[...]
-Quiero que todos conozcáis a vuestra nueva general: Ariael. Posee numerosos méritos militares al frente de nuestras tropas y en sus años como soldado no ha perdido ninguna batalla. Tiene un comportamiento intachable y posee las cualidades que se requieren para este puesto. Muchas gracias a todos los demás que se postularon para el cargo pero ahora quiero que saludéis a vuestra nueva general.
Todo el mundo comenzó a aplaudir, la ovación no se hizo de esperar, puesto que ella era una de las soldados más populares y queridas del ejército celestial. Pero cuando la ovación acabó pudo escucharse claramente el aplauso sarcástico de alguno de los presentes. Ariel no pudo ver quien era, por lo que no le prestó atención y dio comienzo a su discurso.
-Muchas gracias Gabrielle. En primer lugar, quería agradecer...
[...]
-Cállate... -Digo tapándome los oídos, haciéndome un ovillo en una esquina de la estancia.
-No, no lo haré, y ¿sabes por qué? Porque todo lo que digo es cierto. Y tú misma lo sabes. -Dice, despertando algo peligroso en mí.
-No sabes de lo que hablas... -Repito, solo quiero que se calle y poder seguir con mi vida sin tener que volver a cruzar palabra con él.
-Sí que lo sé y tú también lo haces. Sólo eres una pobre chica que quiere aparentar ser perfecta, ser la mejor cuando lo único que eres es una farsante, una impostora, no mereces el cargo que tienes, no mereces la luz que se te ha encomendado portar, ¡no mereces nada porque tú misma no eres nada! -Dice recalcando lo que ya sé, de lo más sucio, de lo más rastrero, de lo más premeditado. Pero algo se ha accionado en mí y no sabía cómo pararlo.
-Por el amor de padre, guarda silencio en este momento - Digo apretando los puños y levantándome.
- ¿O qué? ¿La perfecta general Ariael va a tomar represalias contra mí? -Dice acercándose, desafiandome, avivando hasta el límite el oscuro sentimiento que crece en mí.
-No, la perfecta general Ariael va a hacer algo peor - Concluyo, harta.
[...]
-Ariael, se te juzga por el asesinato de uno de los soldados a tu cargo. Los hechos ocurrieron la pasada semana y está probado que la víctima estaba desarmada, indefensa y sin capacidad de defenderse puesto que tus habilidades de combate eran superiores a las suyas. ¿Tienes algo que alegar en tu defensa?
-Procederé con mi defensa puesto que ni siquiera se me ha dado opción a un abogado. En mi defensa debo decir que la víctima había estado injuriando y calumniando sobre mí, buscando claramente provocar mi ira. Y lo consiguió. Le repetí en reiteradas ocasiones que se callase, y que no quería escucharle más, pero algo poderoso explotó dentro de mí y cuando me di cuenta él ya estaba muriendo, ya no podía hacer nada. Entonces fue cuando Gabrielle me vio. Y se formó todo este entuerto.
El silencio se hizo en la sala, creo que es porque nadie se cree que haya admitido mi culpabilidad de esta forma, pero ni siquiera haría algo para intentar defenderme si ello conlleva mentir. Yo jamás miento.
-Bien, demos paso a la declaración de la única testigo: Gabrielle, suba al estrado por favor.
-Buenos días a todos. -Dice totalmente en calma.
-Muy bien, ¿podría decirnos qué es lo que vio cuando llegó a la escena del crimen? - Pregunta el juez.
-Por supuesto. La vi a ella. Yo vi como le mataba. Primero le asestó varias puñaladas para que quedara indefenso y luego empezó a darle una paliza, casi consigo volver a escuchar el crujido de sus piernas cuando se las rompió. Después dejó el cuerpo en el suelo y cuando me vio entrar le cortó el cuello para que ni siquiera pudiera hablar. Fue horrible, estoy destrozada. -Dijo enjugándose unas lágrimas que ni siquiera sé de dónde salieron.
Todo eso es mentira. Es una puta y jodida mentira. He matado a muchos demonios y criaturas oscuras y jamás me he ensañado con ninguna de ellas. No puedo empezar a decir cómo es que maté a ese ángel, porque no lo sé. No lo recuerdo. Pero sé que no lo hice. Así cómo sé que no van a creerme.
-¿Es eso cierto Ariael? -Pregunta serio el juez
-No lo sé, porque no lo recuerdo, todo es una laguna. Pero lo que sí sé es que a todas las criaturas a las que he matado las he matado rápido, por lo que no creo que haya hecho todas esas atrocidades que afirma ella. Sin pruebas, por cierto, porque todo el mundo está dando por hecho el testimonio de Gabrielle sin ni siquiera una jodida prueba, con perdón de padre por la expresión. -Digo fatigada.
-¿Está usted poniendo en tela de juicio a uno de los arcángeles que dirige el ejército celestial del Santísimo padre? -Habla severamente el juez.
-Pues no es ponerle en tela de juicio, es sólo que... -No puedo terminar de hablar.
-Es suficiente -Me interrumpe. -Creo que puedo afirmar con seguridad que ni siquiera serán necesarios unos minutos de deliberación porque la decisión es unánime. Todo el mundo en pie, pues. -Dice rápidamente. ¿Enserio? ¿Ni siquiera van a hacer como que quieren deliberar?
-General Ariael del ejército celestial del Santísimo y todopoderoso padre de todos. Se le condena al exilio de las tropas celestiales y a su posterior caída. Condenándole así a vivir en el reino del hombre durante la eternidad...
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Holaaaa personitas, espero que os guste tanto como a mi esta nueva historia. Tengo que aclarar que esto es una colaboración, no solo estoy escribiendo yo, gracias a mi amiga Sara Alegre esta historia saldrá adelante como queremos, te amo la vida amiga.
Disfrutad de esta historia llena de altibajos, sufrimiento y amor. Esto solo es el principio ¡Gracias!
ESTÁS LEYENDO
AMARE ET SACRIFICIUM
FantasyAriael, convertida ahora en Jade Robinson, era general de las tropas angelicales, fue desterrada del cielo y sentenciada a permanecer en el reino del hombre por la eternidad debido a sus pecados. Ahora Jade es una chica complicada, llena de odio y g...