6. Viajando a la locura

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Victoria se dio vuelta y miró a Jorge con su rostro totalmente desencajado. Algo en la mirada de su ex le hizo recordar a los pacientes que habían muerto sólo minutos antes. Por alguna extraña razón su preocupación superó a su cansancio y cruzó la habitación tomando el rostro de Victoria entre sus manos para examinarla detenidamente.

Lucía se sorprendió ante la reacción de su jefe, prácticamente saltó sobre su exmujer con una clara mirada de miedo en su rostro. Ella se apresuró a acercarse para evitar que Victoria tuviera cualquier actitud negativa hacia él, pero esta sólo se quedó parada en silencio con esa escalofriante expresión mientras Jorge tomaba sus signos vitales y la recostaba sobre el sillón.

El murmullo en el cuarto de Victoria había sido lo suficientemente notorio para que Oscar, que estaba solo a un par de habitaciones en el complejo habitacional, lo escuchara y se dirigiera con rapidez hacia el para verificar que su paciente no estuviera cursando una crisis.

Al entrar Victoria estaba siendo asistida por el médico de la base junto a una enfermera, preocupado se acercó rápidamente

- ¿Que tiene?

Jorge lo miró de reojo y siguió asistiendo a Victoria.

- Supongo que si está en el complejo está aquí para ayudar a Vicky... Victoria (se corrigió rápidamente).

- Si, soy su terapeuta. Hoy comenzamos a trabajar juntos.

- Solo usted?

- Si, no acostumbro tener público en mis sesiones.

- Ya veo...

Lucía miró atentamente a Jorge, algo en su mandíbula se había endurecido, era evidente que Jorge no estaba para nada contento con el terapeuta de Victoria.

- Me sorprende que ella le haya permitido asistirla, ni siquiera a mí me permite estar a solas con ella, siempre tengo que traer a mi colega para que se sienta tranquila. Por cierto, soy Jorge Moreno, su esposo.

Lucía (que estaba en cuclillas junto a Jorge al lado del sillón casi salta cuando lo escucho decir eso)

- Me da mucho gusto saber que mi paciente no está tan sola como parece, mi nombre es Oscar Gentil soy jefe del área de psiquiatría del Hospital Militar, pero ya nos hemos visto un par de veces. ¿Recuerda?

Eso era verdad, Gentil había sido el terapeuta que lo trató luego de regresar de su larga misión de un año, justo después de que Victoria lo dejó.

Oscar por fin pudo atar cabos, Victoria era la Vicky que tanto le había nombrado Jorge en esos 4 meses que le tocó asistirlo.

Era muy curioso como todo se enlazaba. Y él no era precisamente de los que creían en las casualidades.

- Necesito volver...

Todos se asustaron por la repentina reacción de Victoria.

- Tengo que volver ya! - dijo mientras se sentaba en el sillón al borde de una crisis de llanto...

- De ninguna manera....

- ¡Ya está todo listo, no te angusties!

Oscar interrumpió a Jorge quien lo miró sorprendido y furioso.

- ¿Que carajos estas diciendo? ¡¡¡Ella no puede volver ahí!!!

Totalmente exaltado Jorge tomó a Oscar por su camisa y lo acercó a su cara amenazante

- ¡No tienes idea de lo que puedes hacerle si ella va, ese lugar es una locura!

Oscar se liberó de su agarre y con mucha tranquilidad le dijo.

- Es lo que ella necesita y nuestros superiores también. ¡Está todo arreglado!

Jorge lo miraba incrédulo.
Mientras tanto Victoria se largaba a llorar sintiendo que al fin estaba por resolver ese misterio que había arruinado su vida y tantas otras.

- Quiero que Lucía y Jo vengan con nosotros.

- Sería muy conveniente tener un equipo médico con nosotros. ¡Hecho!

Lucía miro a todos atónita, sin poder creer como habían cambiado las cosas en sólo minutos.

- Entonces todos debemos descansar para salir temprano, les recomiendo un buen sedante para poder descansar bien, lo necesitan.

Y sin más Oscar salió del cuarto, Jorge se quedó mirando la puerta aún con los puños apretados. Se dio vuelta tomo a Victoria de la mano con firmeza y lo obligó a mirarlo.

- ¿Estas segura, absolutamente segura de lo que vamos a hacer?

- Es la única forma Jo. Por favor... Ayúdame.

- OK.

Salió de la habitación pasando junto a Lucía y sacándola prácticamente a empujones...

- Toma dos de estas, te necesito descansada mañana a las 7 am. ¿Entendido?

- Si, Capitán.

Lucía conocía muy bien ese tono de voz, cuando él usaba ese tono era su superior quien le daba una orden directa y ella la que la acataba.

Ya todos estaban en sus habitaciones, aunque 2 personas se mantenían despiertas, solo esas dos que conocían el riesgo que estaban a punto de tomar.

Paradox - La historia del finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora