🌹VENUSTUS🌹{Atrayente}COMPLETA

🌹Trîgintâ Octô🌹

-Bien Jisu ¿Cómo te encuentras el día de hoy?-
Pregunto la beta mientras se acomodaba mejor en su silla, la omega aroma a uva levanto su cabeza un poco nerviosa de mirar a los ojos a la mujer que tenía de frente.

-Pues últimamente me he sentido mejor-
Contesto la chica sonriendo tímidamente.

Y no había ni una pizca de mentira en lo que la chica decía, en esos últimos meses se había independizado teniendo una casa a su propio nombre y al fin estaba estudiando algo de realmente le gustaba a ella, al fin estaba cumpliendo el sueño de estudiar veterinaria como siempre lo quiso desde niña, esos últimos meses no habían sido color de rosa, las dificultades y los estragos que causó su vida pasada todavía seguían atormentando la por dentro, gracias a Jaehyuk Jisu tuvo el valor de visitar un psicólogo una vez por semana para que le dieran seguimiento a la herida abierta que necesitaba sanar, después de todo todo ya estaba bien solamente quedaban sanarse a ellos mismo y olvidar todo lo mal que pasaron en esos momentos tan duros, ya que al fin habían sentenciado a aquellas dos mujeres, que ya no verían por lo menos en unos largos años, todo ocurrió tan rápido gracias a la versión de la historia y el pasado de Jisu que los llevo a investigar hasta llegar a la absoluta verdad que decía que Jisu tenía la razón en todo, si era cierto todo lo que ella tuvo que pasar por un largo tiempo, tiempos que en un instante en el pasado la omega nunca creyó que acabarían pero esas tardes llenas de dolor y llanto y noches en las cuales no podía conciliar el sueño ahora se sentían tan lejanas a comparación a como estaba ahora ya no quedaba nada de esos días y ahora si plenamente podía decir que estaba viviendo su vida y lo que estaba descubriendo aquello era vivir, claro todos eso no lo hubiera logrado gracias a sus nuevos amigos que ahora la apoyaban en todo lo que hacia, los chicos eran tan amables con ella a pesar de que en un pasado la mayoría de los omegas la odiaban por razones muy acertadas porque también ella había sido cruel con ellos, ahora se llevaba bien con la mayoría y hasta con el propio Asahi que fue a quien más buscaba perjudicar en algún momento. Pero con la persona que más estaba agradecida era de Jaehyuk, Jaehyuk se había vuelto una persona muy importante para ella, el siempre estaba ahí cuando lo necesitaba, gracias a el había salido adelante, y sin su ayuda ella jamás hubiera salido del infierno en el que vivía, Jisu estaba eternamente agradecida con el alfa aroma a naranjas, el ahora era un hermano, un hermano que estaba con ella en las buenas y malas, Jaehyuk era un Ángel que llegó a su vida para sacarla del infierno y gracias a el podía decir que ahora sí vivía, vivía una vida la cual amaba, amaba estar viva en esos momentos a pesar que hace algunos meses solamente quería desaparecer del mundo, ahora estaba sedienta de nuevas aventuras y llena de alegría por seguir viviendo, Jaehyuk la había salvado, la había salvado del inframundo para finalmente poder vivir en un paraíso.

-Muy bien Jisu, es todo por hoy, no veremos la próxima semana, sigue así has mejorado mucho-
Dijo la beta mientras le sonreía, Jisu genuinamente sonrió para tomar su ligera mochila y despidiéndose amablemente salió de la habitación, en el pasillo entre muchas sillas ahí la estaba esperando un muy sonriente alfa aroma a naranjas que inmediatamente se levantó cuando vio a la omega aroma a uvas salir de la habitación.

-¿Cómo estuviste hoy enana?-
Pregunto el alfa mientras revolvía sus cabellos animado.

-Ya deja de fastidiar con mi altura idiota-
La omega se carcageo un poco mientras quitaba suavemente la mano de Jaehyuk de encima de sus cabellos.
-Pues ella dice que estoy mejorando, así que esta todo bien-
Dijo la omega sonriendo al ver que Jaehyuk sacaba de su sudadera una pequeña leche de banana que tanto amaba el alfa.
-¿Cuántos de esos te tomas en un día?
Preguntó la omega mientras sonreía burlona.

-Ehhh no seas así de exagerada, por quien me tomas, solamente bebo una-
Constato el alfa de forma tierna mientras le extendía otro botecito de leche a la omega quien lo recibió risueña.