2 - Cajas de cartón

8 0 0
                                    

Jaewon estaba sentado en unas escaleras de piedra que daban a una de las casas abandonadas de su barrio, cuando vio a un chico joven caminando con miedo por aquel barrio y no hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que ese chico no pasaba mucho por ahí.

El nombre del chico era Kim Hanbin, tenía 3 años menos que Jaewon, pero sus vidas no tenían nada que ver.
Hanbin era un chico de familia rica, porque su padre era dueño de una empresa importante del país, era el típico chico que tenía a todos los amigos que tenía porque se le acercaban por su dinero y por la importancia de su padre, pero no por su personalidad.
Hanbin era un chico bastante creído, con su ropa de marca y esos aires de pijo, era el tipo de persona que a todo el mundo le da asco, especialmente a Jaewon.

Jaewon y Hanbin iban al mismo instituto, aunque Hanbin tenía mucho dinero quiso ir a un instituto público porque ahí podría presumir mejor su dinero.
Jaewon pensaba que el único sufriemiento que podía sentir Hanbin era no poder subirse a su yate porque había tormenta, pero Hanbin también tenía sentimientos.

Los padres de Hanbin se iban de viaje de negocios y Hanbin quería aprovechar y montar una fiesta, todo el mundo sabía que Hanbin iba a montar esa fiesta. Hanbin ya estaba repartiendo las invitaciones cuando Jinhwan, su mejor amigo desde la infancia se le acercó por detrás y le susurró al oido.

- Te reto a que invites al traficante, seguro que nos divertimos
- ¿El traficante!? -exclamó Hanbin- ¿Y por qué no le compras algo? ¿Por qué tengo que invitarlo a mi fiesta?
- Porque no es lo mismo, si viene a la fiesta siempre lo tendremos a mano y además... ¿No te parece guapo?

Jaewon estaba apoyado en una pared cerca de ellos, dentro de su punto de vista. Hanbin le estaba mirando, analizando cada parte de él, su ropa sucia y rota, su pelo sucio, lo solitario que era.

- Que mas da que sea guapo, solo mírale es un pobre asqueroso, ni siquiera se ducha
- Pues a mi no me parece que sea tan pobre cuando es traficante, se saca mucho dinero de eso y además dicen que ya tiene casa propia, nosotros seguimos viviendo con nuestros padres.

Hanbin se acercó rápidamente con una sonrisa hacia Jaewon, Jaewon le miró mal porque le sorprendía que el dúo pijo se acercara a él.

- Hola chico pobre, voy a montar una fiesta este sábado en mi casa, tráete a tu grupo de amigos barriobajeros.
- Lo siento - dijo Jaewon mientras miraba mal a Hanbin de arriba a abajo - no me van las cosas de pijos
- Ni a mi las de pobres, pero quiero que vengas, tendras clientes.
-Jaewon rió- Creía que eso solo eran cosas de pobres
- Pues pensaste mal -dijo Hanbin susurrando y luego se fue-
Mientras Hanbin caminaba Jaewon le miraba mientras sonreía y pasaba su lengua por sus dientes entreabiertos con sus brazos cruzados, Hanbin había despertado una curiosidad en Jaewon y pensaba conocer lo que quisiera de él.
De repente apareció el mejor amigo de Jaewon, Jiwon o como lo llaman todos, Bobby.

- ¿Qué querían los pijos?
- Nada, que quieren que vaya a su fiesta -Dijo Jaewon todavía mirando a Hanbin-
- ¿Y vas a ir?
- Pues...no sé

Fueron pasando los días y Hanbin y Jaewon cruzaban miradas en los pasillos, pero no se hablaban.

El recreo del jueves, Jaewon se quedó casi todo el recreo en la puerta de los baños de hombres.
Hanbin estaba con sus amigos en el patio, pero se dio cuenta de que se había dejado una cosa que necesitaba en clase. Subió las escaleras y de camino a clase, pasó por delante del baño y sintió algo que le sujetaba el brazo y que le arrastró dentro del baño. Hanbin estaba asustado, pero cuando levantó la mirada para ver lo que le había arrastrado al baño, se encontró con una mirada que ultimamente era familiar, era Jaewon, ese traficante que últimamente le había estado mirando día si y día también, y no podía negar que él también había estado mirándole.

- ¿Hasta cuando vas a estar provocandome niño pijo?
Jaewon tenía sus brazos apoyados contra la pared acorralando a Hanbin, la respiración de Hanbin se aceleró levemente y sus mejillas se supieron rojas, no sabía como salir de esta situación.
- Yo no te he estado provocando ¿Yo? ¿Provocando a un pobre como tú? Suéñalo traficante
- Ah y ¿Tampoco me has estado mirando todos los días en los pasillos?
- Vale, sí, te he estado mirando pero eso no significa nada.
- Vaya, si tus ojos solo estaban hechos para mirar a pijos como tú. ¿Por qué me miras ahora y antes no?
- ¿Y tu qué? ¿Tú no me miras?
- Sí, te miro, pero porque no se que coño tienes que me llama.
Hanbin abrió algo los ojos pero sin llamar la atención
- Ah si? ¿Qué tengo?
- Pues no lo sé, pero algo debo de tener yo oara que tú también me mires. Dímelo pijo ¿Qué te llama la atención de mí?
- ¿A mí de tí? No te creas importante pobre.
- No es creerme importante, pero escucho tu corazón desde aquí, pijo.

Hanbin intentó salir del baño pero Jaewon no le dejó, Jaewon acercó su cara a la de Hanbin y le sujetó la barbilla con una de sus manos, giró su cabeza como si fuera a darle un beso y le dijo en un tono bajo

- Si te gusto, no tienes que disimularlo pijo, eres muy predecible.

Entonces Hanbin besó los labios de Jaewon pero solo por unos segundos

- ¿Eso lo has predecido pobre?

Jaewon se había quedado sorprendido porque no se esperaba que Hanbin reaccionara de esa forma, despegó su brazo de la pared y Hanbin escapó de Jaewon y salió del baño.

LEAVE ME ALONE  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora