El Color de la Luna

Capítulo 5 - Death, Muerte y Lobo de la Muerte

"Los pecados del padre son los pecados del hijo"

. . .

Entonces empezó a correr. Le comencé a perseguir, el lobo era veloz, no me consideraba alguien atlético pero era un lobo rápido, aun así cada vez me parecía que me llevaba más ventaja. Pero le seguí de todas formas. De repente paró para caminar tranquilamente, lo que me permitió poder llegar hasta él.

Tome mi distancia, mirando con atención lo que hacía.

-Adara.

Suavemente, la humana giró su rostro hacia la voz que la llamaba, encontrando a un lobo blanco conocido.

- Death...

Estaba a pocos metros de ella. La nieve caía lentamente, la muerte limpió la nieve que se había quedado en su pelaje o un poco de nieve empezó a acumularse. El cielo estaba oscuro y azulado al mismo tiempo por el pronto amanecer.

- Has estado sentada aquí desde el amanecer, no parece muy interesada en regresar a tu hogar...

- Sí, aquí estuve. ¿Cómo lo supiste?

- El viento trajo tu hermosa voz a mis oídos en horarios diferentes, pensé que podías estar en problemas.

- No te preocupes. Ya estaba a punto de irme.

Hubo un breve silencio, que duró el tiempo que le tomó a Death llegar al lado de Adara, hace mucho tiempo que se conocían, él se llevó el alma del abuelo entonces la humana le vio. Pero lejos de alarmarse como cualquier mortal Adara no cayó al miedo, pero mantuvo su aura misteriosa que le rodeaba, característico de ella. Miraba el bosque solemne donde se había reunido tantas veces. Death siempre llegó a su lado, ahora sentía nostalgia así que inclinó todo su peso para apoyarse en Death.

- ¿Te sientes bien, Adara?

- Claro...

Respondió ella sin titubear. Death le acaricio sus cabellos negros, enrrollandolo entre sus dedos, juganso con casa mechon. Entregando uno que otro beso en el rostro de la humana. Para Death todo había pasado tan rápido cuando quedó encantado por la humana, la amaba, y ella también amaba a Death.

- ¿Querías estar sola?

Adara sonrió tiernamente.

- En realidad no. Por el contrario, me gustaría que estés conmigo, me gustaría escuchar ese hermoso silbido, ¿podría escucharlo?

Entonces Death empezó a silbar, solo las aves poseen el don del canto y daban vida con sus melodías los inhóspitos bosques, siempre las había contemplado durante su longeva existencia, pero entonces conviviendo con los mortales le facino el silbido, era como si el don de los pájaros podía ser dominado. Entonces se esforzó mucho hasta lograr.su propio silbido, lo vio como una gran detalle tocar esa amable melodía cada que reclamaba un alma al otro lado, un sonido agradable y una cara amable, para que el mortal no tenga miedo de su persona.

- Adara.

- ¿Qué pasa?

- Te amo.

- Yo también te amo.

Al sentirla temblar por la nieve la abrigó con sus telas para que no sintiera mucho frío. Adara también se sintió reconfortada por el suave pelaje blanco de Death, sentía que podría dormir allí toda su vida, sintiendo el calor y la amabilidad de su inusual amado.

- Death tengo una pregunta pero no quiero que te incomodes.

- No creo que me podrías incomodar.

Entonces Adara se acercó al oído del lobo, cada palabra que le comento le dejo con el rostro caliente.