar con su mirada.
— No, no sé. No sería tan importante.– comento sin mucha importancia.

¿Cómo no? Sentí la leve necesidad de poner los ojos en blanco.

— ¿Así que tiene dos hijos? – pregunté de momento.

— Si, mis dos grandes amores.

Aquellas palabras entraron de forma perturbadora por mis oídos. Directamente al poquito 1% de cariño que sentía por ella. Aquella ilusión que tenía de niña habían muerto, junto conmigo. Sabía lo que pasaba, pero muy en el fondo de mi tenía una leve esperanza. Esperanza que se quemó. Cómo las inmensas ganas que tenía de tirarla de cabeza dentro de aquel bebedero de caballos de la esquina. ¡No! Respira.

— ¿Piensa tener más? – pregunté sabiendo que era una pregunta bastante estúpida.

— No – ríe. — Con dos son suficientes. – se acomoda en el borde de aquella verja. Solo la observó. Mi reacción no me gusta para nada. No estoy reaccionando como debería.

Junto a Tí (+18) #3 {Tercera parte} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora