El que avisa no es traidor

143 19 8
                                    

—Fuimos descubiertos —dijo Van en un tono algo culpable.

—Realmente no me lo esperaba, mi plan había muy pocos huecos —comentó Eiichi—, supongo que fue cuando llevaste a Nagi y a Shion a esa plaza desierta.

—A parte de eso, es porque, era raro que Nagi y Shion ya supiera que había pasado sin siquiera habérselo explicado —añadió la chica—, además, la reacción de Nagi cuando le llevé a la plaza, le delataba y mucho.

—Ya ya, muy bien, me parece fantástico que estéis perfeccionando vuestras cosas —dijo el peli-salmón—, pero ahora tenemos algo muy importante entre manos —recordó a sus compañeros en que apuros estaban.

—De eso no os tenéis que preocupar —comentó Eiichi—, estoy seguro de que no dirá nada.

—¿Cómo puedes estar seguro de eso? —cuestionó Yamato, el castaño no podía responder, "porque es imposible que Nanami vaya a delatar algo que no la beneficia, lo que de verdad le beneficiaría sería que nosotros nos quedaramos con Fubuki", pero no podía responder eso, ya que harían muchísimas más preguntas, y la cosa no terminaría bien.

—Instinto —fue lo único que se limitó a responder.

—¿Ah muy bien no? Quién quiera hacerle caso a Eiichi, que levante la mano —dijo el peli-salmón y ninguno de los presentes la levantó—. Quién vota por irnos a otro país y bloquear todos los contactos que tenemos con STARISH y Quartet night? —volvió a preguntar y esta vez levantaron dos las manos, el chico que hizo la pregunta y el oji-naranja—. Gana la segunda idea por mayoría.

—No vamos a hacer tal cosa, sois unos exagerados —comentó el líder—. Si yo digo que no va a pasar nada, no va a pasar nada —sentenció el chico—. Ahora volvamos al departamento —dijo y se dio la vuelta hacia el camino que conducía a su casa—. Fubuki, por hoy hemos terminado, adiós —se despidió.

—Adiós —respondió la chica y se puso en marcha para su hogar.

La chica aún sabiendo de que es imposible que Nanami diga nada sobre lo que pasó, tenía un mal presentimiento, como si algo malo iba a pasar sí o sí, le gustaría restarle importancia, pero el peso que sentía su corazón por el presentimiento, no se lo ponía fácil.

Y así pasó el resto del día, la chica hacía lo posible para olvidarse de ese sentimiento, pero era algo imposible, además, le estuvo molestando durante todo el día, en más de una ocasión causó un error tonto por la distracción que le estaba brindando esa horrible sensación.

Al final del día, esperaba poder dormir tranquilamente, pero al parecer, el mal presentimiento ni eso le permitía hacer. A estas alturas, a la peli-azul ya le dejó de importar que tan malo podía ser lo que podía pasar, solo quería que la dejaran en paz. Ese pensamiento, llegó a los oídos del gran señor que nos cuida desde los cielos, y decidió complacerla.

Unos segundos después, ese sentimiento desapareció, y la chica pudo descansar tranquila.

Al día siguiente, se levanto un poco más tarde de lo usual, ya que la noche anterior se había acostado tarde, miró la hora en su móvil, y vió que Eiichi le había enviado un mensaje. Desbloqueó el móvil y leyó el mensaje, este decía que pasara lo que pasara, no viniera a su apartamento.

La chica aunque estuviera extrañada por el mensaje decidió hacer caso...o eso era lo que decidió al principio, con el paso de los minutos, la curiosidad la invadió, quería descubrir cuál era la razón de aquel mensaje.

En su interior había una pequeña pelea por si ir o mejor no, y como es normal, siempre gana la parte que no trae ningún bien para la persona.

Salió de su apartamento y se dirigío al lugar donde habitaba los miembros de HEAVENS, sin saber que es lo que la esperaba. Se tomó su tiempo en llegar, no es como si fuera algo muy grave, ¿o sí? Puede que alguien estuviera teniendo un resfriado bastante potente para que le hayan avisado de no ir.

Una vez que llegó al lugar, iba a llamar al timbre de la entrada al edificio, pero justo una señora salía, así que no tuvo que llamarlo, se dirigío al ascensor y pulso el botón, ese corto viaje que para la chic no significaba nada, era el viaje a un infierno.

Al llegar, tocó el timbre de la puerta, la oji-amarillo esperaba que le abrirían rápidamente la puerta, aunque más concretamente pensaba que Van abriría la puerta, ya que normalmente el corría a toda prisa hacia la puerta cuando tocaban, pero la puerta tardó un poco más de lo normal en abrirse. Y cuando se abrió, deseo que nunca se hubiera abierto.

—Uy, creo que me equivoqué de lugar —comentó fingiendo despiste la chica, a la velocidad de la luz, se dió la vuelta dispuesta a irse.

—¡Alto! —ordenó con voz firme y cortante, la chica se tensó al escuchar eso, se quedó de espalda, no quería mirarle a la cara, si tan solo hubiera hecho caso al castaño, posiblemente eso no estaría pasando.

¿Música como arma de venganza? (Utapri x Tu) (Cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora