provocative game • 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

O21

La casa era amplia y luminosa, con ventanas grandes donde mires y un patio lo suficientemente grande como para una familia con hijos. La casa tenía el espacio suficiente, con las habitaciones suficientes en los lugares correctos.
Yoongi creía que tal vez estaba un poco escasa de muebles, sin embargo Jimin le repitió que se podían comprar, y de todas formas, ellos ya tenían los suyos en el departamento.

Para la suerte de ambos, la casa estaba a un buen precio, a unas seis casas de la pareja Jeon y a unas doce cuadras del centro, en un barrio seguro y de familias tranquilas.

Con todo eso, compraron la casa, y decididos tan solos unos quince días después habían  empezando la mudanza que no tarde más de dos días.
Estaban felices y no hacía falta mencionarlo, yoongi sentía a través del lazo la felicidad que su omega liberaba, aparte del intenso aroma que dejaba por toda la casa. Jimin se encargó de marcar aquel nuevo territorio.
Paseando por todas las habitaciones y haciendo nidos en las habitaciones que ellos y el bebé usarían, aunque yoongi creía que el cachorro dormiría más con ellos que en aquella habitación que Jimin había escogido. No se quejaba, el aroma de su omega junto a la tenue fragancia a leche dulce que soltaba era lo más relajante que había olido en su vida, lo dormía en dulzura.

—Tenemos que hacer una lista de cosas para el bebé. Quiero pintar su habitación de gris y que la paleta de colores sea de tonos blancos y grises –Su cuerpo se relajó sobre el sofá. Había limpiado algunos rincones de la casa y acomodado algunas plantas del jardín, su cuerpo exigía descansar antes de volver a ponerse de pie.

—Que lindo suena, se vería muy cómodo –Jimin asintió con una sonrisa tierna, sus mejillas se tornaron rojas de solo imaginar como quedaría aquel rincón. Y yoongi le devolvió la sonrisa, levantándose de donde estaba y acercándose a él a dejar un beso en los labios del menor.

—¿Me traes un yogurt? –Preguntó después del beso, YoonGi rió un poco antes de caminar hasta la heladera y agarrar dos yogures de diferentes gustos. Volvió a la sala y le extendió ambos, Jimin ante eso eligieron entre los dos y yoongi comió el restante a su lado.

En la TV una película japonesa se reproduce, el silencio se expande pero es cómodo, no está sofocando ni molestando, está bien, yoongi se mantiene pensando en tantas cosas que han cambiado, y busca entre sus recuerdos el momento en lo que todo empezó. Se veía turbio, demasiado ligero para alguien tan vibrante como lo eran ellos dos, y sonríe otra vez en el día pensando en lo espontáneo y extraño que había surgido todo. No tarda en extender sus brazos hacia Jimin y sostenerlo cerca suyo, deja unos besos en su cabello y habla.

—Los amo –Susurra a él, Jimin le sonríe besando sus labios.

—También te amo.

Bueno, pero este es el final

Venusymin, la que ya no sabe que hacer con su vida Pero que de todas formas les deja un epilogo super peque porque les quiere aunque sean putes.