LA FIESTA DE AWANO

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El gran sacerdote organizó la fiesta lo más rápido posible decorando el salón con adornos rosas en memoria del mortal Awano además de que él mismo sentía que con esos colores brillantes su hijo se sentiría más cómodo.

La fiesta se celebró una semana después del nacimiento del primer hijo varón del gran sacerdote. Dicha fiesta se desarrolló casi igual que la fiesta de presentación de la primogénita del rey pues lo único que había cambiado en el inicio fue que ahora fueron las herederas de las familias quienes entregaron un presente al pequeño príncipe. Claro que a comparación de la princesa Cus, el principe Awano parecía no estar interesado en mirar a las herederas o a los presentes que estas le dejaban, tampoco parecía estar muy cómodo con los niños y adultos que se acercaban a su cuna para mirarlo aunque para su suerte su hermana mayor se encargó de mantenerlos alejados de él cosa que le causaba mucha gracia a su padre que solo miraba como su hija jalaba los niños para que jugaran con ella.

Daishinkan se veía muy complacido con la fiesta pero al mismo tiempo se le podía percibir un aire pensativo algo que no pasó desapercibido por Esmeralda. Ella conocía a Dai desde su niñez y bien podría decir que no era muy común ver al sacerdote meditar de esa forma tan disimulada era como si él intentara ocultar sus preocupaciones

-¿Hay algo que te preocupe Dai? -pregunto mirando directamente a su hermano

-nada en especial -contestó rápidamente mirando brevemente a su hermana mayor

-sabes que si tienes algo que te moleste puedes acudir a cualquiera de nosotros -ladeo un poco su cabeza preocupada de que su hermana se aleje tanto de la familia

-lo se, gracias por su preocupación pero no se concentre en mi, recuerde su trabajo -volvió a mirar hacia el frente solo para señalarse a los herederos de las familias

Los pequeños herederos charlaban entre ellos de una forma animada aunque algunos se veían disgustados. Esmeralda sin comprender agudizó su oído para escuchar los que esos niños decían

- que aburrido puro viejo y pobre en esta fiesta -se quejo el heredero de los Raion jugando un poco con su cabello

- acostumbrate, además aún no se a decidido quien se casará con la princesa -dijo el heredero de los Ptitsa con el ceño fruncido

- yo escuche que el rey no tiene planeado casar a la mocosa esa -dijo el heredero de los Hasa sintiéndose victorioso por no tener que casarse con Cus

- no hables mal de ellos -le regaño el heredero de los Imitateur cruzándose de brazos

- ellos ni escuchan además ¿que podría importarles una plática entre niños de 4 años? -preguntó con burla

- a mi interesa -dijo una voz algo chillona que se les acercó

Los herederos al voltear al origen de la voz se encontraron con la princesa Cus la cual flotaba al no dominar todavía el caminar. Los niños observaron con mucho terror a la princesa la cual los miraba bastante molesta por todo lo que habían dicho de ella

- e..está flotando sin alas -dijo el heredero de los Raion muy asustado pues al ser aun muy joven aún no sabía que algunos ángeles podían volar sin la necesidad de alas

- no necesito alas -sonrió presumiendo un poco sus habilidades pero sin dejar de estar molesta

Los herederos asustados por pensar que ella no era algo ordinario pegaron un grito muy agudo que asustó a Awano el cual comenzó a llorar a gritos

- o no -dijo Esmeralda yendo corriendo para cargar a la princesa

Cus al sentir que su niñera la cargaba comenzó a forcejear para soltarse. Dai con mucha tranquilidad dejó su copa de vino a un lado y cargo a Awano para calmarlo. Cus se soltó del agarre de Esmeralda pero al hacerlo termina cayendo sobre el heredero de los Ptitsa, a los dos niños les dolió mucho el golpe, el heredero de los Ptitsa comenzó a llorar sobándose donde había golpeado, en el caso de Cus ella intentó aguantar el dolor pero no soporto el dolor de cabeza que eso le provocó soltando un grito que rompió cada objeto de cristal cercano asustando a todos los invitados, niños e incluso a la misma Esmeralda que tuvo que cubrirse al recibir esa onda de poder demasiado cerca. Cuando el sonido se disipó todos en la fiesta se le quedaron mirando a la princesa con mucho terror. el sacerdote aun con su hijo en brazos llamó la atención de todos los invitados con un chasquido de sus dedos el cual restauró todo objeto roto por la onda

- lamento mucho esto -se disculpó el gran sacerdote notablemente molesto- por favor continúen disfrutado de la fiesta yo me are cargo de lo demás -hizo una reverencia a modo de disculpa mientras el pequeño príncipe se aferraba a él

Dicho y hecho los demás continuaron la fiesta un poco incómodos por lo sucedido mientras que Esmeralda cargo a la niña para después acercarse a Dai por orden de el

- ¿qué hago? -preguntó acercándose a la niña

- ¿recuerda el cuarto que parece más un armario? -le preguntó con un expresión muy seria

- si -respondió mostrando confundida

- encierrela ahí -ordenó finalmente mientras la niña lo miraba con culpa

- Pero Dai, eso... -trato de protestar pero Dai no la dejo

- usted no debe cuestionar mis métodos, recuerde que son mis hijos y usted es solo una madre sustituta -dijo de manera fría dedicando un mirada sombría a la mujer

- si -contesto un poco asustada bajando la cabeza

Llevó a la niña donde su padre dijo. Al abrir la puerta se sorprendió al ver el aspecto de ese cuarto, todo el cuarto parecía una celda de manicomio, había algunos juguetes ahí pero eran muy nulos además de poca iluminación dando un aspecto lúgubre al lugar

- ¿qué es lo que tramas Dai? -se preguntó así misma teniendo un amargo recuerdo

Dejó a la niña sentada en el suelo de aquel cuarto para después cerrar la puerta. La niña como si supiera porque la habían metido ahi trato de salir de la habitación pero Esmeralda se lo impidió cerrando rápidamente la puerta

- padre -comenzó a golpear la puerta- no padre -se escuchó como comenzaba a llorar llamando repetidas veces a su padre

Esmeralda no esperaba esa reacción de la niña pero solo se limitó a ignorarla e ir a la fiesta para cuidar de Awano mientras Dai mantenía el orden en el lugar.

Al día siguiente dejó que Cus saliera de ese lugar haciéndole jurar no volver a portarse mal nunca más.

POBRES ÁNGELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora