Choromatsu x Lectora | Osomatsu-san

Segundo capítulo

Sí, era un panorama bastante sádico, incluso para Choro, pero ya era muy tarde para correr, justamente la campana estaba sonando, haciéndolo exaltar un poco, un cúmulo de alumnos (incluidos el profesor) en el cual no pudo distinguir a su amor platónico salió del salón, dejándolo solo, con todo el pesar del mundo salió de la clase, su sonrisa se había esfumado completamente, incluso sus gafas parecían haber dejado de ser transparentes, sabía que estaba yendo a su muerte segura, y que después de esto probablemente no tendría ganas de volver al colegio. Se suponía que tenía que salir del colegio junto con sus hermanos, o bueno, si bien esto no lo habían acordado, al tener la misma ruta y hora de salida, era obvio que estaban acostumbrados a verse de reojo, a sus hermanos entonces les extraño no ver a Choro por ninguna parte, pero ninguno se atrevería a preguntar por él, incluso por lo mucho que pudiese preocuparlos, Todomatsu sin embargo dejo su orgullo de lado para darle lugar a su orgullo por ser una persona bondadosa

—¿No sabrán donde esta Choromatsu verdad? —No hubo respuesta de parte de ninguno

—P-Pues... si no van ustedes a buscarlo ¡lo haré yo! —Ninguno le dirigió la mirada salvo Osomatsu, quien solo atino a verlo irse de regreso al colegio

Las cosas fácilmente se pudieron haber quedado así, pero, todos aquí sabemos como es Osomatsu, tan idiota por los siglos de los siglos, como siempre, dejo de lado esa frialdad mortal y decidió ir tras Todomatsu, entonces Ichimatsu le dirigió una mirada sin emoción habitual, aunque parecía que le decía algo como "¿a dónde vas?", Osomatsu solo alzo los hombros en respuesta, ni se tomó la molestia de inventar una excusa, sabía que nadie le preguntaría nada.

—Tsk

Volviendo con Choromatsu, ahora se encontraba en un área grande, al aire libre, hundido, con paredes con los colores de la escuela y encima de ellas, el pasto y por consiguiente una conexión directa a la calle, estaba parado en el medio, simplemente esperando con la cabeza gacha admirando el reconfortante piso, entonces _____ se hizo presente, Choro aunque se percató de esto no tenía las fueras para dirigirle la mirada, entonces sintió como se acercaba lentamente a él, hasta que incluso mirando abajo era capas de ver parte de su torso, él no quería ver la mueca que probablemente tendría en su cara, se acercó lo suficiente como para que pudiese sentir el calor de su respiración

—¿Y bien?, ¿no dirás nada?

Quería con todas sus fuerzas finalmente preguntarle el porqué todo, pero simplemente no podía, entonces _____ lo empujo levemente para que reaccionara, el hecho de que no la mirara la molestaba, Matsuno se fue hacia atrás levemente, entonces ella se acercó y este por inercia empezó a caminar hacia atrás con temor, la chica acelero su paso al avanzar y él por inercia también, lastimosamente choco rápidamente contra una pared que no esperaba, esto lo hizo alterarse, provocando que finalmente la mirara, esperaba ver su cara de enojo o desaprobación, pero ante él simplemente te tenía desviando la mirada con un toque serio leve y un rosa brillante en la cara, como si ella tuviera pena de él, hace unos segundos estaba asustado de ella, pero verla así instintivamente lo hizo ponerse nervioso en otro sentido, el sentido que lo hizo ponerse rosa igualmente. La chica enfadada entones dio un golpe con ambas manos en la pared, justo rodeando la cabeza de Choromatsu, mejor conocido como kabe-don.

—¡Ponme atención de una vez!

Cuando ella lo miro con más cuidado noto que tenía los ojos levemente llorosos, sabía que de todo se avergonzaba, pero, no sabía que a ese punto.

—...¿Te pasa algo?

Choro entonces noto como veía borroso por sus ojos acuosos, los cerró para que las lágrimas cayeran y se secó con el antebrazo rápidamente, no quería contestarle el porqué de su actitud, siempre sintió que hacia el ridículo frente a ella, ¿y cuándo que finalmente la tenía de frente otra vez también?, se sentía horrible, las lágrimas entonces ya no pudieron dejar de salir. _____ cambio su mirada enfadada por una de consuelo, lo tomo de la mano con la que se estaba secando y la alejo de su cara para que dejara de tallarse, entonces ella con sus pulgares empezó a alejar aquellas gotas, su tacto lo tranquilizo, pero a su vez le hizo añorarlo, posteriormente le acarició aquellas rojas mejillas intentando calmarlo, por suerte lo logro.