La semana se pasó tan lenta como las agujas del reloj en clase. Lenta, aburrida, tediosa y monótona. Seojoon dijo que era un estúpido por creer que me había engañado, y me aseguró de que no había hecho nada con aquella chica amiga de Minseok. Quise creerle.
Ahora estaban esos dichosos amigos sentados en el piso cerca de la mesa pequeña que estaba en frente al sillón. Estaban gritando en vez de hablar, tomando litros y litros de cerveza mientras yo estaba preparando bocadillos para que pudiesen comer algo. Ni siquiera los miraba, simplemente intentaba concentrarme en el tarareo de una canción que salía de mis propios labios.
Era la parte más divertida de la semana teniendo en cuenta que no conocía nada mejor. El hecho de no tener permitido tener amigos no era fatídico, pero sí era aburrido y hasta deprimente a veces. No había nadie con quien hablar, con quien salir, con quien divertirme... solo estaban Minseok y Jaehyun, dos idiotas amigos de mi novio que lo único que sabían hacer era tocarme mientras mi novio miraba sin decir nada.
Preparé platos hondos con frituras que lleve hasta la mesita. No me dejaban sentarme con ellos, así que también preparé algo para mí en la mesa de la cocina. Me agaché para dejar los platos sobre la madera cuando sentí un suave pero firme golpe en mis muslos.
—Muchas gracias cachorro—dijo Jaehyun con la voz rasposa y aliento a alcohol. Su mano se mantuvo en mi pierna y se deslizó lentamente hacia abajo hasta caer al piso.
Yo no dije nada por unos minutos hasta que sentí la mirada de Seojoon sobre mí. Sus ojos me miraban como si fuese una presa, como si mi único objetivo en esta noche fuera recostarme en esa mesa y dejarme hacer por tres pares de manos.
—No es nada—susurré a penas, esquivando la mirada de mi pareja.
Luego de eso me marché hacia la cocina de nuevo, sentándome en una de las sillas ocultas por la barra. Me recosté contra la pared y empecé a contar hasta cien.
1... 2... 3... 4... 5...
Era difícil mantenerse estable cuando ellos venían, especialmente porque siempre encontraban maneras para ponerme incómodo.
Me encantaría poder decirles algo, pero ellos son más fuertes. El miedo de recibir un castigo me consume como fuego a la mecha de una vela. Y es doloroso, porque hasta es difícil hacerme valer cuando estoy con ellos. Y no me gusta estar con ellos, no me gusta que vengan los amigos de mi novio a la casa. Me daba miedo el simple hecho de escuchar sus nombres, y hasta asco mirarlos a los ojos.
Lo que hacían conmigo no era normal y-
34...35...36...37... 38...
Y sabía que estaba mal, y que tendría que decir algo, pero era imposible. Seojoon nunca me deja decir nada, nunca me deja pedir que paren. Le gustaba cuando suplicaba por perdón, cuando les pedía a gritos que dejasen de hacer lo que hacían.
Y no podía decir nada, no podía porque el miedo me consumía. Y mi respiración fallaba, mis manos temblaban justo como ahora estaba sucediendo. O mis ojos se llenaban de lágrimas tan grandes como la Torre Eiffel. Y luego me dolía el cuerpo de tanto juego, de tanto movimiento, de tanto-
67... 68... 69... 70... 71....
Me dolía la cabeza, y estaba intentando controlar mi respiración. Es en momentos como estos en los que mi mente funcionaba a mil por hora, o que mi corazón no dejaba de latir con fuerza contra mi pecho. Y era doloroso, no tanto como lo que sucedía en la madrugada de todas formas.
Abrí mis ojos. No me había dado cuenta que estaban cerrados, y mucho menos de que mis puños estaban apretándose con fuerza, mis uñas clavándose en lo más profundo de mi piel como si tuviesen el poder de arrancármela.
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Broken | kooktae
Fanfiction❝ Si te vieras a través de mis ojos te darías cuenta de que eres todo por lo que vale la pena luchar. ❞ Que difícil es ver a la persona que amas destruirse poco a poco por pensamientos que no dejan de rondar por su mente, o ver como al chico de tus...