Elixir de Sangre ✔

4. Extraños acontecimientos

Alexa

— Ahora eres morena ¿Cómo se siente eso?... hasta parecemos hermanas— Exclamó Cami divertida señalando el tono de mi cabello.

— Ni en mis peores pesadillas— bromeé saliendo de mis pensamientos. Cami sonrió ampliamente y aproveché para preguntarle— Así que... <<Te quiero hasta el cielo>>— reí y continué— fuertes declaraciones, creo que me sangraron los oídos

Ella se carcajeó negando con la cabeza— Solo lo hace por molestarme, entre nosotros no hay nada...

—Si claro— me reí.

—Es la verdad, somos los mejores amigos desde siempre, de pequeño era mi vecino jugábamos mucho, luego se fue al extranjero, pero no perdimos contacto entre nosotros, y al volver fue como si nunca se hubiera ido, nos tenemos muchísima confianza... es algo así como tú y Fabián...

Fruncí el ceño— Yo nunca le digo a Fabián cosas como <<Te quiero hasta el cielo>>— dije escéptica, hasta que recordé que esa misma mañana me nos habíamos dicho <<Te quiero exponencial cero>> <<Bella...>> Bueno, es diferente... creo...

—Solo es mi mejor amigo...— dijo riendo.

...Se conocen desde pequeños, si tuviera alguna mala intención, Cami lo hubiera notado en tanto tiempo... entonces ¿Cómo sabes que tengo poderes mágicos, Sebastián?

—Si tú lo dices...— me encogí de hombros sin creer ni una palabra de esa supuesta amistad y comenté— mi papá quiere que vaya a la casa a visitarlo porque hay alguien importante que quiere presentarme, mientras no sea una de esas hadas amigas suyas todo bien.

— Oh... bueno, sí vas a marcharte temprano, ahorremos los convencionalismos y lleguemos a tu casa de una vez— sus ojos se ensombrecieron y con un chasquido ya estábamos detenidas frente a mi casa aun dentro del auto que había crepitado al momento de tocar el asfalto como si lo hubieran dejado caer a una distancia corta del piso— Aquí estamos, un atajo no viene mal de vez en cuando ¿No te parece?

Ya estaba acostumbrada a estos arrebatos mágicos de Cami, siempre quería hacer todo rápido y mientras más magia usaba mejor, irónico comportamiento de la persona que hace unas horas me reclamaba por usar mis poderes de manera descuidada.

— ¡Qué bien! — respondí sin ganas saliendo del auto—¿No has pensado que pueden decir mis vecinos si ven que salimos de este auto que cayó del cielo? —pregunté mientras entraba a la casa que ahora estaba desierta.

— La verdad es que si lo he pensado... y llegué a la conclusión de que no dirán nada porque pensarán que están locos— respondió Cami sonriendo.

— Tiene sentido— acepté sin evitar sonreír — ¡Ah! Al fin... algo de libertad— Dije explayándome en el sofá más grande de la sala boca abajo, hacía mucho que no hacia eso.

Escuché como algo enorme caía en el piso, Cami rio satisfecha, y descubrí el motivo de su felicidad y del sonido al subir la vista, había un enorme mueble violeta, redondo y felpudo a su lado, era el que estaba en su habitación ¡Ella lo amaba! se sentó en él todavía sonriendo y diciendo— Nada como la comodidad de tu propio hogar ¿No te parece?

Reí asintiendo y volví a meter la cabeza contra el almohadón del sofá, levanté la mano en señal de aprobación, Cami rio y dijo— ¿Quieres té frío? — levanté la cabeza para señalar mi aprobación cuando me percaté de que tenía un plato volando alrededor y en él esperaba un vaso de vidrio lleno con un líquido oscuro y decorado con una rodaja de limón, me enderecé y tomé un sorbo.

— ¡Vaya! Este té helado sí que esta delicioso— le aprobé— ¿de dónde es esta vez? — Cami acostumbraba todo el tiempo a traer bebidas de otros países, una vez que estaba enojada conmigo me hizo beber un vaso completo de barro saborizado, quería matarla cuando lo supe...