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Somos amigos, somos mejores amigos. Somos amigos, ¡mejores amigos! Se repetía en su mente una y otra vez el menor de los amigos.
El omega se sentía acalorado y atacado. Cuando aceptó vivir junto a su mejor amigo no había pensado mucho en su cordura, años enamorado de un estúpido alfa con aroma a menta y lluvia que volvía locas sus hormonas. Tampoco había pensado mucho en que estas situaciones podrían llegar a suceder, aunque era obvio que sucederían.

Porque ahora el alfa se estaba ejercitando, justo donde la vista del balón era perfecta, y bien JiMin estaba ahí intentando controlar a su alocado omega que gritaba por pasar la lengua por el cuello pálido y sudado.
No sé dio cuenta de muchas cosas hasta que vio como el alfa se quitaba su ropa mojada por el sudor, como que llevaba una casi despierta erección bajo sus short o como que su aroma realmente estaba enloquecido.

Joder, realmente quería enterrarse en ese abdomen. Tanto que su lobo no tardó en mostrar su pancita cuando el aroma a menta y lluvia del alfa mezclado con el sudor se revoloteo por los aires. Dejó de respirar cuando el mismo alfa se acercó a él con su torso desnudo.

—¿Queda café? –Preguntó jadeando, estaba cansado, llevaba una hora de duro entrenamiento. YoonGi era parte del equipo de basquet juvenil que había cerca de donde vivían, pero el trabajo lo tenía con el tiempo ajustado y él creía que por eso su cuerpo se había ablandado.

—E-eso creo –Respondió aunque tartamudeo quería evitar respirar las feromonas que soltaba el alfa que sin darse cuenta lo estaba seduciendo.

Se levantó de prisa del cómodo lugar donde estaba y caminó hacia la cocina en busca de la jarra de café, estaba frío así que también debía calentarlo y agradecía eso. Realmente no quería pero su omega se descontroló completamente por culpa de unos cuantos ejercicios del alfa, pero le era imposible no pensar cosas obscenas si tenía el cuerpo sudado de un dios griego que encima soltaba feromonas a lo bestia.

Cuando se sintió calmar el café ya estaba caliente para ambos, entonces decidió volver con el alfa que lo esperaba en el balcón.

—Mm, gracias –dijo Min, sin poder evitar ver las piernas desnudas de su mejor amigo. De hecho nunca había quitado la vista de ellas, desde la ida del omega hacia la cocina hasta que volvió hacia él con las tazas y el café en sus pequeñas manos. —Sensual…

—¿De qué hablas? –preguntó después de escucharlo.

—Tú, claro –Respondió con su sonrisa victoriosa cuando el sonrojo empezó a dibujar de rosa la cara del más bajo.

Una por las cosas que se había enamorado del alfa era eso, era coqueto con él en todo momento. YoonGi nunca había mentido respecto a su físico y en cada oportunidad que tenía se lo recordaba, no era el típico amigo que se sobrepasaba pero en algunas ocasiones le daba pases libres para decir lo quiera sobre lo sensual y rentable que el omega era. Si JiMin se vestía de shots y dejaba su gran trasero libre, la mano de YoonGi lo palmeaba y tanteaba cuanto sea necesario para hacerle saber lo bueno que era. Si JiMin vestía sexy él no perdía la oportunidad y le coqueteaba hasta que el más bajo terminará sonrojado y él riendo por lo tímido que te ponía el omega.

—Lo sé, alfa –Respondió luego de sentir que el calor de su rostro se iba por completo. Tomó la taza de café y la acercó a sus labios bebiendo del líquido por fin.

—tan follable, con este culo que te traes hasta dan ganas de empotrarte –dijo, JiMin escupió su café sobre la mesa.

El mayor rió mientras JiMin no podía dejar de toser por lo dicho tan repentinamente, estaba sorprendido pero una parte de él estaba excitada por la idea.

—¡Min YoonGi! –Fue lo único que dijo cuando su tos se calmo.

—vamos, bebé. Tu y yo sabemos que algún día gemirás por más.

—te gustaría.

—obviamente –Respondió yéndose del lugar, no sin antes guiñarle un ojos al omega.

No fue mucho para que JiMin se encerrara en su habitación a ver películas, porque así eran las vacaciones de park. Su vida de verano se basaba en películas y series malas de netflix mientras engordaba a chuches y no salía de su cama. Pensaba que algún día quería ciego por ver tanto la pantalla de su tv.

Tampoco pasó mucho para que YoonGi entrará en la habitación con su torso descubierto. Caminando hacia la cama del pequeño para acurrucarse en un abrazo.

A YoonGi no le importaba lo que sea que JiMin estaba viendo y a JiMin no le importaba que no le preste atención. YoonGi era así, entraba a su habitación y lo mimaba por horas hasta que ambos se queden dormidos en un abrazo.

Ignoró completamente la mano del más alto sobre sus muslos, y la suave respiración en su cuello. Realmente eso era normal, cosa de todos los días, incluso se sorprendía que el mayor no esté rogando por que acaricie sus cabellos hasta dormirse.
Se sorprendió cuando la mano que estaba en su muslo empezó a dejar caricias sobre su piel y cuando subió lento por esta hasta llegar dentro de sus pantalones cortos. YoonGi estaba sosteniendo una de sus mejillas traseras. El toque hizo sonrojarse pero no negó nada, aquello no le molestaba. Incluso se dejó cuando el alfa empezó a dejar besos sobre su cuello y luego mordida su piel.

Jimin realmente era sensible en su cuello, los besos ahí podían hacerlo correr sin un toque estimulante en su pene. Por lo que le fue inevitable no soltar un suave jadeo cuando el alfa mordió el lugar en su cuello. Se sentía acalorado, entre los besos en su cuello que empezaban a ir hasta sus clavículas y luego la mano que no dejaba de apretar su trasero lo estaban volviendo loco.

—Y-YoonGi, ya –habló, si seguía dejándose mimar de esa forma las cosas pasarían a más y estaba seguro que no era algo que el alfa quería. No esperaba que el mayor le haga caso pero así fue.
Dejó de tocar su trasero y apoyó su mejilla sobre su pecho para cerrar sus ojos y buscar dormirse con el aroma a cereza y pastel que en omega soltaba.

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SIN        EDITAR
NADA DE NADA

D      O      L       Y

provocative game • 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora