1- Los sueños no siempre se cumplen.

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Jaewon tenía 20 años cuando se fue de casa, no quería dejar a su madre sola con el borracho de su padre, pero ella se negaba a irse.

Jaewon tenía el dinero suficiente para comprarse una mansión, pero él no quería una mansión, le gustaba ser humilde, además que si se compraba una mansión, viendo la situación económica de su familia, Hacienda vería algo raro e investigarían su caso, la policía le interrogaría, se acabarían dando cuenta de que era un narcotraficante y le arrestarían bajo una cadena perpetua por tráfico y consumo ilegal de drogas, contención de armas ilegales, participar en riñas que puedan poner en peligro la vida o la integridad física, robo agravado,  y también por ser un cliente habitual de un lugar que usa la trata de personas.

Jaewon le mandaba todas las semanas una cantidad decente de dinero a su madre para que  pudiera vivir y para que se fugara a un lugar decente y seguro cuando se decidiera a hacerlo.

Su padre no podía aguantar ni 8 horas sin beber alcohol, pero tenía mucho aguante así que hasta que no llegaba al bar por la noche, no se emborrachaba. Su madre soportaba todo el día los insultos y los golpes de su padre y aun así esperaba  preocupada todas las noches a su marido, aun sabiendo que cuando él entrara en casa, a ella le iban a dar de golpes  mientras que él negaba estar borracho.

La noche del 27 de marzo de 2018 su madre falleció por una de las palizas que le daba su padre a diario, su padre había vuelto ebrio otra vez y sus padres habían discutido porque ella quería que él dejara de beber, porque estaba harta de lidiar con ese monstruo día a día. Su padre se volvió loco y la mató a golpes, mientras que ella, entre lágrimas, le suplicaba que parara. Él asustado, llamó a emergencias y comentó que habían tenido una pelea, así que fue interrogado por la policía y detenido por violencia intrafamiliar, maltrato doméstico, violencia de género y condenado a 15 años de prisión.

Jaewon llevaba esperando que encarcelaran a su padre muchos años, pero no esperaba que detenerlo llevaría a la muerte de su madre. Jaewon estaba destrozado, pero su dolor se volvió rencor  y odio hacia su padre, más del que ya tenía.

Pasaron las semanas y su padre quería verle. Jaewon recibía llamadas de su padre desde la cárcel para pedirle hablar con él y que le sacara de allí.

Jaewon decidió ir a visitar a su padre a la prisión de Seodaemun la única cárcel de Seúl y las más grande y famosa de toda Corea. Su padre intentaba mostrar arrepentimiento, pero Jaewon nunca le perdonaría haber matado a su madre.

"Soy tu padre, tienes que sacarme de aquí, tienes que pagar mi fianza"

Era una frase que oía entre muchas más, intentando convencerle, pero Jaewon no contestaba, no decía nada y esperaba a que se acabara la visita, viendo como su padre se arrastraba ante él, creyendo que había sido un buen padre, pero apenas recordaba los días que había pasado con su hijo por culpa de el alcohol.

Jaewon nunca iba a ser feliz con su madre, directamente ya no veía esperanza en su camino como lo hacía años atrás. Sin su madre, no tenía motivos para ser feliz y para esforzarse para sobrevivir, pero ya era demasiado tarde. Jaewon ya tenía un negocio importante de drogas y no iba a permitir que alguien se quedase con sus ganancias y su negocio, no iba a permitir que alguien tuviera la misma importancia que él, porque Jaewon ya empezaba a ser importante fuera de su barrio y de su país. Jaewon empezó a vender de manera internacional, pasando gramos e incluso kilos de drogas por la aduana, sobornando a pilotos, policías y amenazándolos para que no contaran nada. Jaewon tenía contactos, conocía a un piloto que estaba dispuesto a llevar su avión lleno de cualquier tipo de droga, podía llenar los aeropuertos con mulas y mujeres que se hicieran pasar  por embarazadas, escondiendo miles de cápsulas dentro de las barrigas falsas. Además en los aeropuertos, los de seguridad no tocan a las embarazadas.

También escondían la droga en llantas: llantas de aviones, coches, camiones e incluso algunos barcos que tienen ruedas colgadas o también la amarraban en las anclas, además así era más fácil la entrega; los tripulantes podían tirar las anclas al mar rápido y recoger la droga en el menor tiempo posible para que no los pillen.

Jaewon era discreto, sabía que la policía siempre estaba controlando todos los vehículos, porque sabían que había un gran negocio, pero los policías  van detrás de la gente que sale corriendo o se tira al mar al ver algún policía. Jaewon nunca salía corriendo, nunca se asustaba, no le daba miedo que le descubrieran, pero tampoco se paraba a pensar en que en cualquier momento le podrían descubrir, porque no creía que eso fuera posible.

Los movimientos de Jaewon también se basaban en narcotraficantes importantes que admiraba como Pablo Escobar e intentaba llegar a su altura, pero sin ser descubierto.

LEAVE ME ALONE  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora