Enciende mi cigarrillo.

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Prólogo.

Kenma sabía que el cambiarse de ciudad sería demasiado para él, después de todo solo tenía tres amigos en su antigua ciudad, ahora llegar a una nueva era simplemente cansado.

El carro estacionó en una casa de dos pisos, con un gran patio, bajó del auto con su gato negro en brazos, la casa ya estaba arreglada con muebles y decoración, su madre había llegado una semana antes y había arreglado todo, inclusive su universidad, dejó que el gato conociera su nuevo hogar mientras regresaba por la maleta y con la poca fuerza que tenía subió las escaleras con ella, habían cuatro, abrió la primera habitación mirando un escritorio y enormes cajas de libros, supo que era el área de trabajo de sus padres, la segunda habitación, que era la que estaba al lado de la primera era un baño, la tercera puerta que estaba frente a la primera era un cuarto vacío con cajas y por último, estaba el que sería su habitación.

Era de un tamaño normal, y solo tenía su cama, clóset y escritorio con sus dispositivos.

Incluso había una televisión en la pared frente a la cama y una repisa con su consola, Hiro llegó meneando su cola tranquilo, sus bigotes se movían con gracias, estaba curioso de su nuevo entorno, y con gracia brincó a la cama amasando la colcha. Ignoró a su dueño que se acostaba a su par hasta que los brazos de Kenma lo sostuvieron a lo alto y después lo colocaba en su pecho, sus ojos nuevamente se cerraron y ronroneos salían de él gustoso de las suaves caricias de su dueño.

Kenma dejó la maleta abierta a sus pies e ignorando por completo que fueran las cinco de la tarde se durmió con su gato sobre él.

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La mañana siguiente Kenma despertó con la alarma que él no había puesto, pero aún así debía obedecer si quería llegar a sus clases. Tomó un baño de agua calientita y se puso un suéter grande negro y unos jeans, apenas pudo sostener su cabello en una colita desordenada, lavar sus dientes para salir de la habitación con una mochila que solo contaba con una lapicera y un cuaderno, un cargador y unos audífonos. Su celular tenía muy poca carga, y apenas pudo despedirse de su padre cuando subió al auto con su madre que le dejaría en el lugar.

Una cuadra antes su madre le estaba despidiendo y pidiéndole que caminara la cuadra restante, Kenma obedeció, saliendo del auto con su celular conectado al cargador portátil. Aún quedaban más de veinte minutos para la hora de entrada por lo que se permitió a ir a su ritmo lento. Su pie pateó algo por accidente, un encendedor cuadrado con las iniciales "BK" y un grabado de búho, lo tomó en manos curioso del diseño, pero volvió a caer de sus manos y su nariz dolía, había chocado contra algo.

Una sonrisa un tanto felina, un hombre de cabello largo y oscuro, tez morena, ojos oscuros, cigarrillo entre sus grandes manos, jeans negros rasgados de la rodilla y camisa blanca perfectamente lisa, el pecho que es donde había chocado Kenma era duro, y Kenma se imaginó lo que seguramente ocultaba aquella camisa de manga larga.

"Enciende mi cigarrillo."

"Lo siento, ¿qué?"  el moreno señaló el encendedor que se encontraba a sus pies, Kenma lo recogió de manera rápida y asintió, encendió el cigarrillo del joven y trató de no inhalar tanto del humo.

No tenía nada más que hacer ahí, así que dió un paso al costado y empezó a caminar, un grito detrás le hizo voltear "¿Cuál es tu nombre?"

Dudó en decirlo, pero terminó contestando: "Kenma. Kozume Kenma."

"Nos vemos pronto, Kenma."

Kenma ignoró las palabras y siguió su camino, encontrar en aquella enorme universidad la facultad de diseñador fue un caos, tuvo que pedir indicaciones mínimo tres veces y la vergüenza le había jugado demasiado feo exponiendo sus mejillas rojas y de vez en cuando soltando un tartamudeo. Las jóvenes a las que había preguntado habían sonreído y habían señalado el camino.

Kenma iniciaría sus estudios como programador y diseñador gráfico de videojuegos.

Después de encontrar el salón indicado en el horario que su madre le había enviado, solo escuchó a mínimo cinco mayores presentarse y decir que les enseñarían absolutamente todo para crear un propio videojuego y saber hacer trazos correctos.

Llegada las dos de la tarde, salió de la facultad.

"¡Kenma!" volteó buscando a quien le había llamado, encontrándose con el moreno de la mañana, indeciso caminó hacia él.

"No pensé que fuera cierto vernos de nuevo" reveló una vez estando frente al de sonrisa felina.

"Recordé que no te dije mi nombre, no deberías ir prendiendo cigarrillos a extraños, ¿sabes? es peligroso."

"¿Eres peligroso?"

"Para tus labios, sí."

Fue cuestión de dos segundos para que el rostro de Kenma estuviera totalmente rojo, dió la vuelta ignorando aquellas palabras: "¡Soy Kuroo, Kuroo Tetsuro!"

Kenma no ignoró aquello.

-'Strawberries And Cigarettes'-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora