Kenma.

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Capítulo II.

Kenma estaba sentado en su asiento, esperando la llegada del maestro cuando alguien se sentó a su lado, era una mochila algo desgastada pero linda, con un llavero de búhos.

Cuando subió la mirada, encontró a quien había conocido horas antes, y reconoció como Keiji Akaashi. El recién llegado sonrió saludando con la mano.

"Hola de nuevo, Kenma."

"Hola" sus manos jugaron inquietas sobre la mesa, y aprovechó el retraso del maestro para jugar con su switch, Akaashi al contrario estaba viendo una de sus libretas.

No había un silencio incómodo, estar al lado de Akaashi era realmente agradable y no necesitaban hablar, pero Kenma quería hacerlo. Alzó la mirada de su juego un rato, y miró al pelinegro, no sé atrevió a hablarle así que nuevamente bajó la mirada al juego.

"¿El encendedor, es tuyo?" Akaashi cuestionó después de varios minutos, Kenma ladeó la cabeza recordando el encendedor de búhos.

"No, lo encontré tirado hace unos días, lo agarré por impulso, y lo iba a dejar dónde lo encontré pero Kuroo me pidió ayudarle con el cigarrillo y después olvidé regresarlo. Estaba pensando en buscar su dueño, pero además de que soy nuevo y no conozco a nadie, no sabría por dónde iniciar" relató guardando su juego en la mochila y sacando una libreta.

"Yo conozco a su dueño."

"Oh, ¿Podrías devolverlo por mí?"

Akaashi sonrió asintiendo repetidas veces.

"La clase va a iniciar."

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Kenma salió del aula junto a Akaashi, ambos habían estado metidos en esa aula las últimas tres horas, y todavía tenían que entrar a otra clase en unos minutos.

"¡Kenma!"

"Kuroo. Estoy yendo a otra aula."

"Lo sé, solo vine a acompañar a Bokuto que vino a acompañar a Keiji, y luego dije: Oh, Kenma está ahí, seguro estará perdido, debería ayudarlo."

"Akaashi me iba a enseñar el camino."

"Aún así te acompañaré" ambos caminaron en silencio siguiendo a la parejita de enfrente, no era un silencio incómodo, Kuroo extendió su mano con un trozo de brownie "lo compré en frente, es para que no te dé hambre entre clases y puedas prestar más atención."

Kenma lo recibió, cortando a la mitad el aperitivo, extendió una de las mitades a Kuroo y comió la suya en bocados pequeños por la vergüenza.

Kuroo lo recibió sonriendo, el menor era de cierta manera tierno ante sus ojos.

"¿No deberías estar en clases?"

"Tengo esta hora libre, pero saldré tarde, ¿a qué horas terminan tus clases?"

"Me quedan dos horas."

"Puedo llevarte antes de entrar a mi clase."

"No hace falta--"

"En la mañana te encontré por casualidad, ¿qué tal si te pierdes y no puedo encontrarte?"

"Alguien más me encontrará."

"Prefiero que eso no suceda, te llevaré."

Kenma tardó en asentir pero lo hizo, miró como Akaashi besaba la mejilla de su novio y entraba a un aula oscura, y enfrentó a Kuroo, alzó la mano para despedirse y antes de que el impulso de besar la mejilla de Kuroo le ganara entró al aula. La habitación no estaba completamente a oscuras, estaba en penumbras. Iluminado muy levemente por un proyector.

Tropezó varias veces con sillas hasta llegar al lado de Akaashi, cuando los minutos pasaban más gente llegaban, los lugares a su alrededor se llenaron.

Akaashi tenía en sus manos su celular dónde anotaba puntos importantes de la exposición que el maestro daba, y Kenma de vez en cuando miraba el celular cuando se le pasaba algún tema, Akaashi incluso había subido levemente el brillo del dispositivo para que el otro pudiera verificar que tenían puntos similares.

Cuando las luces se prendieron y el maestro se despidió se quejó estirando su espalda recargando su pecho en la mesa, su trasero dolía de estar sentado de manera incómoda, no es como si hiciera mucha actividad física o no estuviera acostumbrado a estar en un mismo lugar, era más que cuando se cansaba en una posición podía subir los pies o rodar levemente, pero en la universidad eso no sería bien visto por obvias razones, por lo que solo podía sentarse correctamente e incómodo y tomar notas.

Salió del lugar acompañado de Akaashi, hablaban muy poco, pero se sentía cómodo estar a su lado, y Akaashi, Akaashi le indicaba a dónde debían ir cuando necesitaba guía.

Había estado las últimas dos horas en esa sala que cuando llegó a la salida de la universidad estaba por llamar a su padre y rogarle que le recogiera. Eso hasta que alguien quitó su bolso de su hombro y colocó su brazo sobre ellos. Un escalofrío le recorrió y volteó el rostro asustado, no tenía fuerza para enfrentarse a un ladrón o secuestrador, pero quería ver el rostro del agresor.

Su agresor era Kuroo. Un suspiro escapó de él cuando la carcajada de Kuroo llegó a sus oídos.

"¿Te he asustado?"

Kenma miró el suelo, su corazón aún latía apresuradamente: "Pudiste hablar."

"No vuelvo a hacerlo, vamos."

Kuroo no quitó su brazo de encima y empezaron a caminar al estacionamiento.

"Mis padres siempre dijeron que no debía confiar tan apresuradamente en alguien-"

"Pero es la segunda vez que te montas a mi carro" el pelinegro sonrió de manera arrogante y Kenma desvió la mirada tan rápido que le dolió el cuello.

Kuroo era de cierta manera, diferente.

A pesar de tener dos días de encontrarlo y hablar sentía una tranquilidad enorme, tal vez su estilo era para darle miedo, pero de cierta manera era tan propio de Kuroo que solo podía decir que le quedaba bien y no se sentía ni amenazado, ni inseguro.  Kenma se regañó por ello, no debería ser así, debía tener más trabas y no irse simplemente con un desconocido.

Pero Kuroo sonrió, diferente a hace unos momentos, y terminó cerrando la puerta y colocándose el cinturón.
El carro arrancó un segundo después, y fueron detenidos por un grito de Bokuto.

"¡Hey hey hey! ¡Bro!"

"¿Oya oya oya?" Kuroo bajó el vidrio y sacó la cabeza mirando a su amigo.

"Tendremos entrenamiento de práctica más tarde, ¿vienes?"

"Bien, iré un rato."

"Puedes invitar a Kenma, Ken, ¿sabes jugar voleibol? "

Kenma sabía jugar, fue colocador en secundaria y preparatoria, pero no le gustaba recordar aquello.

"Muy poco."

"Bien, ve también. Será divertido."

Nuevamente el carro marchó saliendo del estacionamiento. En la radio se reproducía una canción bastante vieja, pero solo era un fondo a la voz de Kuroo que contaba lo bastante que jugaba con sus amigos prácticas de voleibol.

Kenma solo podía poner atención, y cuando llegaron a su casa sonrió cuando Kuroo señaló la casa enfrente, y puso atención a los caracteres que formaban el "Kuroo" arriba del número de casa.

"¿Irás?"

"¿Dónde es?"

"Puedo llevarte, es a unas calles de la universidad."

"Bien."

"¿17:00?"

"Toca el timbre."

Y Kenma cerró la puerta.

-'Strawberries And Cigarettes'-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora