Capítulo I.

11.3K 609 387
                                    

Quejidos, estos eran los que se podían oír proviniendo de una pequeña casa que se ubicaba en uno de los lugares más peligrosos del mundo, aunque estos quejidos no eran de dolor, no, eran quejidos de alguien quien estaba despertando tras un largo sueño.

El olor de algo quemado o cocinándose entro en las fosas nasales de aquella persona. El individuo era una mujer, una bellísima mujer de pelos negros y ojos violetas, que a duras penas se podia sentar sobre la pequeña cama para uno en la que se encontraba.

-¿Qué...?-dudas, muchas dudas pasaban por su cabeza, primero ¿Como llego allí? Dándose cuenta al instante de otra cosa importante-¿Donde estoy...?-se preguntó mientras acariciaba su cabeza que estaba vendada con unas telas blancas que desprendían cierto olor vegetal, tal vez plantas curativas, ella tenía experiencia con eso.

-Sona-tan...-susurró con cierto tono de dolor en su voz, pero en eso se tensó cuando oyo como alguien entraba a la pequeña casa rápidamente mirando de quien se trataba.

-Hola, veo que despertaste, eso me alegra jejeje-habló cierto joven de cabellos en punta y ropas naranja con azul sonriendo genuinamente como solo el era capaz ademas de cargando una fuente con agua con un trapo, la sonrisa del joven por alguna razón logro embobar por un rato a la mujer, pero tras negar en repetidas ocaciones con la cabeza habló.

-Hola, veo que despertaste, eso me alegra jejeje-habló cierto joven de cabellos en punta y ropas naranja con azul sonriendo genuinamente como solo el era capaz ademas de cargando una fuente con agua con un trapo, la sonrisa del joven por alguna ra...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Quien eres tu? ¿Donde estoy?-habló con tono serio, algo que a quienes la conocen tal vez sorprenda.

-¿Hm? ¿No sabes donde estas? Entonces supongo que estas perdida-mencionó el chico mientras bajaba la fuente con agua sobre una pequeña mesa de madera cerca de la cama, a la vez que en ningún momento la morena bajaba la guardia, por alguna razón se le notaba muy a la defensiva-Estas en mi casa y la de mi abuelito-reapondió el chico colocando sus manos en sus cinturas-¿Me podrías decir como te llamas?-preguntó con curiosidad el chico-Yo me llamo Son Goku, te lo digo porque me han dicho que antes de preguntar el nombre de una persona debo decir la mia primero jeje-el chico reía mientras rascaba su nuca.

-Me llamo S...sera-t...tan-se presento la mujer, mintiendo de alguna manera, ya que siempre le dijeron que no debía confiar tan rapido en los desconocidos.

-Sera-tan, ya veo, lindo nombre-mencionó el joven sonriendo alegre logrando llamar la atención de la mujer quien lo miraba con curiosidad-¿Como te encuentras? ¿No te duele nada?-preguntó Goku con cierta preocupación-Cuando te encontré estabas muy herida, con muchas heridas muy peligrosas ¿Te encontraste con un animal peligroso en la montaña?-Goku preguntó con curiosidad.

-N...no, eso no fue lo que paso, ademas ¿Me encontraste? ¿Donde?-preguntó esta vez la mujer, no sabia nada de lo que había pasado después de aquello.

-Si, te encontré mal herida cuando fui a pescar, estabas tirada cerca del río, si llegaba un poco mas tarde la corriente ya tu hubiera llegado-habló el muchacho acercándose a la chica quien se puso pensativa ante la respuesta del joven.

Goku x SerafallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora