|Confusión|

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El pelinegro caminaba algo dubitativo hacia la habitación de Lizzie. Una enfermera le pidió que fuera ya que la recién despierta lo había mandado a llamar.

Abrió la puerta y la encontró mirando al techo bastante aburrida y al percatarse de su presencia nuevamente sentía rabia y miedo al mismo tiempo.

-Me dijeron que me mandaste llamar Lizzie- murmura el hombre manteniendo una cierta distancia de ella y eso le dolía mucho.

-Si, mi mamá me dijo que estuviste cuidándome todo este tiempo y quería agradecerte para empezar- murmura de forma fría, el pelinegro sintió de nuevo su corazón doler. Odiaba que lo mirara como antes del accidente, con odio y rabia, pero sabía que se lo merecía, por todo el daño que le había hecho humillándola y tratándola mal todos estos años.

-Lo hice porque aunque no lo creas... me preocupo por ti- quería decirle que tenía miedo de perderla y que la amaba más que a nada en el mundo pero no era el momento. Pero pronto lo haría

-Estoy tan confundida Sebastian, que no sé si creerte. No sé quien soy, no reconozco a nadie, ni siquiera a mi propia madre, estoy embarazada y no sé como pasó, el padre de mi bebé murió y yo no lo recuerdo, no sé quien es y cuando te veo a ti a los ojos lo único que puedo sentir es un miedo y un enojo inexplicable. Odio con todo mi ser esta situación- en eso comienza a sentir un ligero dolor en la cabeza que con el pasar de los minutos se hace más intenso.

-Lizzie no sabes cuanto lamento que te sientas así- el pelinegro no sabía que decir, pues tenía miedo de hacer una tontería al verla tan frágil y vulnerable en esos momentos.

-Necesito respuestas. ¡AHHHH!- en eso Lizzie se toma la cabeza ya que el dolor era insoportable y comenzó a sangrarle la nariz. Sebastián intenta auxiliarla pero ella comienza a gritar de dolor.

-Joder! siento como si me estuvieran martillando la cabeza- la castaña comienza a lagrimear de dolor y la máquina a la cual estaba conectada comienza a pitar sin parar rápidamente.

-¡Enfermeraaaaa!- Sebastian comienza a gritar en el pasillo y en eso dos de ellas van a revisarla y el doctor saca al pelinegro del cuarto-Tranquila Lizzie. No me iré hasta que estés bien- alcanzó a decir.

-Hay que sedarla para que se calme y detener la hemorragia nasal- en eso la enfermera le pasa una jeringa para colocarla en el suero de la castaña mientras está es sostenida de los brazos por dos enfermeras mientras seguía llorando de dolor.

-Tranquila Lizzie, el dolor pasará pronto- Murmura el médico y la chica solo negaba con la cabeza que le estaba estallando.

-¡Me duele mucho doctor por favor!- sollozaba la castaña muy alterada mientras que Sebastian yacía preocupado fuera de la habitación caminando de un lugar a otro. El sedante hace efecto y Lizzie cae dormida en la cama.

El doctor sale del cuarto no sin antes cerciorarse de que todo se normalizara. Miró al pelinegro con cara de pocos amigos.

-¿Porque se alteró así?- preguntó entre serio y molesto.

-Comenzamos a hablar y luego me pidió respuestas sobre su pasado y no supe que decirle al respecto y ella comenzó a tocarse la cabeza y ahí empezó a alterarse. Le juro que no le dije nada malo- asegura preocupado.

-Tendremos que realizarle nuevamente unos estudios en unos minutos más. Sebastian, trata de tener tacto a la hora de hablar con Lizzie. Es una mujer embarazada y el que se altere de esta manera sería peligroso para el bebé- recomienda.

-Como usted diga doctor- responde el pelinegro y el doctor asintió y ambos salieron del despacho.

Minutos más tarde se llevaron a una Lizzie totalmente sedada a realizarle varios estudios más, sobre todo en la cabeza. Mientras el doctor miraba con atención las placas en la pantalla comenzó a analizar que tan profundo era el daño que le ocasionó los golpes por el accidente. Al terminar decidió llamar a Sebastian y a Linda para hablar en su despacho.

-Tenemos los resultados de los estudios y no se como lo vayan a tomar- la rubia y el pelinegro comenzaron a preocuparse.

-La pérdida de memoria de Lizzie es absolutamente total, por más que ella intente recordar algo será inútil y eso la desespera bastante. A lo que voy es que si ella recuerda demasiadas cosas de golpe por si misma o por ver algo relacionado con su pasado como una foto en este momento, sería totalmente contraproducente ya que podría perder la razón totalmente y eso no le haría para nada bien al bebé. Les recomiendo que busquen ayuda psicológica para ella porque la va a necesitar ya que hay que persuadirla para que no trate de forzar a que sus recuerdos vuelvan, ese proceso debe ser muy despacio y con absoluta calma- finalizó diciendo.

-Mi madre es psicóloga, doctor. Hablaré con ella para que venga y hable con Lizzie- sugirió el pelinegro muy preocupado.

-¿Entonces no podré llevarla a casa cuando la den de alta?- pregunta Linda muy contrariada.

-Me temo que no señora, Lizzie necesita estar tranquila y más por su embarazo y debe ser en un lugar neutro, un lugar donde nunca haya estado para que no corra ningún tipo de riesgos- advierte.

-Puede venir a mi casa- sugiere Sebastian- Lizzie nunca fue a mi casa, y mi mamá y yo vivimos ahí y así será más fácil las terapias con ella- Linda lo miró mal pero no dijo nada por unos minutos.

-No me gusta para nada esa idea pero la tomaré, todo sea por el bienestar de mi hija- finalizó la madre de Lizzie bastante molesta.

Lizzie se quedaría sedada toda la noche y Linda se quedaría a cuidarla, Sebastian aprovechó para ir a su casa y hablar con su madre al día siguiente. Se duchó y se colocó unos pantalones flojos para dormir cuando de la nada llega un recuerdo amargo una semana antes del accidente.

*Flashback*

-¿Cuando será el día que dejen de pelear?- pregunta un Jonathan bastante molesto a Lizzie y a Sebastian que estaban lanzándose miradas asesinas.

-Cuando la dejes y entiendas que es una hipócrita- responde el pelinegro bastante molesto.

-Te atreves a hablar de mi sin siquiera conocerme. Crei que eras más inteligente pero parecería que tuvieras aire en lugar de cerebro- escupe la castaña con suma rabia.

-Pues Sebastian, los 3 nos conocemos desde la universidad y la conozco tan bien que eso que me dices no puedo creerlo. Ya es hora de que se lleven bien- pide el hombre.

-Sebastian es la última persona en la vida con la quien me llevaría bien. Desde que lo conocí siempre se comportó como un idiota conmigo y me cansé de intentar ser amable y que me trate como basura a cambio-se levanta- entiendo que sea tu mejor amigo Jonathan, pero no quiero verlo nunca más. Si quieres verlo tú, adelante pero yo no quiero ni oír su nombre por lo que reste de vida- besa los labios del rubio, se levanta y se va del lugar.

-Se hace de la víctima para que te compadezcas, Jonathan- en eso el rubio ya harto de que hable mal de su novia lo mira a la cara molesto dispuesto a encarar al pelinegro.

-La verdad que concuerdo con Lizzie. Siempre la has tratado con la punta del pie y nunca explicaste porque- reclama serio y frustrado por la situación.

-Porque nunca me cayó bien, así de simple- frunce el ceño aún molesto.

-No Sebastian, yo se perfectamente porque y déjame decirte que lo que haces sólo lo hacen los patanes- deja dinero en la mesa y se va enojado.

*Fin del flashback*

-Sólo estoy cosechando lo que sembré contigo Lizzie. Soy un idiota y merezco que me mandes al diablo- miraba al techo muy abatido- pero de todas maneras no dejaré de pedirte perdón por eso y de luchar para ganarme tu amor- se acomoda mejor en la cama y cae en los brazos de Morfeo por el inmenso cansancio acumulado.

A Tu Lado (Sebastian Stan) ~En Proceso~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora