Mis pies se movieron a una velocidad que nunca antes habían tenido. Me hacían girar hacia un lado y hacia el otro en busca de esquivar los muebles del apartamento y alejarme lo más posible del cuerpo que me estaba persiguiendo. Mi tobillo se dobló cuando estaba pasando por al lado del sofá, y mis manos cayeron sobre el acolchonado lugar al instante para sostenerme en el lugar y seguir escapando.
No me atreví a mirar hacia atrás, aterrado con la idea de que el sujeto pudiese estar a tan solo milímetros de agarrarme.
Con un gemido ahogando el dolor en mi tobillo, seguí corriendo por el apartamento. Podía escuchar las pisadas fuertes que mi pareja daba. Él no estaba corriendo, nunca lo hacía, pero sus piernas eran más largas que las mías. Estaba cerca, lo sentía. Sentía su calor casi mezclarse el mío, sus manos cerca de mi piel. Pero volví a girar, y la mesa de la cocina quedó entre nosotros dos.
Me di la vuelta por fin, mirando con súplica a los ojos de Seojoon. Estaba enojado. Sus ojos me atravesaban como dos cuchillas. Sus manos estaban agarrando con fuerza la mesa de madera, sus nudillos ya estaban blancos. Miré su pecho. Su respiración estaba acelerada, era pesada, pero sabía que era por la furia.
—Amor—susurré con un hilo de voz—, te lo suplico.
Seojoon no dijo nada, simplemente se enderezó un poco, buscando algo en su bota militar. Mi respiración me falló, mis ojos se llenaron de lágrimas. Quería gritarle, suplicara que no lo hiciera. Pero no podía. Solo podía llorar y llorar, sin oportunidad de calmarme.
Seojoon cargó el arma, y me apuntó en seguida con esta.
Por favor... por favor no lo hagas. Pero no podía gritarle eso, no podía siquiera moverme.
El disparo se escuchó fuerte en mis oídos cuando me desperté. La luz del entraba por el ventanal de la sala común, cegando mis ojos. Mi respiración estaba acelerada, y podía sentir la transpiración en mi frente bajar de forma lenta por mi piel. Hace mucho no soñaba con esa situación. Tal vez hace más de tres meses, y siempre hacía que mi cabeza doliera.
Miré hacia el otro lado, encontrándome con los cuerpos inmóviles de Seojoon, mi actual pareja, y sus dos amigos, Jaehyun y Minseok.
No recordaba qué había pasado ayer, pero el dolor en mi cuerpo me dejaba saber que nada bueno había sido. Miré hacia abajo; me faltaban los pantalones. No habían llegado a nada más, por suerte.
Me levanté con cuidado del piso, sintiendo un punzante dolor en mi cintura. Jadeé bajo, cerrando los ojos con algo de fuerza mientras hacía todo lo posible para dejar de lado el dolor y moverme hacia estar completamente parado. Busqué con la mirada mi pantalón, el cual estaba sobre la mesa pequeña en frente al sofá. Lo agarré y me lo puse.
Necesitaba unos momentos para respirar antes de salir de la sala común. No quería estar acá cuando Seojoon despertara, principalmente porque sabía qué venía después. Así que fui hacia la cocina con una velocidad restringida por mi dolor, y agarre una bolsa de tela, metiendo en ella las cajas de ramen, unas bolsas de arroz y un par de cosas más que me diesen la credibilidad de haber salido para hacer las compras.
Limpié mis ojos llenos de lágrimas y me miré en el espejo que estaba a un lado de la puerta principal. Estaba hecho un desastre. Mi cabello estaba mañoso sobre mi cabeza, así que intenté peinarlo un poco con mis manos. Mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar. No quería ir al baño para limpiarme y tardar de más en este departamento. Mi piel estaba roja, mi cuello tenía marcas rojas también así como moradas con toques verdes. Agarré una bufanda marrón que cubriese esa parte de mí, y una campera para cubrir mis brazos iguales o peor de dañados.
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Broken | kooktae
Fanfiction❝ Si te vieras a través de mis ojos te darías cuenta de que eres todo por lo que vale la pena luchar. ❞ Que difícil es ver a la persona que amas destruirse poco a poco por pensamientos que no dejan de rondar por su mente, o ver como al chico de tus...